El emprendimiento es la iniciativa de una persona para arrancar y manejar un negocio, lo que requiere voluntad, disciplina, compromiso y dedicación. En México, las mujeres emprendedoras luchan día tras día por crear un entorno más equilibrado, en el que no exista desigualdad y en el que surjan nuevas empresas lideradas y constituidas por un mayor poder femenino.
El panorama de las emprendedoras ha cambiado mucho en los últimos cinco años. Según Zaira Zepeda, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), tras la pandemia por covid-19 muchas mujeres perdieron sus empleos y 40 por ciento de ellas no pudo reinsertarse en el sector laboral debido a que muchos de esos espacios fueron ocupados por hombres luego de la emergencia.
Esto dio pie a que hubiera un despegue de mujeres emprendedoras que, ante la necesidad económica y de crecimiento, decidieron dejar de lado la búsqueda de un empleo formal.
Es bien sabido el impacto económico que tienen las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en México, que a nivel general re- presentan 99 por ciento de las unidades económicas del país, y generan siete de cada ocho empleos, y más de 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En este sentido, cabe resaltar que las mujeres generan 22 por ciento de ese indicador económico.
Pese a la tendencia de crecimiento de las emprendedoras y el impacto positivo que generan en la economía mexicana, aún hay muchos retos que deben enfrentar, entre ellos: el bajo acceso a financiamiento, ya que las instituciones financieras piden muchos requisitos que las mujeres no tienen cubiertos, a causa de otras desigualdades inherentes a su género; la falta de capacitación formal que incluye la incubación de negocios y educación financiera; y la falta de recursos.
Zaira Zepeda resalta que hay una serie de propuestas para que se incremente la participación de empresarias en el país, como la implementación de políticas para lograr un balance entre trabajo y familia, encontrar mecanismos legales para garantizar que las mujeres puedan acceder a financiamiento; la capacitación continua y otros recursos que permitan romper las barreras que limitan el crecimiento del autoempleo.