Armando Manzanero: “Las personas que escuchan música indudablemente afinan más su sensibilidad”

El gobierno de Yucatán honra la grandeza del compositor con un libro-álbum, con texto de Enrique Martín Briceño y el prólogo de Pável Granados

El libro en honor al compositor / Especial
Ciudad de México /

Adoro, Esta tarde vi llover, No sé tú, Por debajo de la mesa y Nada personal son solo algunos de los referentes que nos llevan a pensar en el cantautor yucateco que hizo de la música su instrumento de vida y también de conexión con el mundo.

Así lo revela el libro Armando Manzanero, que editó el gobierno de Yucatán en colaboración con la Secretaría de Cultura y las Artes, el cual concentra la grandeza del creador musical a través de fotografías, reproducciones de notas periodísticas, pinturas y comentarios.


El prólogo de Pavel Granados nos introduce en la vida de ese apasionado de la música, y el texto de Enrique Martín Briceño nos lleva por el camino de ese pequeño gran ser que reconocía que no le gustaba estudiar y por eso escapaba de la primaria para irse a la escuela de música todas las tardes.

En el libro, presentado por Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán y editado por Alberto Tovalín Ahumada, es una pieza de colección por su valioso contenido, en él se describe a detalle al creador, su obra y su trascendencia; el maestro Manzanero también se autodescribe en uno de los apartados de la publicación.

Foto: especial

La música, compañera de vida

El cantautor precisa que para él la música es la compañera de vida que estuvo a su lado desde sus primeros recuerdos, por influencia y gusto de su padre (un trovador); y que a él le regaló la trascendencia.

La música es algo que debemos cultivar quizá desde antes de nacer… Las personas que escuchan música indudablemente afinan más su sensibilidad; creo que puede bien ser la eterna compañera del hombre”, precisa el compositor en el capítulo “Manzanero por Manzanero”.

Contigo aprendí, Parece que fue ayer y No son otras de las canciones que nos llevan a pensar en el creador musical cuya inspiración le abrió las puertas del mundo entero; él lo sabía pues siendo un adolescente ya presagiaba su destino. Por eso aunque su padre, que le regaló su primer piano a los 12 años, se opuso a que adoptara la música como profesión de lleno, luego de que ya había probado suerte e incluso ayudaba en los gastos de la casa; el maestro defendió su vocación.

En la publicación destaca cómo decidió dejar la escuela y su casa; pues decía que los viajes que haría lo instruirían mejor.

Su talento y sensibilidad lo llevaron a vivir grandes y gratas experiencias, a viajar por el mundo, que era una de sus grandes pasiones, al igual que la cocina y el tenis; y a que todos –desde presidentes hasta sus colegas más exitosos, y el público que enamoraba con sus canciones– quisieran conocerlo, estrechar su mano y, más recientemente, lograr una selfie.

En la publicación se da cuenta de esas escenas y también de las que vivió con los personajes que influyeron en su profesión desde sus inicios, como Vicente Garrido, José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Luis Demetrio y Rubén Fuentes, entre otros, fundamentales en su inspiración y proyección; hasta los que fue encontrando en su camino, como Angélica María, a quien reveló en el ámbito musical en su faceta de productor; y a Luis Miguel, a quien le dirigió y produjo los discos más exitosos que grabó de boleros.

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Todólogo en la música

El maestro, como orgullosamente lo dice en el libro, ejecutó todas las tareas en la música: desde timbalero en un circo, pasando por la ejecución de diversos instrumentos, composición, producción, dirección y la defensa del derecho autoral. En esta última a través de los distintos cargos que ejecutó en la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), a la cual llegó por invitación del maestro Roberto Cantoral, y que presidió con éxito y heredó a su “hermanito” –como él lo llamaba– Martín Urieta.

Para él no había límites, su sensibilidad nunca la tuvo: su obra rebasó las fronteras de los géneros musicales; si bien su gran influencia del bolero se manifestó en muchas de sus creaciones, su talento también lo llevó a reinar en la balada y a escucharse en otros géneros, a través de quienes han grabado su música.

Sin embargo, en los relatos propios del autor que integran el libro, el maestro también comparte que antes de alcanzar la posición que logró con su arte, vivió experiencias difíciles.

Relata cómo “nos sentábamos muchos compositores en la sala de espera de la RCA Víctor a esperar a que Don Mariano Rivera Conde nos recibiera para escuchar una canción. Algunas veces pasaban muchos días y no pasábamos nunca; y algunas veces el primer día que llegábamos, pasábamos a que nos escucharan una canción”.

Pero su tesón, y esa disciplina que siempre lo acompañó –una de sus grandes virtudes, al igual que la puntualidad– lo llevó a perseverar y triunfar.

Parte de todas esas vivencias que concentra el libro también fueron compartidas en sus programas de radio (en el IMER) y luego en el de televisión (en Canal 22); como conductor y anfitrión de compositores y cantantes también hizo historia, aún cuando las emisoras no contaban con grandes recursos tecnológicos, sí con la calidad del buen conversador y hombre de humor que era el yucateco.

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La discografía

En otro apartado, la publicación provoca un disfrute a la vista y cierta añoranza con las portadas de los discos del maestro; el agasajo empieza con Armando Manzanero, su piano y su música instrumental, un vinilo de RCA Víctor de 1968; sigue con un clásico, Somos novios, música original de la película que protagonizaron Angélica María y Palito Ortega, en 1969. También hay otras duplas del maestro, como José Alfredo Jiménez interpreta a Armando Manzanero, Armando Manzanero interpreta a José Alfredo Jiménez de 1969; o Vida… Pedro Vargas, de 1983.

De 1997 aparece Íntimos, en un mano a mano al piano entre Armando Manzanero y Bebu Silveti.

Y qué decir de las producciones en las que su sensibilidad fue interpretada por sus grandes amigas, primero con Tania Libertad, después con Susana Zabaleta y posteriormente en un disco cuya portada revela la participación de Angélica María, Edith Márquez, Rocío Banquells, Manoella Torres, Pandora, Ana Cirré, Lisset, Arianna, Myriam, María del Sol y Margarita, la diosa de la Cumbia. Todas con diferentes estilos, pero unidas gracias a la sensibilidad del maestro Armando Manzanero.

Invitación a la presentación

El 19 de octubre, a las 19:00 horas en el Centro Cultural Roberto Cantoral. Participan Pável Granados, Enrique Martín Briceño, Carlos Díaz-Barriga, Jorge Buenfil y Alberto Tovalín Ahumada.

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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