El deseo de apoyar a quienes más lo necesitan es algo que Francisco Valencia vivió desde pequeño, algo que ha podido trasladar a Prothesia, la empresa que fundó junto a Julio Barriga cuando ambos estudiaban Mecatrónica en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). La empresa diseña e imprime en 3D prótesis para niños con parálisis cerebral, personalizadas, a bajo costo y adaptables.
En un primer momento, Valencia estudió Sistemas Computacionales, pero no se graduó; después estudió Ingeniería Mecatrónica y pronto se convirtió en un “hacker ético”, según sus propias palabras.
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En 2017, creó Prothesia, cuando descubrió lo que se podía hacer con una impresora 3D que le regaló un amigo y con la que pudo ayudar a Charlie, un niño que viajaba con su madre desde las costas de Guerrero hasta Michoacán para hacer sus terapias en el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT).
“Emprender es una actividad que cualquier ser humano puede desempeñar y depende mucho de su motivación y de las condiciones de la vida”, dice Guillermo Larios, director del Centro de Emprendimiento Universitario Anáhuac México.
Para Larios, parte de la función educativa es ir dando a los alumnos las herramientas para que emprendan en algún momento de la vida, ya sea dentro de una empresa o en un negocio propio.
La educación y la innovación están vinculadas. Si bien no es un hecho 100% lineal, un adecuado nivel educativo impacta positivamente en el desarrollo económico de un país, afirma Raúl Martínez Solares, director general de Fibra Educa, un fideicomiso de inversión en bienes raíces, dedicado al arrendamiento de centros de enseñanza.
97 millones
De nuevos empleos se generarán en los próximos cinco años
La innovación, explica, crea un círculo virtuoso al reducir los costos y mejorar la calidad de la educación, además de agilizar y hacer accesibles los procesos de cambio acelerados como los que ahora vivimos.
Vale la pena hacer un alto para reconocer la diferencia entre ser creativo y ser innovador. El primer concepto se refiere a un proceso mental para generar ideas, mientras que el segundo tiene que ver con la materialización de esas ideas en un bien que se distinga de los que ya existen. Y es justo esta habilidad la que todas las empresas buscan hoy en sus nuevos talentos.
Un papel clave
El mundo laboral cambia a tal velocidad que muchos jóvenes que están formándose hoy accederán a un entorno de trabajo completamente distinto. El más reciente Future of Jobs Report, elaborado por el Foro Económico Mundial, señala que, en los próximos cinco años, desaparecerán 85 millones de puestos de trabajo. En contraparte, surgirán 97 millones de nuevos empleos, muchos de ellos relacionados con profesiones que hoy ni siquiera existen.
En esta transformación acelerada, la universidad tiene un papel clave: debe responder a las necesidades de las empresas, formando nuevos profesionistas, creativos, innovadores y emprendedores.
“Ya hace décadas que el sistema universitario está vinculado al mundo laboral en forma de prácticas en empresas para estudiantes, que han ido incorporándose a los planes de estudio en grados y posgrados”, dice Guillermo Larios. Sin embargo, la educación superior en México se ha caracterizado por su estatismo y necesita urgentemente transitar al futuro, con una visión innovadora que se adapte a los retos de las nuevas realidades. explica Martínez Solares, de Fibra Educa.
3 mil instituciones
De educación superior hay en México, pero solo 43 son universidades públicas
Según la Secretaría de Cultura, en el país hay más de 3 mil instituciones de educación superior, donde solo 43 son universidades públicas. Pese a toda esta oferta educativa, a nivel nacional solo una institución figura en los primeros 100 lugares del QS World University Ranking 2024, la Universidad Nacional Autónoma de México.
La UNAM aparece en el puesto 93 del ranking 2024. Le sigue el ITESM, que se posicionó en el top 200 al obtener el lugar 184 y en tercer sitio se encuentra elInstituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), situado en el escalafón 651.
¿Por qué no figuramos en los primeros lugares? ¿Cuáles son las soluciones hacia el futuro? Los expertos opinan que hay que empezar a ver otras opciones y hacia dónde se está moviendo el mundo para que el futuro de las universidades en México transite hacia la innovación tanto en sus metodologías como en la mente de sus estudiantes.
“Es crucial que las universidades en México sean facilitadoras de la inserción laboral para proporcionar los perfiles que el sector productivo demanda, que coloquen al centro a los estudiantes y les permitan a los nuevos profesionistas adaptarse a los cambios de su contexto”, dice Martínez Solares.
Autonomía, el nuevo enfoque
Un ejemplo a nivel internacional de esta nueva visión es École 42, universidad fundada en 2013 por el empresario francés Xavier Niel, donde los estudiantes aprenden ingeniería en desarrollo de software con un modelo educativo gratuito: sin maestros ni clases, en el que se aprende de forma autónoma a través del peer learning (aprendizaje entre pares), el peer evaluation (evaluaciones entre iguales, que reflexionan sobre las contribuciones de cada alumno en el trabajo grupal), y con actividades de aprendizaje diseñadas con un enfoque de project based learning (donde los estudiantes desarrollan conocimientos y habilidades que los acercan a los desafíos del mundo real).
El método se basa en “aprender haciendo”, que se refiere a la capacidad de adaptarse y encontrar soluciones concretas a problemas complejos. Como resultado, la mitad de los estudiantes que han egresado de École 42 trabajan en startups, 35% en empresas ya establecidas como Google y Amazon y 15% emprendieron.
El éxito de un modelo educativo como el de École 42 debe llevar a la reflexión sobre todo lo que se necesita modificar en el modelo tradicional de las universidades de México y Latinoamérica, para plantear otro mucho más innovador, donde los alumnos aprendan por cuenta propia con prácticas que impulsen su incorporación al campo laboral, explica Raúl Martínez Solares.
La UNAM
ocupa el puesto 93 en el QS World University Ranking 2024, que evalúa a 1,500 universidades de todo el mundo
Más políticas en innovación
El director de Fibra Educa señala también que para propiciar un entorno innovador se requieren políticas públicas específicas: primero, crear programas que permitan la expansión de habilidades básicas entre la población estudiantil, por ejemplo, los conocimientos básicos que no solo mejoran las habilidades del campo, sino que abonan al desarrollo del conocimiento humano.
En segundo lugar, promover la mejora integral de la calidad en la educación, con los estudiantes al centro y condiciones que empoderen a los docentes con mejores herramientas y capacidades de enseñanza.
Finalmente, está la promoción de políticas públicas orientadas a la inversión en educación media y superior, tanto pública como privada, y en servicios de infraestructura.
Se espera que en la próxima década, la posibilidad de conseguir empleo dependa sobre todo de lo bien cualificados que estén los jóvenes solicitantes, de sus conocimientos y habilidades. “Las empresas necesitan personas que sean capaces de llegar donde la tecnología no alcanza, que sean creativos y que gestionen las emociones propias y las de sus equipos”, concluye Guillermo Larios.
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