¿Qué tal combinar esas materias escolares con aprender a tocar un instrumento en tus ratos libres? La música, esa combinación de sonidos y silencios, además de alimentar el alma también resulta benéfica para la neurosalud y un complemento educativo ideal.
Ya sea a temprana edad o en una etapa más madura, aprender a tocar un instrumento o adentrarse al mundo musical con el canto, estimula el cerebro y potencializa sus características en nuestra vida diaria.
De acuerdo con estudios neurocientíficos, las personas comienzan a tener cambios en la actividad cerebral durante los primeros meses consecuentes a convivir con un instrumento musical, debido a la conexión de mente y emociones, además de experimentar transformaciones en los estados de ánimo.
Un estudio realizado por la Universidad de Helsinki en 2008 concluyó que escuchar música diariamente ayuda a recuperar las funciones cognitivas tras un accidente cerebrovascular, lo que explica por qué en muchos países ya es utilizada como terapia. ¿En qué actividades cerebrales influye escuchar música?
Un mejor lenguaje
Gracias a la música, en tu cerebro pueden fluir las ideas, así como darlas a conocer con pensamientos claros, concisos y con mayor sentido y significación de los sentimientos que experimentamos.
Mayor seguridad
El hecho de apreciar la música y poder transmitirla genera una apertura hacia los demás sin caer en la desconfianza o miedo.
Gracias al sonido, nuestros sentidos se activan y recrean una postura cordial para saber externarla de la mejor manera, además de forjar una personalidad más abierta hacia con nuestros semejantes.
Autoestima y estado de ánimo
Si la música beneficia nuestra autoestima, también es capaz de levantar la moral de una persona, además de persuadir a un cambio en el estado de ánimo debido a la felicidad o éxtasis que pudiera producir.
Matemáticas y creatividad
La capacidad para resolver problemas numéricos, así como dedicarte a carreras que tienen que ver con la ingeniería o humanidades, también forman parte de un compendio de beneficios que trae consigo la música. Aprender a tocar un instrumento destapa las capacidades para poder echar a volar la imaginación y crear puentes cognitivos en aras de un mejor desarrollo con otras áreas de la vida.
Inteligencia y memoria
Si aprendes a tocar un instrumento, la música quedará para siempre almacenada en tu memoria, dándole un matiz importante a tu vida y disminuyendo, inclusive, el riesgo de padecer enfermedades como el alzheimer o demencia.
Disciplina
Regularmente las personas que se adentran a tocar un instrumento también experimentan cambios en su modo de vida, pues se vuelven más disciplinados. La capacidad de mantener las cosas en orden es una de las prioridades fundamentales de aquellos que llevan la música por dentro y forjan un espíritu de pertenencia por mantener el absoluto control de las cosas.