Turismo médico ve oportunidad tras la pandemia

TIANGUIS TURÍSTICO

En el mundo del bienestar, la pandemia abrió una ventana de oportunidad para el turismo médico en México, mientras los spas aún sufren por el cierre.

El Grand Velas en Riviera Nayarit ofrece uno de los spa más reconocidos del país.
Ciudad de México /

Hace varios años que México es considerado “el quirófano de Estados Unidos y Canadá”, por los ingresos que nuestro país genera como receptor de turistas que vienen a realizarse procedimientos médicos. Más recientemente, había comenzado a crecer también su “hermano menor”, el turismo de bienestar.

Pero la llegada de Covid-19 a nuestro país acentuó de nuevo la brecha. Si bien todas las actividades turísticas se detuvieron, algunos nichos soportaron mejor que otros los confinamientos e incluso encontraron ventanas de oportunidad. 

Mientras muchas de las instituciones médicas en ciudades norfronterizas se convirtieron en “hospitales Covid” para pacientes extranjeros, los spas, salones de masajes y estudios de yoga, han vivido cierres demasiado largos. “Claro que la pandemia afectó al turismo médico en México, estamos operando al 30% de nuestra capacidad”, dice Carlos Arceo, presidente del Congreso Mexicano de la Industria del Turismo Médico, y agrega que otro gran problema para el subsector son las alertas del Departamento de Estado de EU por la inseguridad en el país.

Sin embargo, los altos costos de los tratamientos para el coronavirus en Estados Unidos, han hecho que las personas que se contagian busquen opciones de este lado de la frontera. “Muchos (establecimientos) están funcionando como ‘hospitales Covid’, recibiendo pacientes extranjeros, porque les resulta casi 200% más económico tratarse el virus aquí que en su país de origen”, dice Arceo. 

En México, un tratamiento contra el Covid-19 cuesta 400,000 pesos en promedio para pacientes en internamiento hospitalario y 890,000 para cuidados intensivos, según informes de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, que al cierre de agosto había pagado indemnizaciones de seguros de gastos médicos mayores por más de 3,632 mdp.

 De esta manera, México no detuvo del todo su avance en el ranking de destinos turísticos médicos, en el que ocupa el segundo lugar, solo después de Tailandia. Antes de Covid, se esperaba que nuestro país lograra superar en poco tiempo a su rival asiático, explica Carlos Arceo.

El Dato.

1825 dólares

fue el gasto per cápita promedio del turista wellness internacional en México, en 2019.


Los mexicanos se consienten 

Si bien el turismo médico es un negocio millonario, que reporta al menos 50% de los ingresos totales de clínicas y hospitales del país, señala Carlos Arceo, no existe por el momento una metodología que permita recabar estadísticas sobre su valor. Su contraparte, el turismo de bienestar, sí ostenta cifras más certeras. 

Hasta 2019, Tulum, uno de los destinos estrella de nuestro país, iba camino a convertirse en la “capital mundial del yoga”, incluso sobre la India. Este récord va de la mano del desarrollo que México ha experimentado en materia de turismo de bienestar, que si bien apenas representa 2.6% del mercado mundial del turismo wellness —dominado por EU y Francia—, según cifras de la consultora Deloitte de 2019, se traduce en la nada despreciable cifra de 17,900 millones de dólares.

 De ahí, 6 de cada 10 pesos provienen de un bolsillo doméstico, es decir, viajeros mexicanos que acuden a spas y centros de terapias holísticas en destinos nacionales. 

Aunque menos, también hay turistas wellness internacionales y ellos gastan en México 53% más que sus pares extranjeros que no buscan este tipo de experiencias, indica Diana Mestre Fernández, quien junto a su madre dirige una consultora especializada en el desarrollo de conceptos de spa y bienestar, como las suites wellness que crearon para el Gran Velas Riviera Nayarit. 

Al mismo tiempo, mientras el gasto promedio per cápita de los turistas de bienestar del extranjero es de 1,825 dólares, entre los turistas wellness domésticos, la cifra es de 829 dólares, ambas muy por arriba del gasto per cápita del turista tradicional local o de internación. No obstante, esta oferta turística sí sufrió de lleno los embates del Covid. “La pandemia ha tenido profundas repercusiones en todas las actividades comerciales y el sector wellness-spa de lujo no es la excepción. 


Los spas del país han sufrido recortes de personal considerables, de entre 40 y 50%; muchos horarios se redujeron a un solo turno y los primeros meses permanecieron cerrados”, cuenta Mestre. Con la reapertura las cosas no han mejorado mucho.

 “La restricción a 30% de ocupación en los hoteles afecta mucho el nivel de afluencia a un spa en los resorts. A la fecha, varios de nuestros proyectos están ofreciendo masajes al aire libre en palapas o cabañas y mantienen sus spas cerrados hasta finales de año”, agrega Diana Mestre, quien ve en la adaptación.

“Todos los spas han tenido que adaptarse a la nueva realidad, lo que nos obliga a ser más creativos y encontrar ese resquicio de esperanza para poder comunicar un mensaje de seguridad, humanidad y confianza. 

Otros proyectos han tomado un liderazgo asertivo y han abierto sus spas con todos los sellos y garantías de seguridad gubernamentales”, dice Mestre, quien está segura de que la tendencia wellness retomará su camino en cuanto pase la pandemia.

 “La gente ya no quiere el servibar con papitas, sino cuidar su cuerpo y espíritu. Hoy el bienestar no se circunscribe al spa, sino a no descuidar tu rutina wellness, aunque estés de vacaciones. Llámese jugo verde, caminadora, mat de yoga o lo que que te haga sentir bien”, dice Diana Mestre Fernández.

yvr


  • Milagros Belgrano

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