El nuevo Embajador de España en México, Juan Duarte Cuadrado, aterrizó en la Ciudad de México el 21 de septiembre. Era su primera vez en tierras mexicanas. Se instaló en la Residencia de la Embajada en la colonia Lomas de Chapultepec, y en la madrugada, escuchó la alarma sísmica para unos segundos después sentir el movimiento telúrico de 6.9 grados en la escala de Richter.
“La llegada ha sido realmente espectacular, el sismo por la noche fue para entrar en arena y en la acción de la vida mexicana”, dice sonriendo.
Juan Duarte Cuadrado tiene el mandato de nutrir la relación bilateral. “Vengo para limar las posibles asperezas que haya habido en los últimos meses, o años, e ir construyendo un futuro de forma conjunta”.
La conversación estuvo llena de datos culturales, porque es una de sus pasiones; no obstante, sabe que el trabajo será duro para recuperar los dolores económicos que incrementarán las desigualdades que aquejan a México, España y al mundo entero.
Viene aterrizando en México, ¿cómo fue la llegada?, ¿qué le ha gustado más hasta ahora?
La llegada ha sido realmente espectacular, el movimiento del sismo fue para entrar un poco en arena, en la acción de la vida mexicana. La recepción no habría podido ser mejor, primero por las personas, el país, pero también porque mi llegada fue enmarcada por el Mondiacult, que me permitió escuchar grandes discursos y ponerme en contacto con una realidad cultural muy interesante en México. Además, tuvimos la posibilidad de participar en una exposición en el Munal, así que fue una inmersión en lo cultural de México que, por cierto, es de lo que más me interesa.
¿Qué conocía usted de México?
Es mi primera vez aquí, curiosamente; he estado en otros dos países del continente, Colombia y Argentina, pero faltaba México. Era la asignatura pendiente, pues para un diplomático español venir a México es tocar el cielo. México es casi nuestra segunda nación, como español, nuestra segunda patria.
Voy a mencionar personajes y referentes, que no son de mi generación, pero que son relevantes y con los cuales he crecido. Mi padre era un gran fan de Cantinflas y veíamos las películas. En la literatura mexicana, obviamente tengo de referentes a Octavio Paz, Juan Rulfo, Carlos Fuentes. Soy aficionado a la música y ¿qué sería de España y el bolero sin Agustín Lara? Soy más aficionado a la ópera y para mí una de las grandes mezzosopranos de la historia es Oralia Domínguez; también menciono a Javier Camarena y Alondra de la Parra, quien hace un trabajo fantástico al mando de una dirección de orquesta. Ya mencioné a Cantinflas... y al ser cinéfilo, Luis Buñuel me parece el gran embajador de la cultura, pues más allá de las fronteras, a este cineasta podemos interpretarlo como mexicano, como español, como francés… Y, claro, crecí también viendo películas de Silvia Pinal y ya en la universidad, no olvido a Verónica Castro en Los ricos también lloran.
Además, puedo sumar la gastronomía, que para mí la mexicana es una de las mejores del mundo, sin duda, y que hoy tiene una explosión en España con restaurantes que abren, prácticamente, cada semana.
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Tiene por delante el encargo diplomático de la relación bilateral, ¿cuáles son los detalles finos?, ¿qué le gustaría dejar como legado?
Llevaba cuatro años trabajando en un ámbito bastante duro, que es el consular, y lo que me gusta es ayudar, tender puentes, escuchar, tener empatía. Vengo aquí para limar las posibles asperezas que haya habido en los últimos meses, en los últimos años, y para ir construyendo un futuro de forma conjunta con México, tanto con el gobierno mexicano como con la población mexicana.
La relación entre gobiernos no es sencilla y es cierto que ha habido ciertos rasguños, ¿cómo trabajará para afianzar la relación bilateral?
Una relación bilateral se afianza con cuatro columnas fundamentales, y eso es lo que me propongo. En primer lugar está la confianza, en segundo lugar la proximidad, en tercero, el respeto mutuo... es fundamental recuperar ese respeto o mantener ese respeto. Por supuesto, la cuarta columna siempre es el agradecimiento.
Con México la relación bilateral es muy especial, tenemos mucha historia en común, compartimos riqueza en cultura y en patrimonio. Agradecemos también los gestos y la generosidad de México en un momento muy concreto de nuestra historia y del cual no hace tanto tiempo: durante el exilio republicano. ¿Cómo olvidar a Lázaro Cárdenas, o la presencia del ateneo? Me parece que esas cuatro palabras serían las que conforman mi visión de trabajo aquí.
“MÉXICO ERA LA ASIGNATURA PENDIENTE, PUES PARA UN DIPLOMÁTICO ESPAÑOL VENIR A MÉXICO ES TOCAR EL CIELO”
Si se habla de relaciones diplomáticas, ¿qué es para usted lo más relevante?
La sinceridad. No siempre se piensa en ella, es más, es común que se piense que un diplomático miente y que tiene que conocer el arte de la mentira. No comparto ese pensamiento, creo que hay que ser franco y sincero; hay que ver los intereses sobre la mesa, desde los económicos, los culturales, los de nuestras poblaciones y colectividades; tenemos muchísimos españoles en México y cada vez hay más mexicanos en España. Tenemos que trabajar para ellos.
Pausa o no pausa entre México y España, ¿qué palabras utilizaría para definir cómo estos dos países se llevan y por qué?
Para España no ha habido pausa realmente, con todo el respeto, puede haber un momento de fricción, de desencuentro, a lo mejor de falta de que el mensaje llegue correctamente. Para España, para el gobierno español y para el pueblo español nunca ha habido una pausa; la relación con México va mucho más allá de gobiernos, de instituciones, somos pueblos hermanos. Cuando uno está en México siendo español y cuando está en España siendo mexicano, lo siente, hay una afinidad que raya casi en un lazo familiar. Y como en todas las buenas familias, hay momentos de gran amor y momentos de cierto desamor, pero no por eso se pierde la relación. Esta es la relación más intensa que tiene España, no la tiene así con ningún otro país en el mundo.
En un contexto mundial de inflación alta y de procesos de recuperación económica complejos, ¿cómo pueden trabajar los dos países para impulsar el desarrollo?
Estamos en un momento muy complicado a nivel mundial. España, como miembro de la Unión Europea, se ve muy afectada por lo que está ocurriendo en Ucrania, y México está también sufriendo los “coletazos” de esta tasa de inflación que se desboca en el mundo.
Hay que aunar esfuerzos. Tenemos establecidos ya tejidos económicos y muchísima cooperación, que por cierto a esta la estamos celebrando también. Pero, sí hay que luchar para combatir la desigualdad social que se incrementará por los problemas macroeconómicos que vamos a sufrir. Para esto hay que identificar ejes de trabajo y algunos que ya están identificados son: mejorar las condiciones en las poblaciones indígenas, enfocarnos en temas de medio ambiente y en la lucha contra el calentamiento global, así como seguir trabajando en los temas de género.
Pero México y España comparten más que la inflación y los vaivenes de la guerra, compartimos problemas con los recursos hídricos, el agua, y creo que podemos transferir conocimiento, compartir experiencias. Así como este hay muchos otros ámbitos en los que podemos seguir trabajando muy juntos.
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Entre los dos países hay una serie de números relevantes, por ejemplo, 7,000 empresas españolas instaladas en México. Para usted, ¿cuáles son los números que los ciudadanos no podemos olvidar?
Hay 600 empresas mexicanas en España también y eso es muy importante, porque cada vez atraemos más inversores mexicanos que quieren trabajar en nuestro país. Es muy bonito que la relación sea de ida y vuelta, que exista ese pasaje de ida y vuelta.
Otras cifras son las de las personas: tenemos a 160,000 españoles en México y a 30,000 o 60,000 mexicanos, si se toma en cuenta a quienes tienen las dos nacionalidades, que viven en España. Hay que trabajar para esas personas.
Más allá de la inversión o las cifras de las empresas, somos personas que representan creatividad, innovación y emprendimiento en todos los ámbitos.
También está el idioma. México es el país donde más se habla español, podríamos decir que en un futuro todos hablaremos mexicano, pues son 130 millones de personas las que hablan español en México, frente a 47 millones que lo hablan en España.
Finalmente, una cifra que es muy llamativa: la última semana hemos tenido 55 vuelos directos entre México y España. México, junto con el Reino Unido, son los países con los que estamos más conectados. Para México, España es el segundo país con mayor conexión aérea, detrás de Estados Unidos. ¿Qué quiere decir eso? Que nos estamos conociendo constantemente, que hay un interés en el ciudadano de a pie de conocer México y de conocer España.
Por cierto, cuando estaba todavía trabajando en temas consulares, no olvido que en la pandemia me tocó organizar vuelos de retorno de turistas españoles varados y nunca tuve que mandar un vuelo de retorno a México, pues incluso en el peor momento de la pandemia, hubo conectividad entre la Ciudad de México y Madrid, esto dice mucho.
Inicia su inmersión en México, ¿qué le genera más entusiasmo hacer, conocer y probar?
Quiero probar toda la gastronomía, estoy totalmente fascinado por la cocina mexicana. Me encantaría recorrer el país, disfrutar su diversidad cultural, todo este semillero de cultura que es México y conocer las características de cada uno de sus 32 estados.
Como viaje personal intento familiarizarme con la cultura prehispánica, con lo que representa esa cosmovisión.
gaf