De acuerdo con la UNESCO, las mujeres que se dedican a la investigación científica en el mundo representan poco menos de la tercera parte de la población total y solo 12 por ciento de quienes conforman las academias científicas.
Esta situación es entendible si se toma en cuenta que solo 35 por ciento de ellas cursan alguna carrera en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por su siglas en inglés).
Mientras las mujeres continúen subrepresentadas en estas áreas, su potencial seguirá desaprovechado y no se cumplirá con la meta de que la ciencia y tecnología funcionen y sean para todas y todos. Es prioritario abrir espacios y hablar de las mujeres que están cambiando la historia; e impulsar que en las referencias a la ciencia e innovación los nombres de Marie Curie y Özlem Türeci compartan la misma importancia que Albert Einstein o Louis Pasteur.
Si hablamos de ciencia es indispensable tocar la innovación e investigación clínica, que han permitido que las personas tengan vidas más largas, saludables y productivas, e incluso han enfilado a los sistemas de salud hacia un camino más sostenible al ahorrar costos, por ejemplo, con estadías hospitalarias más cortas.
México tiene el potencial de crear y nutrir esta red de innovación en salud para el beneficio de la mayor cantidad de personas y para hacerlo posible es fundamental trabajar en equipo, cobijados con el estandarte de la inclusión y la igualdad.
Aún falta mucho camino por recorrer para que las mujeres tengamos una mayor representatividad y la ciencia sea favorable para todas y todos: contra los 572 hombres que han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina, solo 17 mujeres lo han obtenido desde que Marie Curie fue galardonada por primera vez en 1903.
La historia cuenta siglos de invisibilidad, por lo que nuestra responsabilidad es sumar esfuerzos y tejer el puente para que el trabajo de las mujeres sea reconocido y las niñas y adolescentes que sueñan con estudiar química, ingeniería, matemáticas, entre muchas otras disciplinas del ámbito científico, puedan lograrlo.
Debemos hablar más de Marie Curie y Özlem Türeci, quien junto con su equipo desarrolló la primera vacuna del mundo contra el SARS-CoV-2; y de todas las mujeres que hoy son referencia en la ciencia.
jegb