En las bocinas suena una canción que en su estribillo dice: “Dame un poco, un poco de tu chiquitolina para ver las cosas grandes de la vida”. Florinda Meza cierra los ojos y por su expresión se adivina que su mente está en otra época. Ya con su atención de nuevo en el presente, ve directo a una pantalla en la que se proyectan fotografías de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito.
La emoción le gana, no llora, pero se ve conmovida. Ese sentimiento la hace revelar una anécdota que el propio comediante nunca quiso contar, ni en su libro autobiográfico. La vivencia tiene que ver con la pasión que Gómez Bolaños siente por el oficio de caricaturista, desde que era un niño y cuando le auguraban talento para triunfar gracias a su inventiva.
“Roberto fue multifacético, abarcó muchas manifestaciones del arte, entre ellas, una de las más difíciles que es la caricatura, porque requiere que el dibujante sea un buen retratista, para reconocer de quién es la imagen, que es un tanto bizarra, y por si fuera poco también tiene que contar una historia sin palabras, solo con el golpe de vista. Es fenomenal, admirable.
“Roberto también era caricaturista. Antes de estar en la televisión, cuando estaba en radio, hacía tiras cómicas. A los ocho años tenía una historieta con personajes y todo; la llevaba (a la escuela) y se la vendía a sus compañeros a peso, que en aquel entonces era todo el oro del mundo. Luego los niños las alquilaban y a la semana siguiente llevaba otra”, cuenta Meza divertida.
Tal era el amor de Chespirito a la creatividad, que cuando éste se mudo con Florinda a la privada de Porfirio Díaz número 136, en la casa 8, donde ella vivía. El escritor llegó “con una maleta, donde traía libros, papel, lápices, goma para borrar y un sacapuntas del otro lado, en la mano izquierda una máquina portátil de escribir”, recuerda la también actriz.
Sabedores de la pasión de Roberto Gómez por el oficio de la caricatura, varios dibujantes de Latinoamérica respondieron al llamado de Arturo Kemchs, presidente de la Unión Iberoamericana de Humoristas Gráficos, para sumarse a una exhibición en la que se exaltarán los personajes icónicos que ideó el dramaturgo.
Así nació, hace un año la exposición Chespirito Homenajeado por Caricaturistas de América Latina.
Meza y Kemchs la han llevado a Colombia y Panamá, donde tuvo gran acogida de parte del público, que recuerda al artista que conquistó aquellos países.
En nuestro país se muestran desde ayer 60 caricaturas, de las 300 existentes, en formato ampliado en el pasillo de la estación Zapata de la Línea Dorada del Sistema de Transporte Colectivo de la CdMx, donde permanecerá por los siguientes dos meses.
CLAVES
PREPARA SERIE
En su faceta como escritora, Florinda Meza prepara una serie de las aventuras de María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija, mejor conocida como La Chimoltrufia.
“Hay capsulitas, que son casi monólogos y voz en off ella cuenta sus historias de cada día, pero sí tengo planeada una serie. La Chimoltrufia me lo cedió de forma notarial hace muchos años, en vida. No tendrá ninguno de los otros personajes, porque no me pertenecen”, adelanta Meza.
Florinda aún se encuentra en la búsqueda de inversionistas para realizar el musical Queen Mother, que espera montar en Broadway.