El Paquete Económico para 2021 que presentó la Secretaría de Hacienda destila optimismo, al menos así lo perciben la gran mayoría de los analistas, quienes también aseguran que no es sostenible. Esta idea surge del panorama complicado que México enfrentará el siguiente año: revivir una economía severamente golpeada por la pandemia de coronavirus mientras se apega a las promesas de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de que el gobierno prevé ingresos 3% inferiores a los registrados en 2019 y un presupuesto más austero, presupone asimismo fuertes recuperaciones y comportamientos positivos de las principales variables que podrían, o no, darse.
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“Desafortunadamente el presupuesto no tiene sorpresas”, dice Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y asegura que la propuesta mantiene las mismas prioridades de los Presupuestos de 2019 y 2020, como la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, el proyecto del corredor interoceánico del istmo de Tehuantepec y el Tren Maya, los cuales mantuvieron su financiamiento o, en algunos casos, incluso incrementó de manera considerable.
“Lo que estamos viendo es que estos presupuestos que se presentan año con año, contienen una visión muy cortoplacista, incluso los proyectos de infraestructura, que son los que deberían de tener una visión más larga”, señala Moy.
Además, el enfoque austero del gobierno mexicano en su presupuesto para 2021 “no es sostenible”, considera Nymia Almeida, vicepresidenta senior del grupo de finanzas corporativas de Moody’s. “No se puede repetir cada año, es un limitante”, advierte la financiera.
La analista para México de Moody’s dice que la agencia de calificación estaba más preocupada por el crecimiento económico de México que por la deuda.
Moody’s tiene a México a un escalón de perder su grado de inversión, pero Almeida asegura que no se espera que la nota soberana del país llegue a un valor “basura” en los próximos 12 meses, aún con la perspectiva negativa.
El Dato.56%
del gasto público estaría comprometido en el Presupuesto Económico 2021
Poco espacio fiscal
La directora del IMCO indica que el espacio fiscal en el Presupuesto 2021 para hacer políticas públicas que impulsen la recuperación económica posterior al Covid será muy limitado, debido a la combinación del gasto ineludible del gobierno y de los 38 programas prioritarios del presidente, aunado a menores ingresos, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y la no contratación de deuda.
Con base en datos de la Secretaría de Hacienda, se sabe que alrededor de 3.4 billones de pesos corresponden a gasto que prácticamente ya está comprometido: pago de pensiones, participaciones a estados y el costo financiero de la deuda, más el presupuesto de los 38 programas sociales prioritarios y de infraestructura etiquetados por la administración federal.
Esto implica que alrededor de 56% del presupuesto de egresos estaría ya comprometido, considerando un nivel de gasto público aprobado para este año en 6.1 billones de pesos.
No obstante, los expertos señalan que ese porcentaje podría subir a 70 o hasta 85% si se suman las partidas para aportaciones a estados y el presupuesto para el sector salud y el de energía, que incluye a Pemex y CFE. Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), considera que “el espacio fiscal es donde se ve muy dramático (el panorama) porque hay una serie de gastos importantes; se ve un paquete con muchas restricciones porque ya no hay mucho de dónde recortar”.
Además, señala que la propuesta, que deberá ser aprobada a más tardar el 15 de noviembre por ambas cámaras legislativas, no prevé un plan contracíclico para impulsar a la economía nacional que se ha paralizado a causa de la pandemia.
Valeria Moy, del IMCO, coincide con Villarreal y sostiene que “en este momento en que más necesitamos una política fiscal contracíclica, hoy que es cuando necesitamos gastar para poder salir de esta crisis, pues simplemente no tenemos espacio para hacerlo, ni por la parte de gasto ni por el lado de los ingresos”.
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Proyecciones optimistas
En cuanto a los ingresos, los equipos de BBVA y de Bank of America (BofA) detectaron menores riesgos para las proyecciones del gobierno en el plan Presupuestario 2021, debido al optimismo en torno a sus principales objetivos macroeconómicos.
La Secretaria de Hacienda espera que la economía nacional se contraiga 8% en 2020, para aumentar a 4.6% el próximo año. “Esta es una diferencia sustancial en términos del nivel del PIB para fines de 2021 con respecto al consenso y nuestras estimaciones”, dice Carlos Capistrán, director de Bank of America para México y Canadá.
Por otro lado, estima que al cierre de este año la economía caerá 10%, siguiente año.
Capistrán también señala que, el nivel del PIB asumido por la dependencia federal, le permitió presentar una reducción de la deuda respecto al PIB para fines de 2021, lo que consideran en BofA muy poco probable, puesto que la deuda como porcentaje del PIB llegó al 61% en junio de 2020 frente al 45% registrado en diciembre de 2019. “La deuda seguirá aumentando.
La administración está tratando de prevenir un deterioro fiscal sustancial, presentando un presupuesto austero que busca reducir deuda al PIB en 2021 versus 2020. Pero creemos que la deuda al PIB seguirá aumentando más allá de las expectativas de la Secretaría de Hacienda”, explica el director de BofA para México y Canadá.
Carlos Serrado, economista en jefe de BBVA, concuerda con Capistrán al decir que el panorama para las finanzas públicas no estará libre de riesgos. En particular, destacan aquellos asociados con el crecimiento económico anual de 4.6% previsto en el Paquete Económico. “No es momento de implementar una política fiscal austera”, dice Serrano.
“Esto debería de acompañarse del anuncio de una reforma fiscal que debería entrar en vigor una vez superada la crisis de la pandemia para que ayude a financiar el gasto adicional”, señala. De acuerdo con el analista de BBVA, esa sobreestimación del crecimiento para 2021 (4.6% vs estimación BBVA de 3.7%) junto con el marcado optimismo para 2020 (-7.6% vs estimación BBVA de -10.0%) representa una sobrevaloración del PIB de 2021 equivalente a 3.5% de la actividad económica registrada en 2019. Esta diferencia, agrega, “representa una presión adicional al gasto público Presupuestal de 2021.
Si bien el dinamismo en el sector industrial será mayor al ser impulsado por el sector manufacturero de Estados Unidos, el consumo privado mostrará una recuperación más lenta por la pérdida masiva de empleos, que tendrá un impacto de mediano plazo sobre el ingreso de los hogares”, explica Serrano.
Sector petrolero
En cuanto al petróleo, el gobierno proyecta que el precio promedio por barril de la mezcla de petróleo mexicano será de 42.1 millones de dólares en 2021, suponiendo que se produzca una amplia recuperación de los precios del petróleo y que se mantenga todo 2021.
También espera una producción promedio de petróleo de 1,857 millones de barriles diarios que, si bien es menor a los 2,027 millones de barriles que predijo a principios de abril, todavía está a una distancia significativa de la producción actual de apenas 1,600 millones.
Los analistas de BBVA piden al gobierno cambiar el apoyo que da a Pemex para refinación, hacia el enfoque de exploración y producción de crudo.
“Consideramos que el gobierno federal debería replantearse los proyectos de inversión del Tren Maya, el Aeropuerto General Felipe Ángeles y la nueva refinería de Dos Bocas.
En lo referente a Pemex, la aportación presupuestaria debería de concentrarse preponderantemente en exploración y producción petrolera”, dice Carlos Serrano.
El economista de BBVA considera apropiado revisar el Paquete Económico una vez que se cuente con las cifras del crecimiento económico del primer trimestre de 2021 y, en su caso, realizar los ajustes necesarios para el cumplimiento de las metas fiscales.
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Visión a largo plazo
En última instancia, el Presupuesto de Egresos es responsable, pues no gasta demasiado, e incluso indica un ligero decrecimiento del gasto en términos reales, afirma Valeria Moy, del IMCO.
Sin embargo, la ejecutiva lamentó que desde hace varios años los presupuestos ya no asignan gastos diseñados para superar el período del actual presidente, lo que se ha convertido en un lastre para el crecimiento económico, especialmente con la crisis del COVID-19.
“No hay manera de que un país crezca si no tenemos una visión de largo plazo, con una visión transexenal que no depende de la persona que esté al frente del país ni de la visión que tenga en turno”, asevera la directora del IMCO.
yvr