Una mente activa y ordenada

REGRESO A CLASES

Más que lógica y matemáticas. Aprender a programar fortalece la disciplina, atención al detalle y habilidades de comunicación.

Nuevo lenguaje. Igual que un segundo idioma, programar le ayuda a los niños a comunicarse mejor.
Georgina Navarrete
Ciudad de México /

El uso de la tecnología ya crecía a un ritmo acelerado antes de la pandemia; sin embargo, la necesidad de trabajar y estudiar a distancia impulsó todavía más esa tendencia y resaltó la necesidad de ir más allá de la mera utilización de dispositivos, aplicaciones y programas de cómputo.

Aprender a programar es algo que todos deberíamos hacer, en especial los niños, señala Carlos Lieja, director general de BYJU’S FutureSchool, pues fortalece su pensamiento lógico matemático y los acerca a conceptos como machine learning o ciencia de datos, y les ayudará a formar una mente más proactiva.

Ya hace unos años comenzó un movimiento en pro de enseñar programación a los niños basado en beneficios evidentes, como abrazar un lenguaje universal y la idea de que cientos de trabajos que hoy conocemos cambiarán con los avances tecnológicos, o que impulsa el razonamiento lógico, las habilidades matemáticas y el pensamiento computacional.

“Todos ellos son beneficios colaterales de su aprendizaje. Pero programar no se limita solo a eso, hay muchos otros ámbitos en que las niñas y niños pueden destacar gracias a la programación”, dice Lieja, de BYJU’S y explica que también la escritura, el lenguaje, la comprensión y otras habilidades comunicativas se desarrollan con esta habilidad tecnológica.

De entrada, para programar hay que escribir, dice Lieja, “son disciplinas muy parecidas. Ambas requieren el dominio de ciertos fundamentos y la capacidad de entender un panorama general y plasmar algo concreto. Una parte clave de las habilidades de escritura es el uso correcto del lenguaje y los conceptos, prestando atención a los detalles. Del mismo modo, esa atención es fundamental en todas y cada una de las líneas de código. La razón es que si se utiliza un código incorrecto, la aplicación se bloqueará”.

El Dato...

4 años

Es la edad perfecta para que un niño se familiarice con la programación a través de puzzles, juegos y retos. A los 10 ya puede escribir código

Por lo tanto, agrega Lieja, los niños deben comprender la importancia de prestar atención a los mínimos detalles al programar, lo que les ayuda a ser igual de meticulosos al escribir o incluso hablar, y a utilizar las palabras correctas.

Otra característica formativa de la programación, es que enseña disciplina para seguir las reglas. “Si un programador trata de ignorar o saltarse ciertas normas, lo más probable es que termine con un código roto, es decir que su esfuerzo no tenga un buen resultado”, comenta el especialista.

Además, explica, “ciertas funciones deben realizarse con un orden específico y es necesario entender (no solo mecanizar) cómo utilizar correctamente cada pieza del código”, agrega el especialista. Y lo mismo sucede al escribir. Si no se siguen las reglas de gramática y ortografía, así como el uso correcto de las palabras, el resultado será simplemente incomprensible para el dispositivo”.

Pero la escritura no es la única forma de comunicación que se fortalece gracias al proceso de aprendizaje de programación, comparte Lieja. También se aprende la importancia de ser explícito y claro en los mensajes, pues los niños deben saber definir cada palabra mediante un conjunto de instrucciones al momento de codificar. Sin ellas, el sistema no entenderá la orden, de la misma manera que un interlocutor no entendería un diálogo.

También hay beneficios en otras áreas del desarrollo personal. La programación fomenta la paciencia y la tolerancia a la frustración: “al programar hay que ir paso a paso, trabajar duro y aprender de los errores. Muchas veces, es necesario arreglar códigos rotos más de una vez, para llegar al objetivo deseado. Entonces, aprenden a manejar la frustración, a aprender de sus errores y corregirlos, hasta lograr el resultado”, dice Carlos Lieja.

Por si todo esto fuera poco, la programación ayuda a los niños a mejorar otras muchas habilidades necesarias para la vida, como la capacidad de organización y planeación, la creatividad y la resiliencia.

En este sentido, no importa cuál sea el sueño de una niña o niño, ni qué quiera estudiar o a qué piensa dedicarse cuando crezca. Aprender a programar, desde cualquier etapa de su formación, le dotará de herramientas y habilidades que le darán ventajas para su futuro.

Además de escuelas como BYJU’S FutureSchool, existen en el mercado diversas aplicaciones como Encode, Enki, SoloLear, CodeGym, que pueden ayudarnos a introducir a los niños al mundo de la programación, para que aprendan cómo ser creadores, no solo consumidores y a modelar su propio futuro.

GAF

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.