Michael Sheen, quien interpreta al príncipe en "A Very Royal Scandal", afirma que “con Andrés había un factor de complejidad ya que en el corazón de esta historia hay un misterio, no sabemos qué hizo y qué no hizo, no hubo un juicio. La gente tiene opiniones y sentimientos muy fuertes al respecto, pero en realidad no sabemos. Eso fue un desafío para armar este relato”.
La miniserie de tres capítulos se estrenará este hoy por Universal + y recrea la entrevista que Andrés dio a la periodista Emily Maitlis, de BBC, que precipitó el final de la vida pública de él como miembro activo de la casa real, es decir, representando a la corona.
“La serie lidia con tópicos como el privilegio, con las responsabilidades que ese privilegio conlleva, con cómo las personas lo utilizan. Eso no sucede solo con la familia real, también se relaciona con Emily. Ella está en una posición de privilegio al poder realizar esas preguntas y tiene que ser responsable con ello”, cuenta Ruth Wilson, quien interpreta a la periodista.
El duque tenía que estar seguro de que dar una entrevista (algo que no hace casi ningún miembro de la casa real británica) iba a limpiar su imagen, también podría decirse que estaba desesperado, de otra forma no hubiera accedido a hacerlo.
Eso sucedió el 16 de noviembre de 2019. Unos meses atrás, en agosto, se reportó el sucidio de Jeffrey Epstein en su celda de un centro correccional en Manhattan, acusado de tráfico y abuso de menores de edad.
Andrés estaba relacionado al caso por su amistad de años con él y por una foto que se difundió en 2011 gracias a la acusación de Virginia Giuffre, quien dijo que el príncipe, segundo hijo varón de la reina Isabel II, había abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad y trabajaba para Epstein, en el año 2001.
Ese momento culminante en la vida del príncipe y de la periodista es recreado en la serie.
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Sheen admite que no tuvo contacto con Andrés, por supuesto. El hermetismo que rodea a la casa real creció después de esa entrevista, considerada un desastre de comunicación porque, además, terminó de arruinar la deteriorada imagen pública del duque, enmarcada por escándalos personales y compartidos con su ex esposa, Sarah Ferguson, desde los años 80.
“Mi investigación sobre él la realicé a partir de los relatos de otras personas y de las entrevistas que están disponibles. Cuando se trata de Andrés y de la familia real todo es una sala de espejos, está todo aquello que nos permiten ver, lo que ellos dejan que veamos para entenderlos y todo lo que sucede detrás de escena”.
Una relación ambigua
El actor dice que la relación entre la familia real y los medios es mucho más complicada de lo que él creía. “Siempre pensé que eran dos organizaciones separadas, pero claramente hay una negociación que se lleva a cabo entre ellos.
“En cuanto a la familia real y su factor de entretenimiento, o bendición para un actor, es fascinante porque te guste o no te guste, es fundamental para nuestra sociedad, para nuestra nación, la familia real es una parte muy importante de la misma. Están en las noticias todos los días, yo crecí con la familia real en mi vida sin entender o sin siquiera cuestionar su existencia”, agrega Wilson.
La actriz comenta que la familia real representa entretenimiento y poder, “en cierto modo no nos podemos imaginar a nuestra nación sin la familia real. Podrá suceder que no esté algún día, no lo sabemos, pero ahora son parte de lo que significa ser británico. Por tanto, de manera inevitable van a ser parte del entretenimiento y algo que vamos a llevar a la ficción”.
Sheen relaciona este tema al corazón de la tradición teatral británica: la obra de Shakespeare.
“Él escribió más sobre la familia real (como institución) que cualquier otro escritor, probablemente. Eso fue ingresado a nuestra psique como nación, culturalmente y a través de la literatura. Hay una fascinación con la familia real y nosotros, como actores, pasamos tiempo en un escenario interpretando versiones shakesperianas de ellos y ahora aquí estamos, contando una historia contemporánea sobre una familia real que está en la línea de aquellas sobre las que escribió Shakespeare. Definitivamente, la familia real es una bendición para los actores británicos”.
Poder real
Wilson comenta que esta serie presenta a personas que tienen un poder limitado y a quienes tienen poder y lo explotan. “Además, se muestra el poder del periodismo y sus límites como plataforma para las personas que no tienen voz, como herramienta para que otras personas se hagan responsable de sus actos.
“La serie habla de los límites de estos individuos que son figuras públicas y cómo de repente todo puede cambiar. La temática de la serie es amplia, tenemos una extraordinaria entrevista y la utilizamos para extrapolarla y mirar a estas figuras de manera humana, para mostrar el detrás de escena. Además, hay preguntas amplias sobre el poder, el privilegio y sobre las responsabilidades”.
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Para lograr este efecto, la serie presenta los contextos del duque y la periodista: su vida personal (se aclara al inicio que algunas escenas se adaptaron con “fines dramáticos”) y la situación que prevalecía en sus entornos profesionales.
En 2019 Andrés estaba en un relativo buen momento con su impulso a la iniciativa Pitch Palace para apoyar a emprendedores. Claro, hasta que Epstein se suicidó, aunque desde hace varios años esta amistad le había estado pasando algunas facturas, pero por lo delitos graves de este último llegó al punto de ser insostenible, de hecho, no arrepentirse de ella o mostrar cierta empatía con las víctimas fue lo que dio el empujón al príncipe al abismo del desprestigio.
En el caso de Maitlis, a pesar de su trayectoria como periodista crítica, estaba presionada por un gesto que hizo durante una entrevista a funcionarios británicos por el Brexit. Ellos pusieron una queja por esa situación.
“El mayor desafío para mí fue navegar entre lo que era real y lo que era mito, lo que era chisme. Hay mucho escrito sobre la familia real y sobre Andrés, muchas cosas son serias y analíticas, y otras son más livianas y superficiales. Tuve que encontrar lo valioso de todo eso para construir una imagen cuando además la familia real controla mucho, nos permite ver sólo algunas cosas, pero además nosotros escuchamos otras”.
El actor comenta que es difícil saber qué es verdad y qué no desde los dos lados. “En cuanto a Andrés hay acusaciones, pero no hubo un juicio o admisión de culpa. Simplemente no sabemos. Como actor, eso es un desafío porque no quieres generalizar con tu trabajo, quieres ser específico”.
Aun así, la serie muestra las actitudes del duque que durante décadas se han difundido en la prensa: como el hijo predilecto de la reina, su prepotencia, conductas inmaduras y el hecho de que haber peleado en las Malvinas en 1982 (fue considerado héroe de guerra) lo volvió superior en la familia; algo que, por otro lado siempre se ha especulado: que se siente desplazado por el actual rey Carlos III, su hermano mayor.
“Desde afuera, muchas personas podríamos considerar a un príncipe inglés como a un individuo que tiene todo lo que quiere, que tiene un privilegio inmenso, pero me sorprendió que el personaje sentía que se le habían negado muchas cosas, que no tenía lo que debía, que muchas cosas se le habían quitado y que él miraba todo desde afuera. Esa contradicción me sorprendió”, declara el actor.
“Cuando leí el guion, encontré que después de que se hizo la entrevista, Andrés insistió para que se incluyera la parte en la que hablaba de su sudor, me sorprendió porque eso fue justamente lo que aterrizó en la esfera pública, aquello que ridiculizamos, aquello sobre lo que más se habló y que iba en detrimento de su historia”, dice Wilson.
En efecto, con esa parte, al parecer, Andrés buscaba contrarrestar el argumento de Giuffre, la presunta víctima de él y Epstein, pero sucedió lo contrario.
Periodismo crítico
Ruth Wilson dice que es poco frecuente que un integrante de la realeza brinde una entrevista de una hora y se exponga de esa forma. De hecho, en este siglo nunca había sucedido salvo dos años después, cuando el príncipe Harry (sobrino de Andrés) y su esposa Meghan lo hicieron con Oprah Winfrey, aunque el motivo no implicaba ningún crimen, como en el caso del duque de York.
La actriz considera que fue el logro periodístico más grande en la carrera de Emily. “Estas personas tienen privilegios y poder, y no asumen responsabilidades con frecuencia, así que ponerlos en el foco es extremadamente inusual y ella tuvo la responsabilidad de hacer esas preguntas en ese momento.
“Es importante que las víctimas tengan voz y Emily fue la persona que les dio la voz. Podemos especular sobre el resultado, pero no sabemos, e igual es importante que esa entrevista haya sucedido porque se hicieron preguntas, la gente continúa haciéndolas y hay una presión para obtener respuestas. Eso es vital en una sociedad en la que debemos equilibrar el poder, por eso esa entrevista es tan importante”.
Sheen piensa que para las personas que están en una posición de poder y privilegio es más fácil eludir el escrutinio y arreglar las cosas para que todo desaparezca: “Tirar dinero y que todo se evapore. Ante la falta de una sentencia, la oportunidad que tiene una persona de hacer que otra se haga cargo de algo o de darle la oportunidad de dar su versión de los hechos públicamente es muy importante y muy poco habitual, porque el poder y la riqueza consiguen evitar el escrutinio”, concluye.
YVI