La sostenibilidad como práctica corporativa descansa en diversos pilares, pero sin duda el epítome de ser una “empresa verde” pasa por ser una que respeta el medioambiente a través de una gestión eficaz que no agota los recursos naturales.
Por ello, la protección y conservación de la biodiversidad es una de las prioridades de Grupo Xcaret, dado el entorno de riqueza natural en el que se ubican sus hoteles, parques y tours. Con la conservación ambiental como uno de los ejes principales de su estrategia de sostenibilidad, la empresa tiene en marcha varios programas de cuidado y rescate de especies en extinción representativas de la Riviera Maya, una de las regiones más diversas y atractivas de México y el mundo.
A lo largo de varios años, el trabajo de conservación de la empresa turística ha rendido buenos frutos y ha sido reconocida por los alcances de varios de sus programas e iniciativas en este rubro. Algunos de los que lideran en solitario son: el de rescate de la Guacamaya roja (su ave insignia), el de reproducción en cautiverio de medusas luna y el de rescate de los arrecifes coralinos de la región.
Rojas y hermosas
El programa de conservación de Guacamayas fue el primero. Nació del amor de Miguel Quintana por estas aves y de su preocupación por su inminente extinción a principios de la década de 1990, a casa de la captura ilícita y la venta de este animal exótico en el mercado negro.
En 1994 nacieron en Xcaret las primeras seis guacamayas, pero cinco años más tarde se logró perfeccionar la técnica y nacieron 20 en un año. Para 2013, ya tenían 100 parejas reproductoras.
En su primera etapa, este programa fue reconocido dos veces como récord Guinness por el nacimiento de más de cien Guacamayas en cautiverio (132 de ellas en la segunda ocasión, en 2013). Pero la reproducción solo fue la primera meta a cumplir, repoblar los ecosistemas que ya las extrañaban era el verdadero objetivo.
A partir de 2012 comenzaron las acciones de reintroducción, y hasta 2022 –según el informe de sostenibilidad publicado en septiembre de 2023– había logrado reintroducir 197 ejemplares en la Reserva Ecológica de Nanciyaga y otros sitios en el estado de Veracruz; más 120 en Aluxes Ecoparque. Es decir, un total de 302 guacamayas reintroducidas, con una sobrevivencia calculada del 77 por ciento.
Reanimando los océanos
Fuente y sostén de vida marina megadiversa, los arrecifes de coral enfrentan la extinción hacia mediados de este siglo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
Además de mitigar el impacto humano en los océanos, es necesario ayudar a los corales a reproducirse en cautiverio y a ser resilientes ante el cambio climático. Acuario Xcaret tiene en marcha diversas acciones, algunas de rescate, reinserción y reproducción de corales en peligro de extinción, algunas de ellas en conjunto con Inapesca, la UNAM y otras instancias.
No es un asunto fácil reproducir corales en cautiverio. Se trata de seres vivos muy sensibles a la luz y al calor, que hoy día se ven estresados en demasía por la inusual elevación de la temperatura en las corrientes marinas, debido al cambio climático, explica el biólogo Eloy Ramírez Mata, del Laboratorio para la reproducción de corales de Grupo Xcaret.
Por ello, en el laboratorio del acuario Xcaret se lleva a cabo un trabajo para apoyar la reproducción de corales en cautiverio, con el fin de reintroducirlos al arrecife del caribe que bordea la costa de Quintana Roo. Lo hacen de dos maneras, cuenta Ramírez: sexual o clonal, es decir, por medio de la fecundación de sus gametos o bien por esqueje.
Como en todos sus programas, la meta es repoblar el océano con nuevos corales. El primer vivero, Génesis, fue colocado el pasado 21 de mayo en el arrecife de la costa de Riviera Maya.
Al ritmo de las medusas
Desde hace unos años, en Xcaret se reproducen también cientos y cientos de medusas Luna, una especie pequeña de este organismo pelágico.
Aunque se reproducen en gran cantidad, la vida de esta variedad es muy corta, por lo que el laboratorio del acuario mantiene la producción de manera constante, en un proceso minucioso de control de temperatura, calidad del agua y movimiento, pues las medusas nunca pierden el ritmo, so pena de caer al fondo y morir.
Además de en el acuario, Xcaret tiene otro laboratorio en el hotel La Casa de la playa, donde cada habitación tiene una pecera especial de medusas, para alegrar la vista de sus huéspedes.
El hospitalito
Además de proteger los huevos hasta que eclosionan nuevas tortugas, en el Hospital de Vida Silvestre de Xcaret atienden tortugas silvestres adultas, heridas o enfermas, de todo el país.
Caguamas inmensas, tortugas blancas y verdes de mediana edad, hermosas carey, entre otras, son las especies de la veintena de tortugas que hoy se rehabilitan en el Hospital de Vida Silvestre de Xcaret.
Solo una es habitante del parque y llegó al hospital por un periodo breve para ser atendida de una mordida que le dio una compañera de estanque. Todas las demás, pequeñas, grandes y enormes, han llegado de diversos puntos del país por causas tan diversas como una fractura de aleta no expuesta, una obstrucción intestinal por basura plástica en el océano o alguna enfermedad de las muchas que estos sorprendentes animales sufren en su hábitat natural.
Único en su tipo a nivel nacional y con reconocimiento en el extranjero, el Hospital de Vida Silvestre de Xcaret trabaja desde 1993 está especializado y equipado para atender las necesidades de la población biológica de los parques y las urgencias médicas de la fauna silvestre de los alrededores. Cuenta con el aval de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y es una instalación única en su tipo a nivel nacional, y reconocida en el extranjero.
Avalado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como centro de rehabilitación desde 2013, el hospital comenzó a recibir especímenes de otras partes del país para atenderlos tras algún accidente o enfermedad, rehabilitarlos y reinsertarlos a su hábitat.
El centro cuenta con equipo de punta para la atención de traumatismos y enfermedades, como equipo láser, ultrasonido y espacios para cirugías. Cada caso requiere distinto tiempo de rehabilitación, pero suelen ser largos, incluso de años.
“Es importante mencionar que todas las tortugas que llegan al hospital se rehabilitan y se reintroducen, con ninguna nos quedamos. Siempre trabajamos de manera conjunta con las autoridades”, señala Ana Cecilia Negrete, médico veterinaria y coordinadora del programa.
El centro tiene espacio para atender entre 25 y 30 tortugas al mismo tiempo, dependiendo del tamaño y si pueden compartir estanque.
“Las tortugas marinas son muy demandantes de cuidado médico en comparación de otras especies. Ellas no nos dan tregua: necesitan revisiones periódicas de piel y peso, así como ajustes de dieta frecuentes. Demanda mucho tiempo dedicación y una inversión costosa”, comenta la especialista.
AOL