Con más de 13 mil personas debajo de un cielo nublado fue que se llevó a cabo el esperado concierto de Cartel de Santa y Millonario que tuvo lugar en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México.
Cientos de personas con playeras negras, pantalones anchos y paliacates en la cabeza descendían poco a poco de los vagones del metro en la estación Velódromo de la Línea 9 con la firme intención de pasar un increíble rato con sus amigos escuchando a uno de los exponentes más grandes del rap mexicano.
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Las largas filas se adueñaron del recinto y los revendedores interceptaban a cualquiera a su paso, ofreciendo los boletos “a un precio más barato”. El pronóstico de lluvia no hizo dudar a ninguno de los asistentes que comenzaban a entrar al velódromo con su siempre presente, chela en la mano.
“Me encanta venir a la Ciudad de México, hay un chingo de agua” bromeó Millonario ante la escasez que se vive actualmente en Monterrey, para después brindar con todo el público.
Durante una hora, el originario de Santa Catarina ofreció sus mayores éxitos como Chingo de cheve y Manejando Bien Rápido, poniendo a saltar a todos los cuerpos ansiosos por más. Poco a poco el ambiente se inundó de un olor a mariguana a lo que el también llamado La Bomba preguntó: “¿Dónde están todos y todas las mariguanas?”
El velódromo completo estalló y el Babo apareció completamente de negro con lentes y su ya conocida barba; “Ya extrañábamos venir a la Ciudad de México. Son de nuestros mejores públicos y lo saben, perros” con esas palabras empezó la avalancha de éxitos que recorrió desde aquel primer disco hasta el más reciente.
Minutos antes de la medianoche, Cartel de Santa cerraba su participación entonando una nueva canción demostrando que la agrupación sigue más viva y vigente que nunca.
DAG