Julia siempre fue una chica inquieta. A los 13 años, consiguió por su cuenta, un espacio para tomar un curso de danza clásica por un mes en Nueva York y desde entonces, sus padres supieron que ella sería imparable. Por eso no se sorprendieron cuando en sexto semestre de arquitectura les anunció que se iría de intercambio estudiantil a Alemania.
Los intercambios académicos pueden realizarse desde la secundaria, pero sin duda el que más impacta en el futuro profesional, personal y laboral es el que se hace en la licenciatura, pues brinda una experiencia de vida y una formación académica que luego puede aplicarse en la vida laboral; además, algunos de los estudiantes de intercambio logran destacarse y extender sus estancias para hacer pasantías y hasta para obtener su primera oportunidad laboral en el país receptor.
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“Conocer un estilo de vida y una cultura diferentes, y dominar otro idioma te ayudan a construir un perfil profesional internacional; al tiempo que creas relaciones que te abren las puertas a un mercado laboral muy competido en México”, dice Vania García, asesora de Education First México.
Los intercambios duran uno o dos semestres en la segunda parte de la carrera; en séptimo para los programas de 10 semestres y en sexto para los de ocho y nueve. Con esto en mente, es importante que empieces a buscar tus opciones desde cuarto o quinto, para que te dé tiempo de hacer todo el proceso.
Primero hay que tener muy claro el país en el que quieres estudiar, y ver los programas disponibles que ofrece tu universidad, una gestora de intercambios —EF México, Class Education, Travel & Learn— o el gobierno federal a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) o la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).
Invertir en tu futuro Después de la elección del país, es momento de hacer cuentas para determinar el presupuesto que necesitas para cubrir los gastos iniciales, como el vuelo y los trámites migratorios —la visa de estudiante y el pasaporte—, y los que serán fijos durante la estancia: hospedaje, comida, transporte y materiales de estudio.
Es muy importante investigar acerca de la calidad de vida del país elegido para hacer un estimado en precios de alimentos, ropa, servicios y productos básicos.
García, de EF México, recomienda visitar el apartado de educación de las páginas de las embajadas, cotizar los vuelos con diferentes aerolíneas y revisar si la universidad o institución con la que estás organizando tu intercambio, brinda alguna facilidad, beca o paquetes para viajar como estudiante.
Si bien la inversión que se requiere es variable y depende del destino que elijas, el gasto estimado será de entre 70 mil y 240 mil pesos por año, aproximadamente.
Toma en cuenta que muchos programas otorgan becas completas o parciales, que incluyen el hospedaje, alimentos y/o el seguro de viajero, y especialmente la matrícula de la universidad a la que vas.
Un cambio de modelo
Según cifras de CLASS Education, empresa canadiense dedicada a administrar intercambios, durante 2022 unos 30 mil estudiantes mexicanos de todos los niveles salieron a estudiar al extranjero.
Debido al covid-19, los confinamientos y el cierre de fronteras, los intercambios presenciales se detuvieron por completo en 2020; en 2021 bajaron 40 por ciento respecto de los niveles prepandemia y desde 2022 han comenzado a reactivarse, de acuerdo con EF México.
Algunas universidades como la UNAM, la UVM y el ITAM reinventaron sus programas de movilidad estudiantil durante los confinamientos y abrieron la posibilidad de que los alumnos tomaran clases en instituciones extranjeras de manera virtual.
Este modelo es una alternativa a los viajes estudiantiles, pero si bien el enriquecimiento académico prevalece y los costos son mucho más bajos, se pierden la experiencia cultural y el crecimiento personal de vivir solo e independiente en un país ajeno. ¡Atrévete!
srgs