La cinta mexicana Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios, se llevó el Oso de Plata a la contribución artística de la Berlinale por su trabajo de edición, realizada por Yibrán Asuad.
El jurado premia "el magistral concepto de montaje de una obra cinematográfica atrevida e innovadora que diluye los límites entre la ficción y la realidad y explora con valentía las capacidades del lenguaje cinematográfico para cambiar nuestra visión del mundo".
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"El montaje desempeña un papel esencial en el apoyo de la visión única del cineasta al deconstruir de manera lograda las diversas capas de realidad y lenguaje para ofrecer una mirada detallada y que invita a la reflexión de una de las instituciones más controvertidas de México", agrega.
De qué trata Una película de policías
Una película de policías, del cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios, nació debido a que el realizador quería "hacer un filme con algún impacto social o que al menos abordara algunas de las cuestiones apremiantes en la sociedad mexicana".
Esta producción, que juega con los límites de la ficción y el documental, pone el foco sobre la policía, una de las instituciones más controvertidas de México, y la crisis de impunidad provocada por un sistema disfuncional.
En sus entrevistas con policías reales para preparar el filme, que se estrenará en octubre a través de la plataforma Netflix, tropezó con sus protagonistas, Teresa y Montoya.
Supieron de inmediato que ahí estaba el corazón de la historia, porque son de esa clase de personas "muy únicas y llenas de contradicciones, pero también muy vitales y conscientes -cosa rara- de su rol en la cadena de corrupción y también de cómo son víctimas y también parte del problema de ese sistema", explicó el cineasta en la presentación de su película en el festival alemán.
Teresa y Montoya se incorporaron a la policía siguiendo la tradición familiar, solo para encontrar que sus convicciones y esperanzas son aplastadas por un sistema disfuncional.
Ante la hostilidad a la que se exponen, solo les queda su vínculo amoroso como refugio.
"Sencillamente tienen grandes biografías, por eso supimos de inmediato que ahí estaba la historia", agrega Ruizpalacios, que cuenta con Daniela Fortes y Elena Alatorre como productoras del filme.
Precisamente con Fortes y Alatorre, que se dedican a la producción de contenidos de no ficción, con énfasis en temas de impacto social, surgió la idea de hacer primero un documental sobre la corrupción y la impunidad en México, explica.
Tras un periodo de investigación de unos dos años, se dieron cuenta que el resultado iba a ser un "filme aburrido" lleno de datos, bustos parlantes y expertos, razón por la cual regresaron a la figura del policía, que según Ruizpalacios "es como la última frontera entre los ciudadanos y el Estado".
nerc