Belleza de la obra de Cri-Cri radica en su simplicidad: Enrique Chi

El actor invita a los niños a salir del universo tecnológico para disfrutar de las canciones.

Eduardo Gutiérrez Segura
Ciudad de México /

Enrique Chi llama la atención de algunos pequeños que juegan en el Parque Hundido, su vestuario es colorido, propio para el anuncio que el actor hará: el espectáculo Tiliches, tambaches y cachivaches tiene una nueva casa, el teatro Xola Julio Prieto, tras su paso por el máximo recinto de la cultura del país, el Palacio de Bellas Artes.

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Luego de saludar e incluso subir a alguno de los juegos infantiles, Enrique elije una banca, a la sombra de un frondoso árbol, que lo inspira.

El histrión sonríe cuando los recuerdos se agolpan en su cabeza, de la relación que tuvo en su niñez con la música y cuentos de Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri-Cri.

"Oía sus canciones, mis padres las ponían, tenían discos, veía fi guras de colores y personajes salidos de los cuentos, me vistieron del ratón con espejuelos que iba a la escuela, me tomaron una foto, que todavía tengo; mi hermana me hizo los anteojos de alambre y me pusieron las orejas de ratón, fue una etapa bien bonita, que recuerdo con cariño", contó Chi a ¡hey!

Con esas vivencia y estar involucrado en el espectáculo, que ilustra las canciones del Grillito Cantor, concebido por su hija Andrea Gabilondo, Enrique tiene la autoridad para decir que Cri-Cri encuentra "en la simplicidad de sus canciones y las historias, que también contaba en el radio, donde radica su belleza, en lo común, cotidiano, habitual, la vivencia de los mexicanos y la conducta humana".

Con ello en mente, Chi agradece la oportunidad de formar parte de Tiliches, tambaches y cachivaches un show, en el que asegura, "disfrutamos mucho de esa simplicidad que comunicamos en el escenario a los espectadores, porque el teatro es vivo, recíproco, si te equivocas tienes que improvisar, disfrutas con la gente y ahí encontramos la conexión y gusto de algo simple.

"Noble y que la gente identifique. Invita a los niños a imaginar; una persona con el mismo vestuario se pone varios accesorios: unas orejas y ya es un oso, una colita y es un conejo, una gorra y es un perro; damos la libertad de que la gente lo imagine y lo pueda hacer en su casa, saber que lo que piensan lo pueden realizar", agregó Enrique.

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