El silencio del teatro Centenario se rompe cada viernes al filo de las 6 de la tarde, porque es la hora en que el personal, actores, técnicos y staff ingresan; a partir de entonces todo se transforma, pues en un lapso de dos horas los gatos tienen que saltar al escenario para interpretar Cats, el musical de Andrew Lloyd Webber que, por tercera ocasión, se monta en nuestro país.
Gerardo Quiroz, el productor, está a media sala y desde ahí supervisa la prueba de sonido de cada actor, al tiempo que los técnicos checan los juegos de luces y en el lobby del teatro las acomodadoras preparan los programas de mano para entregar al público que acompañan a sus butacas.
Apenas a unos metros, justo atrás del telón, todo parece un remolino, los actores experimentan la metamórfosis que requiere la historia. Algunos en el área de maquillaje dan las últimas pinceladas a su rostro para lograr que el espejo refleje al felino que les toca interpretar. Tal es el caso de Enrique del Olmo, quien por tercera ocasión da vida a Gatusalem, y comparte a M2 cómo es el proceso, que ya es parte de su rutina diaria desde el pasado octubre, cuando inició la tercera propuesta del musical.
“El maquillaje se tarda entre una hora una hora diez por personaje, la persona que me maquilla a mí también hace a Grizabella, así que todo el tiempo estamos muy movidos”, dice al tiempo que acomoda su peluca.
“Después bajas al escenario, te ponen el micrófono y vas a hacer el sound check, te ecualizan bien para que no haya ninguna falla; por último ya solo es cosa de ponerte el vestuario y la peluca”, añade el actor, quien con orgullo explica que su personaje es “el gato viejo de la manada, el líder espiritual, el que encuentra siempre el equilibrio, a mí me encanta, además le tengo especial cariño, pues lo he interpretado en todas las puestas que se han hecho en México”.
En los pasillos de la zona de camerinos el ir y venir continúa, algunos gatos ya están listos para salir al escenario, otros aún ejercitan sus cuerpos con abdominales o extensiones para tener la suficiente fuerza y energía para el trabajo que demanda la trama, comenta Wendy Braga, quien da vida a Jemima y está orgullosa de debutar “en un musical como éste”, pues si bien es cierto que en su natal Mérida tuvo una preparación de bailarina, “nunca había conjuntado la danza, el baile y la actuación, de modo que para mí ha sido una experiencia muy interesante”.
El cuerpo de felinos sigue afinando su preparación, hay quien coloca los mallones que dan el efecto gatuno y unos más frente al espejo colocan sus pelucas. Entre ellos Juan Carlos Casasola, quien toma el rol de Gus, en el musical que reconoce “ha sido un proyecto que ha marcado mi vida, mi carrera y mi personalidad en muchisisimas cosas que solo entiendes cuando haces esta producción porque Cats tiene un contenido que te cambia la manera de ver el espectáculo”, dice al tiempo que se escucha la segunda llamada. El reloj ha avanzado y todo el engranaje está al punto para que inicie la historia, en la que en la reunión anual de felinos se elegirá al gato especial para ascender al Edén Sideral.
La protagonista Natalia Sosa afina su voz, mientras en los alrededores del teatro se percibe al público que ha atendido la convocatoria para disfrutar por más de dos horas el musical que cada fin de semana se presenta en la CdMx y entre semana ronronea en diversos teatros del país.
Tras dos horas de preparación la “tercera llamada, tercera, comenzamos” que se escucha en el teatro indica que es hora de que los gatos salten al escenario.
Van por las 200
El musical que se presenta de viernes a domingo en el teatro Centenario se encamina a celebrar 200 representaciones.
Alternantes
Yuri, Rocío Banquells y Ana Cirré son alternantes en el papel de Grizabella, que hace Natalia Sosa.