Al formar parte de una familia dedicada a la actuación, la rubia californiana Blake Lively (Los Ángeles, 1987) comenzó a interesarse en el oficio desde la adolescencia. Luego de realizar sus estudios en Nueva York, hizo su debut como actriz en Amigas inseparables, donde compartió créditos con América Ferrera y Alexis Bledel. Posteriormente alcanzó popularidad internacional como Serena Van Der Woodsen, en la serie de televisión Gossip Girl, que tuvo seis temporadas de éxito.
Tras trabajar con directores como Martin Campbell y Oliver Stone, ahora es la protagonista de la cinta de terror y acción Miedo profundo, dirigida por Jaume Collet-Serra, que ha tenido un insólito éxito de taquilla y crítica en Estados Unidos y que se estrena en México y América Latina este fin de semana.
¿Cómo describirías la experiencia de tu personaje en la película?
Creo que ella pasa por lo que es uno de esos momentos definitorios en la vida de alguien. Cuando la película empieza, Nancy Adams acaba de perder a su mamá y la mejor manera que encuentra para lidiar con el duelo y la pérdida, es haciendo surf en una playa en Baja California, donde ella (la madre) solía ir cuando era joven. Nancy había oído hablar de esa playa, pero nunca había estado ahí. Cuando por fin la encuentra, es un paraíso. Ella está tratando de huir de sus problemas e inesperadamente se encuentra con uno que no hubiera imaginado: un tiburón.
¿Es una metáfora de sus demonios personales?
En parte, sí, creo que es interesante verlo así. Pero además, en cierta forma, es algo muy real. ¿Tú sabías que por culpa del calentamiento global es que los tiburones blancos, que solían nadar en aguas más profundas, ahora se encuentran obligados a nadar más cerca de las orillas? Es algo muy real, pero no se oye mucho al respecto. Y en cierta forma, nosotros hemos contribuido a que suceda.
El tiburón es una representación de los miedos más profundos del hombre.
Siempre ha sido así, ¿no?, les tenemos miedo. Yo les tenía pavor, es más, de niña nunca vi Tiburón, aunque es un clásico, porque me moría de miedo. Pero luego creces y te das cuenta de que es muy ignorante e irresponsable ver a un tiburón como un monstruo. Ellos no son monstruos, y eso lo aprendí cuando estábamos haciendo la película. En realidad, para los tiburones, para cualquier criatura marina, los monstruos y los invasores somos nosotros. Y creo que deberíamos tener eso en cuenta. Tal vez haya quien piense que no tengo razón y eso está bien. Pero es lo que pienso.
¿El rodaje te dio una nueva perspectiva sobre la fauna marina?
Siempre me han interesado los derechos de los animales. Desde niña. Y es algo que he pensado en inculcar a mis hijos (Blake, casada con el actor Ryan Reynolds, es madre de una niña de tres años, James, y en octubre dará a luz a su segundo hijo). Creo que es importante aprender a respetar y a vivir en armonía con todas las especies. Me gustó que en esta película, a diferencia de otras, se muestre una lucha por sobrevivir, pero son ambas partes. Es más real.
Sin embargo el tiburón con el que filmaron n fue real ¿verdad?
No, no lo era. Ya bastante difícil era rodar en el mar abierto primero y luego en el tanque de los estudios, así que tenía que reaccionar a una cinta y a una aleta que se operaba, pero aun así, Jaume insistió en que investigáramos lo más posible a los tiburones de todas las especies y así las reacciones eran más genuinas.
No tuviste doble durante el rodaje, excepto por unas cuantas secuencias. ¿Fue difícil para ti?
Yo quise hacer mis propias escenas. Fue una de las razones para hacer la película: la experiencia. No hice la película por vanidad. La hice porque me gustó la historia y porque quería contarla. Fue muy emocionante. Esa adrenalina la tienes pocas veces en tu vida cuando haces una película y este era un proyecto pequeño, muy independiente. Todos cooperábamos. Yo hice mis propias secuencias hasta las últimas dos semanas, cuando Jaume llamó a una especialista porque había cosas, que verán en el clímax, que yo no podía hacer. Todos estaban muy impresionados y me decían “¡Wow! ¡hiciste todo eso, todas esas escenas!”, y yo pensaba: Okay, es mi trabajo. No tiene ningún mérito, todos hacemos lo que nos toca.
Suena como un rodaje muy intenso.
Sí lo fue, ¿sabes? Una película muy exigente en lo físico, incluso me lastimé la nariz en una escena, pero no te das una idea de lo orgullosa que estaba de eso, de la sangre que me salió. Y Jaume no cortó, lo incorporó a la escena. Y yo pensé, okay, esto es lo que le pasa a Nancy. Está bien. Y también hubo cosas divertidas, no creas que todo el rodaje fue pasarla mal (risas).
¿Qué fue lo divertido?
Me hice amiga de mi coestrella. ¡Una gaviota! Estuvo ahí todo el rodaje y al principio pensé, wow, este es mi momento Hitchcock, ¿sabes? Tipo Los pájaros, porque llegó ahí y Jaume dijo, bueno, vamos a dejarla, es parte del entorno. Y al principio, era muy recelosa. Me graznaba y me veía feo, pero luego nos hicimos amigas, y se hicieron tantas tomas de nosotras improvisando, que si llegan a mostrarlas como un blooper en el dvd es casi una película en sí misma. Una comedia, yo creo (risas). Thelma y Louise con una gaviota. Claro que Jaume dijo, okay, es muy chistoso, pero no es nuestra película. Aquí lo que queremos es angustia. Así que no verás esas escenas (risas). Pero agradezco que hubiera esos momentos ligeros.
¿Fue angustioso para ti, filmar prácticamente sola todo el grueso de la película?
Más que angustioso, que era la intención, fue difícil, porque lo único que tenía para trabajar era mi imaginación. Ryan, mi esposo, hace unos años hizo una película llamada Buried en la que era él solo, prácticamente, enterrado vivo, y lo encontré tan fascinante que fue una de las razones que me atrajo a hacer esta cinta. Yo sabía lo importante, lo difícil que fue para él, y también vi lo orgulloso que estaba de esa película. Yo pensé que quería hacer algo así. Es un reto que te impones al menos una vez en la vida y yo estoy muy orgullosa de haberlo hecho.
Este ha sido un año importante en tu carrera: llevas tres protagónicos en cine, la crítica fue favorable y además en Cannes Café Society, de Woody Allen, fue muy bien recibida. ¿Cómo te sientes al respecto?
Me siento muy contenta. Muy orgullosa, por una parte. En realidad, éste es mi trabajo y si estoy teniendo éxito, me siento agradecida y feliz, pero no significa, para nada, que sea lo único que me importa. Para mí es más importante mi familia. Este año va a crecer y estamos muy emocionados por eso. Creo que lo más importante de este carrera es saber separar qué satisfacciones vas a tomar de tu trabajo y cuáles vas a tomar de tu vida. Mi vida personal la mantengo siempre al margen de todo, porque soy una persona como cualquiera. Mi vida profesional ha sido una sorpresa constante y el esfuerzo de años antes ha rendido fruto. Creo que no podría quejarme. Ha sido un año importante, pero no únicamente para mí, sino para las mujeres alrededor de mundo. Y eso siempre me parecerá mejor, el éxito es relativo y no define quién eres, ¿no lo crees?
A causa del calentamiento global,
estos animales ahora nadan cerca de las playas