Tratamientos alternos para las enfermedades renales

Salud Total

Estados Unidos cambió este año su enfoque para tratar a los enfermos renales, pues los tratamientos resultan caros e insuficientes. Y en México, ¿cuándo?

Aproximadamente 37 millones de estadounidenses padecen enfermedad renal crónica (Shutterstock).
Marisol Robles
CDMX /

En los primeros días de julio de este año, el presidente estadounidense Donald Trump hizo un anuncio que salió de su estilo habitual: en la foto se le veía con pacientes renales y en la propuesta anunciaba un paquete de medidas que con- templaban la santa trinidad de la salud renal: trasplante, diálisis y prevención.

La enfermedad renal en Estados Unidos (EU), como en muchos países, es una epidemia silenciosa. Al ver hacia las cifras, se sabe que este padecimiento fue la novena causa principal de muerte en aquel país en 2017.

Aproximadamente 37 millones de estadounidenses padecen enfermedad renal crónica. Más de 100,000 de ellos comienzan la diálisis cada año. 20% muere dentro de su primer año y 50% en un lapso de cinco años. Actualmente, casi 100,000 estadounidenses están en la lista de espera para recibir un trasplante de riñón.

Para combatir esta situación de manera frontal, el 10 de julio pasado Donald Trump firmó una orden ejecutiva, al considerar que “el estado de atención para pacientes con enfermedad renal crónica y enfermedad renal en etapa terminal (ESRD por sus siglas en inglés), es inaceptable: demasiados pacientes en riesgo progresan a insuficiencia renal en etapa tardía; la tasa de mortalidad es muy alta; las opciones de tratamiento actuales son caras y no producen una calidad de vida aceptable; tampoco hay suficientes riñones donados para satisfacer la demanda actual de trasplantes”.


Con esta orden, EU pretende prevenir la insuficiencia renal crónica (IRC) siempre que sea posible; aumentar la elección del paciente a través de tratamientos alternativos asequibles para IRC, fomentando una atención de mayor valor, educando a los pacientes sobre alternativas de tratamiento y fomentando el desarrollo de riñones artificiales; así como el acceso a los trasplantes de riñón modernizando los sistemas de recuperación y trasplante de órganos y actualizando las regulaciones anticuadas y contraproducentes.

En México vamos a ciegas 

En nuestro país no sabemos cuántos enfermos renales hay porque no se ha logrado consolidar un registro, si mantenemos la referencia a nivel mundial de que 10% de la población tiene una enfermedad renal y somos poco más de 134 millones de habitantes, estamos hablando de 13.4 millones de personas que tienen algún padecimiento renal.

Lo que sí sabemos es que la enfermedad renal es la quinta causa de mortalidad en nuestro país, dice el doctor Ricardo Correa-Rotter, jefe del departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. 

El Dato.

13.4 millones

de mexicanos, se estima, tienen algún padecimiento renal.

Y si alguien asesoró bien al presidente Trump, qué estamos haciendo en México para hacer llegar esta inquietud a quienes tienen en sus manos retomar el rumbo errado que nos lleva a la muerte en masa de muchos pacientes, que ni siquiera llegan a ser diagnosticados.

El doctor Ricardo Correa-Rotter menciona también que de 80 a 90% de los enfermos renales ni siquiera imaginan que tienen un problema con sus riñones, porque es una enfermedad silenciosa, con síntomas muy sutiles o que se pueden confundir con otros padecimientos, lo cual, sumado a nuestra poca cultura de acudir al médico, hace que cuando el diagnóstico llega, sea demasiado tarde, en etapas muy avanzadas del padecimiento, cuando la única solución es la terapia sustitutiva, es decir, la diálisis.

Justo ahí empiezan los problemas, porque no hay dinero que alcance cuando tocamos el tema de los tratamientos renales sustitutivos. Durante muchos años se alimentó la idea de que diálisis peritoneal y la hemodiálisis competían, que una era mejor que la otra. Lo cierto es que una es más cara que la otra y tal vez ésta sea la razón por la que en EU regresan al concepto de diálisis en casa.

Se trata de un esquema donde es el mismo paciente, entrenado, quien asume la corresponsabilidad de su tratamiento de diálisis; claro que esto requiere un esfuerzo gigantesco de educación, para empezar a deshacer paradigmas y formar pacientes informados. Tal vez es momento de retomar el trabajo hecho por las fundaciones que hicieron el cabildeo para que la Ley de cuidado renal fuera posible, para orquestar nuestra forma de convencer a todos los involucrados en el equipo renal de que hay que remar para ese puerto o algún otro donde hallemos soluciones.


El ejemplo a seguir

La Ley firmada por Donald Trump habla del estado de atención en los pacientes renales, del costo, de las consecuencias, de educación y de acciones muy concretas que el secretario de Salud y Servicios Humanos debe cumplir en tiempos acota- dos de 30 a 120 días. En EU saben cuántos son los afectados por esta enfermedad silenciosa y por lo tanto, la magnitud de lo que enfrentan desde todas las trincheras. Aquí algunas acciones:

1. Lanzar una iniciativa para educar a los pacientes y apoyar programas que promuevan la conciencia de la enfermedad renal. Apoyar la investigación relacionada con la prevención, el tratamiento y la desaceleración de la progresión de la enfermedad renal y mejorar el trasplante de riñón. 

2. Seleccionar un modelo de pago para evaluar las innovaciones, en compensación para los proveedores de servicios de atención renal, basado en el costo del paciente renal y los resultados de calidad, con un enfoque en retrasar o prevenir la aparición de insuficiencia renal, prevenir hospitalizaciones innecesarias y aumentar la tasa de trasplantes.

3. Crear incentivos de pago para un mayor uso de diálisis en el hogar y trasplantes de riñón para los beneficiarios de Medicare en diálisis. Las mayores tasas de diálisis y trasplante mejorarán la calidad de vida y la atención de los pacientes que requieren tratamiento. 

4. Anunciar que se considerarán las solicitudes de aprobación previa a la comercialización de riñones artificiales portátiles o implantables para alentar su desarrollo; y llevar a cabo una estrategia para fomentar la innovación en nuevas terapias. 

5. Proponer un reglamento para mejorar la adquisición y la utilización de los órganos disponibles a través de la donación difunta, con una gestión más transparente y confiable.

6. Proponer un reglamento para eliminar las barreras financieras a la donación de órganos vivos. Ampliar el programa de reembolso de gastos de viaje y subsistencia para los donadores, y permitir el reembolso de los gastos por salarios perdidos y prever el reembolso de los gastos de cuidado de niños y ancianos.


DIÁLISIS EN CASA

Hay varios mitos sobre la diálisis peritoneal; lo cierto es que también ofrece beneficios respecto a la hemodiálisis, como:


  • Mayor independencia y flexibilidad en el estilo de vida
Puedes llevar tu máquina contigo


  • Una dieta menos restringida
  • Se realiza con mayor frecuencia, hay una depuración de toxinas constante y eso te permite una dieta más flexible.

    • Función renal residual más duradera

    Es posible que pacientes con diálisis peritoneal conserven la función renal por un período un poco más prolongado.

    Es para ti, si...

    •No puedes tolerar los cambios rápidos del equilibrio hídrico asociados con la hemodiálisis. 

    •Quieres que tus actividades diarias se alteren lo menos posible.

     •Quieres trabajar o viajar con más facilidad. 

    •Tienes alguna función renal residual. 

    No es para ti, si tienes... 

    •Cicatrices quirúrgicas extensas en el abdomen. 

    •Un área grande de músculo abdominal debilitado (hernia). 

    •Capacidad limitada para cuidarte tú mismo o falta de cuidados de apoyo. 

    •Enfermedad intestinal inflamatoria o episodios frecuentes de diverticulitis.

    Fuente: Clínica Mayo


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