La cantante española Buika (Palma de Mallorca, 1972) presentará el primer fin de semana de marzo un espectáculo/homenaje en el que “actualiza” la nostalgia, el amor y el dolor de las canciones de Los Panchos.
“El amor está más de moda que nunca; y a nuestro dolor hay que honrarlo”, dice en entrevista con MILENIO la artista que escuchó al trío de boleros mexicano desde la cuna, gracias a su madre que, con el padre, llegó a Islas Baleares exiliada de Guinea Ecuatorial (único país africano donde se habla español).
La ganadora del Grammy Latino a Mejor álbum tradicional tropical 2010 por su tributo a Chavela Vargas (y a José Alfredo Jiménez), El último trago, y Medalla al Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España, ofrecerá dos conciertos en el escenario capitalino, sábado 2 y domingo 3 de marzo.
“Lo que hacían Los Panchos era coger nuestros recuerdos, historias y guerras de amor, y convertirlas en algo maravilloso para recordar y escuchar, así dolieran; aunque tú hayas pasado un proceso doloroso, cuando escuchas tu propia historia en alguna de sus canciones, de repente duele pero está sabroso, es un dolor rico”, comenta la cantante que mezcla ritmos como el jazz y el flamenco.
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“El bolero es un regalo para la humanidad. La manera que tienen (en México) de interpretar toda la historia del amor y el desamor es tan particular que se ha trasladado a todos los países, incluso a los de habla inglesa. No es fácil poner ese toque tan elegante a lo que es el dolor, el sufrimiento y el padecer nuestras emociones. La manera que tienen en México de tratar la poesía de las canciones es una especie de dolor universal; es una cosa maravillosa. Cuando escuchas esos grandes boleros, esas grandes rancheras, duele pero no la sufres, es una cosa genuina y quiero ser parte de eso”, afirma Buika, a semanas de que justamente la Unesco declaró al bolero Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Cuesta trabajo imaginar a Los Panchos en Palma de Mallorca. ¿Recuerdas la primera vez que los oíste?
Una primera vez con Los Panchos no se recuerda, porque es algo que tenemos en la vena, que nos viene de cuna; por lo menos en mi caso. No recuerdo una primera vez, porque era muy niña; ya estaban en mi casa, con mi madre en la cocina, en el cuarto, escuchándolos. El proyecto de los conciertos fue idea de mi amigo Mané de la Parra, hermano de Alondra de la Parra, tremendísimos artistas. Él me dijo que yo podría hacer un proyecto con Los Panchos y me llegaron a la mente muchos recuerdos. Nació en mí de manera muy tímida, y fue creciendo con mucha fuerza hasta que terminé por concretarla. La estoy gozando muchísimo. Los Panchos hicieron el trabajo de crear estos temas; yo los voy a traer a la actualidad con la misma tela, la misma manera de celebrar el amor elegante, bonita, de gestionar el dolor con la pretensión de no sufrir el dolor, sentirlo pero no sufrirlo. Ha sido una catarsis maravillosa.
En México se asocia a Los Panchos con el amor, pero sólo se les ve en el cine de la época de oro, ¿es una paradoja al asociar el amor con algo ya lejano?
¡Qué va! El amor está más de moda que nunca. Los Panchos fueron la primera band boy que existió en América Latina que se convirtió en un fenómeno mundial, llegaron hasta Japón. Fueron algo impresionante porque pusieron de manifiesto una nueva manera de redención a través de la música, con todas todas estas cuestiones de amor. Uno no se imagina cómo disfrutar y saborear una historia que le ha dolido tanto; y, de repente, disfrutarla en una música tan bonita como la que hacían ellos, es un regalo revivir tu historia sin que te haga daño. Ellos tradujeron las canciones a un lenguaje tan sabroso aún cuando transmitían a veces mensajes tan dolorosos; es muy bonito escucharlos.
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Lo que he intentado para estos conciertos es arreglar su música de manera que no pierda esa elegancia, traerla a la actualidad con el sonido. Somos los herederos de las grandes músicas de los maestros, porque ellos mueren, desaparecen, dejan de estar de giras, y su música puede desaparecer; es muy peligroso jugar a eso. Seguimos llevando la bandera de los que nos dejaron un legado tan maravilloso. Hace unos días escuchaba a un chaval, aspirante a cantante, decir: ‘Es que yo no sé quiénes sean los Beatles esos de los que me hablan’. Eso no puede ser, de verdad. Que un chaval que quiera dedicarse a la música no sepa quiénes fueron los Beatles, John Coltrane o Miles Davis, no puede ser. Que tú quieras hacer reggaeton, fantástico, pero tienes que conocer la historia. Una manera bonita de hacer que los jóvenes se acerquen a esta música es no dejar de tocarla.
¿Cantarás otro tipo de música en los conciertos?
Siempre pensaba: voy a hacer el típico homenaje a Los Panchos, que yo sé que a mi madre le encantaría; cada vez que los escucho la tengo aquí en mi corazón conmigo. Me ha salido un show precioso y tiene un repertorio muy bonito de los temas más icónicos y de algunos que no fueron tan escuchados; es ahí donde he puesto más interés, ya que son joyas. Por supuesto, voy a incluir algunos de mis temas de este año, ya que traigo material nuevo, va a ser un espectáculo que hace pegar un salto en el tiempo y saborear sin daños colaterales nuestro pasado, que ahora se pueden recordar y disfrutar. Tenemos que honrar nuestro dolor, después de haberte lamentado uno tiene que agradecer por haber sobrevivido a lo que sea que nos haya pasado y sentirnos orgullosos de sobrevivir a ese dolor, y llevarlo con muchísima dignidad y elegancia.
¿Cómo creas una identidad propia entre todas tus tradiciones: africana, española; la música mexicana, el flamenco?
Es que eso es felicidad, cariño. Eso se llama riqueza. Rico no es quien tiene una mansión, es quien tiene paz y amor en su casa; lujo no es dormir en un hotel de cinco estrellas, sino hacerlo placenteramente y a gusto, sea donde sea. ¿Cómo lidia uno? Nos engañaron un poquito con todo esto de las herencias sociales y culturales, porque a ti te pueden criar diciéndote que perteneces a un sitio, pero tu realidad es otra: tú perteneces a muchos lugares, a todo lugar donde puedas amar. Yo tengo en mi sangre, en el corazón y en mi cabeza, la sangre mexicana. Y no porque tenga una herencia genética; es por una herencia de la memoria, del corazón, del paladar y, sobre todo, por un derecho universal, que es la elección. Cuando eliges amar un país, dejar tu corazón ahí, nadie te puede negar eso. He vivido cosas en México que me han hecho sentirme parte; cada que voy dejo mi granito de amor y esperanza, porque si hay algo que me ha pasado en México es que yo he aprendido mucho.
Por desgracia, hay una crisis migratoria global…
Yo que soy una africana de la diáspora, como se dice hoy en día, que ha sufrido mucho por lo que se dice de los que se van. Nadie se va, los países crecen, los africanos somos africanos estemos donde estemos, los mexicanos son mexicanos estén donde estén. Que les acoge otra patria por cualquier circunstancia, fantástico. México se extiende, es fantástico, es enorme, llega hasta Japón. Te tienes que sentir muy orgulloso de esas personas, gracias a su resiliencia, al esfuerzo y a la dureza que tienen viviendo lejos de sus familias y costumbres, el mundo os conoce, os respeta y os quiere. Esas personas obran el milagro de que el mundo os conozca y conozca más de su cultura, os ame. Yo soy española, y en España a los mexicanos los adoramos. Es bueno crecer como país, llevar a tu país a otras fronteras, es bueno.
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Chavela Vargas decía que los mexicanos nacen donde se les da su chingada gana.
Ja, ja, ja. Sí.
¿Qué te aportan esos compositores e intérpretes mexicanos para construirte como la artista Buika?
Primero, un legado que nos permite la atemporalidad, porque tú escuchas hoy en día algunos temas –y no solamente de Los Panchos, sino de muchos artistas– y te da la sensación de que están aquí, que ese tema se podría haber hecho ayer, porque tienen esa magia de que funcionan en todos los tiempos. Es algo fantástico. A mí me han dejado una esperanza ante todo, la de la eternidad. Que no sirve de nada porque yo me moriré cuando me tenga que morir, pero te da otro color y otra sensación a la hora de vivir la vida.
¿Qué opinas sobre la censura, sobre lo políticamente correcto, que ahora vemos en el arte?
Déjate de ultraderechas y otras cosas. Tú sé elegante, si tú eres elegante se te abren todas las puertas. Muchas veces ganan los de la derecha, otras los de izquierda, los de arriba o los de abajo. Yo no me preocupo de esas cosas y me ocupo, porque te tienes que ocupar con tu persona, tu vida y ejemplo. A veces la reivindicación tiene que ser silenciosa, a través del trabajo, que las personas vean que vives de manera decente respetando las normas o las reglas. Y si te tienes que manifestar, que sea de manera elegante. Yo solo pido eso: elegancia y control del impulso. Porque cuidado con eso de tener enemigos, porque te vas a convertir en uno de ellos. Nadie tiene que pensar como tú. Yo no necesito que tú pienses como yo, que mi marido piense como yo, que nadie esté de acuerdo conmigo. Yo lo que necesito es paz de espíritu. A mí no me pasa nada por estar sentada a lado de una persona que piensa total y absolutamente diferente que yo; tiene sus razones por las que piensa así. Yo pido respeto y hablarles a las personas cómo te gustaría que te hablaran a ti.
MGR