En cinco décadas Los Tigres del Norte le han cantado a millones de personas en México, Latinoamérica y Europa, e incluso han llevado su música al Capitolio, ante reyes y presidentes del Cono Sur, y siempre se han alimentado de esas emociones que se reflejan en los rostros de sus seguidores; sin embargo, la experiencia que vivieron con los presos en Folsom, California, en marzo pasado, les generó una de las mejores enseñanzas en su vida, el valor de la libertad.
Jorge, Hernán, Eduardo, Luis y Óscar, quienes integran el quinteto han cumplido con una sesión de fotos para una revista, de inmediato salen, se cambian y se disponen a dar la entrevista en el salón Polanco del Hotel Marriott; las cinco décadas que llevan en la música no aminoran su entusiasmo por hablar de su más reciente producción, Los Tigres del Norte At Folsom Prison, aunque la experiencia del camino andado también se percibe a cada frase de los Hernández.
Jorge, vocalista y líder de los sinaloenses, dice que la experiencia de cantar en la prisión, “fue un camino que Dios fue guiando”, porque la iniciativa surgió “en una plática que tuvimos con el presidente de nuestra disquera, en su momento; a propósito de que se cumplirían 50 años de que Johnny Cash lo había hecho y de que nuestra primera visita a Estados Unidos fue para cantar en una cárcel de Soledad, California.
Y destaca que “además de cantarle a los presos, tuvimos la oportunidad de cantar (Folsom Prison) uno de sus temas más emblemáticos, 50 años después y en español, de modo que es una experiencia magnífica para el grupo”.
Hernán, el bajista y segunda voz, coincide, pero va más allá al compartir la sensación de estar frente a esas personas que “por un momento de debilidad, de enojo o de perder el control vieron transformadas sus vidas.
“Estar ahí fue una mezcla de sentimientos, en lo personal en las dos primeras canciones hice el esfuerzo de no llorar, porque sientes presión, pero igual piensas en su historia, en pensar qué hizo para estar aquí”.
Eduardo, el guitarrista, toma el turno en la charla y, retrocediendo unos meses en su memoria, comenta esa vivencia: “Nos deja algo grabado, tocarles como una hora y pasadita, fue algo muy grato porque les pudimos llevar alegría a esas personas, hombres y mujeres, muchos de los cuales ya no la van a volver a tener, porque están sentenciados de por vida y otros por lo menos estarán 25 años ahí”.
Óscar, quien con Jorge y Hernán es de los fundadores del quinteto, comparte la sensación que vivió en camino la escenario en la cárcel: “Caminando por las celdas, miré una que me puso muy tenso, y al reo nomás se le miraba un ojo, eso me impresionó y me quedó muy grabada esa escena, es una cosa muy seria, este documental va a servir para que la gente vea esto y piense dos veces en delinquir”, dijo al referirse al documental de Netflix, cuyo soundtrack fue retomado de la producción musical.
Al final Luis, el más joven de los Hernández, fue conciso al comentar: “Ahora el compromiso de Los Tigres del Norte es seguir ayudando a la gente, y no solo a través de nuestra música, sino de manera personal, mediante diversas instituciones y organizaciones, pues en muchos casos la gente que está ahí es inocente y por falta de información se queda encerrada, porque no tienen la asesoría necesaria, por eso queremos que este documental haga conciencia de los que estamos de este lado, si no nos informamos, si no nos arraigamos a nuestra familia, a nuestra cultura, nos va a echar a perder”.
Contentos por la experiencia que se suma a su historial, Los Tigres del Norte se disponen a promocionar el disco, pues aseguran que aunque ya hubo mancuerna con Netflix, la posibilidad de hacer una bioserie “aún no está hablada, porque aún falta mucho camino por recorrer”, precisa Jorge.
El concierto
Para su presentación en la cárcel ante reclusos de buena conducta fueron año y medio de trámites.
Histórico
A 50 años de que Johnny Cash se presentó ahí, los sinaloenses repitieron la hazaña, ante miles de presos.