Este 2020 representó grandes retos para la humanidad en general, y la diplomacia no fue la excepción. Tras el anuncio de la pandemia de covid-19, el Embajador de España en México, Juan López-Dóriga, se encontró de pronto ante el gran reto de mantener activas las intensas relaciones de nuestros países, a distancia y con apoyo de la tecnología.
Fue así que, además del trabajo consular y la atención a la comunidad española en México, siguieron adelante los planes, los encuentros, los acuerdos y las pláticas que requiere una relación tan estrecha como la que México y España sostienen desde hace 43 años.
¿Cómo describiría este año las relaciones entre México y España?
Puedo dar una respuesta en dos vertientes distintas. Una es relativa a las relaciones bilaterales, que son muy sólidas y diversificadas. En ese terreno, desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas hemos conseguido algo muy singular: nuestras sociedades han aprendido a comunicarse directamente entre ellas. Sin duda, la pandemia supone un parón en muchos casos y sin duda hace más lentos los contactos en otros, pero ese contacto directo que tienen las sociedades (de México y España) es lo que nos garantiza que, cuando esto acabe, las relaciones van a restablecerse inmediatamente y al nivel que teníamos antes de la pandemia. Son relaciones entre las sociedades, aparte de las que por supuesto tienen los gobiernos. Y si hablamos de la economía, la cultura, el turismo… hay datos que avalan esta afirmación de que las relaciones son intensas y se restablecerán muy rápidamente en cuanto esto pase.
En otra vertiente de nuestro trabajo, el reto fue encontrar la forma de garantizar que la comunidad española en México siga atendida en una situación de pandemia y esto es quizá lo que nos ha exigido más dedicación en estos meses. Quiero recordar que hay más de 150 mil españoles registrados en los tres consulados que tenemos aquí, así que hemos tenido que trabajar muchas más horas y fines de semana, para garantizar la atención, esta vez a distancia, pero procurando no dejar a nadie desatendido.
Él dice...“Ese contacto directo que tienen nuestras sociedades garantiza que, cuando esto acabe, las relaciones se restablecerán inmediatamente”
La Secretaria de Estado de Cooperación Internacional realizó una visita virtual hace unos meses, ¿cuál fue el resultado?
Los contactos no han cesado en ningún momento. Nuestra canciller ha mantenido contactos también a distancia con el canciller Marcelo Ebrard; nuestros secretarios de estado con los subsecretarios de relaciones exteriores, y con la Secretaría General Iberoamericana organizamos unos diálogos sobre el covid-19, donde participó el canciller mexicano y otros cancilleres iberoamericanos.
Y por supuesto, sucedió esta visita de la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional. Ella es responsable tanto de lo que es estrictamente la cooperación para el desarrollo como de los temas culturales en el exterior. Si tuviera que destacar las cosas más importantes de la visita, subrayaría tres programas con la Organización Mundial de la Salud, relativos también a la pandemia, que hemos financiado conjuntamente a través del Fondo Mixto con la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Agencia Mexicana de Cooperación.
Fue además una visita de preparación de la Comisión Binacional, donde repasamos las iniciativas para 2021, año en que confiamos poder volver a la normalidad. Entre ellas destacaría una exposición de Joan Brossa, creador español, y una iniciativa que ya ha visitado varias capitales del mundo, que es El Prado en la Calle, para traer a México reproducciones de los cuadros del Museo del Prado y exponerlos en un sitio muy público para que quien no pueda ir al museo, lo pueda disfrutar.
¿Cómo abona la cultura en esta relación entre ambos países?
La colaboración en el mundo de la cultura es muy intensa. Tenemos una infraestructura cultural que existe en pocas relaciones bilaterales. España gestiona el mayor Centro Cultural del mundo en México y en los dos últimos años se ha redoblado la apuesta con la Casa de México en Madrid, que está teniendo un enorme éxito.
A ello se debe añadir la comunicación directa entre las dos sociedades, que se conocen y se reconocen. Por ejemplo, el 9 de diciembre pasado estuve en el Auditorio Nacional. Cantaban Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat y no cabía un alfiler. Esa es una muestra de cómo se hacen los intercambios entre España y México en el plano de la cultura y la sociedad.
También es importante cómo se reconocen en España las iniciativas culturales de México y la mejor muestra de este año es el Premio Príncipe de Asturias a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Esa es la más importante, pero hace unos días, también hubo un premio en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián para Fernanda Valadez, una directora mexicana.
Entonces, ¿la cultura fortalece la amistad entre México y España?
Sí, con unas sociedades siempre muy conectadas. Pero no solo es el campo de la cultura. En lo económico existe asimismo una relación muy intensa. Somos el segundo inversor en México y México se ha convertido en el primer socio comercial para España en América Latina. Las inversiones mexicanas están llegando cada vez con más intensidad a España. En la educación también tenemos una relación muy activa. Cuando he recorrido algunos estados de la República he podido ver cómo hay centenares de acuerdos de cooperación entre universidades españolas y mexicanas. El año pasado había 17 mil estudiantes mexicanos en España. Son volúmenes muy importantes.
El turismo ha sufrido mucho con la pandemia, pero hasta que el cierre empezó la línea era claramente ascendente. 600 mil mexicanos visitan España (al año) y unos 400 mil españoles, México.
¿Qué pasó con la XII Comisión Binacional y la XVI Reunión interparlamentaria que debían hacerse este año?
La Comisión Binacional se hará. Existe la voluntad firme de los dos gobiernos de llevarla a cabo. Tocaría en México. Ahora tenemos que ver en función de la evolución de la pandemia si la haremos virtual o esperaremos un poco para realizarla con la presencia de los ministros del gobierno español y esa proximidad que permite un diálogo más directo.
Para la otra, la Reunión Interparlamentaria, que también nos importa mucho, ya hubo una reunión de preparación en julio, en la que participaron la presidenta de la Cámara de Diputados, entonces Laura Rojas, y la presidenta del Congreso de los Diputados español Meritxell Batet.
Además de retomar esos temas, ¿cuáles son los planes para 2021?
Hay dos cosas más. México es un país con una estructura federal y creo que es importante trabajar con los estados. Había comenzado a visitarlos, pero tuve que interrumpir esta tarea por la pandemia. Será una prioridad en 2021.
Otra cosa importante es la entrada en vigor del acuerdo global con la Unión Europea (TLCUEM). Ese es el gran desafío. España siempre ha apoyado que México se conecte con Europa. Ahora tenemos un instrumento que hay que acabar de poner en marcha y empezar a utilizar.
También hay una celebración pendiente, que refleja lo veteranas que son nuestras relaciones y nuestra complicidad, que son los 130 años de la Cámara de Comercio Española en México. Tenemos muchas cosas qué hacer.
Él dice...“Probablemente tendremos que seguir utilizando las pantallas mucho más. espero que muy pronto podamos volver al apretón de manos español y al abrazo mexicano”
¿En qué punto está el Tratado Global de México y la Unión Europea?
En este momento hay un acuerdo total. Se han cerrado las negociaciones, pero recordemos que la Unión Europea es una entidad compleja; hay que traducir los textos a todos los idiomas oficiales y proceder a la firma, que desencadena los procesos de ratificación posteriores. Tiene que pasar por el parlamento europeo y por los parlamentos de cada uno de los Estados participantes. Ese proceso todavía no ha empezado.
En lo personal, como diplomático ¿qué reto le planteó la pandemia?
Cambiar el método de trabajo, fundamentalmente. Por primera vez en mis 35 años de vida profesional, trabajar a distancia y seguir respondiendo al reto de mantener unas relaciones tan intensas como las que tenemos entre nuestros dos países.
Uno siempre piensa en diplomacia con la imagen de dos personas que se sonríen y se estrechan la mano…
Sí, hemos tenido que aprender a hacer lo mismo a través de una pantalla, lo cual plantea sus retos. Cuando vuelva la normalidad no volveremos a hacer las mismas cosas que hacíamos antes. Esto dejará su huella, probablemente tendremos que seguir utilizando las pantallas mucho más tiempo de lo que las hemos utilizado. Espero, sin embargo, que muy pronto podamos volver al apretón de manos español y al abrazo mexicano.
srgs