¿Debe Netflix tener cabida en un festival de cine? El candente debate enturbió el estreno de Elisa y Marcela en la Berlinale, producida por la plataforma y dirigida por la española Isabel Coixet, que defendió la "coexistencia" de las salas e internet.
Rodado en blanco y negro, el filme está basado en la historia real de dos profesoras que se casaron en Galicia (noroeste español) en 1901, constituyendo el primer matrimonio homosexual de la historia en España. Interpretada por Natalia de Molina y Greta Fernández, la pareja hace frente a las calumnias y agresiones de la aldea donde se instalan, viéndose obligadas a huir a Portugal con la vista puesta en Argentina.
Se trata de la novena cinta de Coixet en la Berlinale y la única iberoamericana en liza este año por el Oso de Oro.
Pero el hecho de que se tratara de la primera cinta producida por Netflix seleccionada en la Berlinale disgustó a los exhibidores independientes alemanes, quienes en una carta abierta al Festival y a la ministra de Cultura, Monika Grütters, solicitaron su retirada de la competición, puesto que "no tendrá una distribución normal en los cines".
"La Berlinale defiende la gran pantalla, Netflix la pequeña", escribieron 160 exhibidores.
En rueda de prensa tras la proyección de la película, Coixet se defendió con vehemencia.
"No se puede hacer este llamamiento en nombre de la cultura. Pidiendo que se retire la película, no están respetando al autor", dijo en inglés ante los periodistas, que no cejaron de preguntarle sobre la polémica.
El precedente, Roma
El año pasado, Netflix se quedó fuera del Festival de Cannes tras las protestas de las salas de cine francesas, pero en cambio el de Venecia divulgó la mexicana
Roma, que se llevó el León de Oro y desde entonces va acumulando premios en su camino hacia los Oscar.
Frente a las divisiones, el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, llamó a "los festivales internacionales a hallar una posición común sobre cómo lidiar con las películas de las plataformas en el futuro".
"El futuro pasa por la coexistencia de plataformas y salas, el precedente es +Roma+", dijo Coixet, afirmando haber visto el filme de Alfonso Cuarón en el cine e internet.
La directora española explicó que empezó a trabajar en Elisa y Marcela hace una década. "Nadie estaba interesado en financiar" una película con un tema que "les sonaba exótico y en blanco y negro", dijo.
Hasta que llegó Netflix. "A ellos no les supuso ningún problema y en la primera reunión aceptaron que la película saliera en los cines en España", dijo, confiada en que también se estrenará en otros países.
Coixet admitió a la vez que prefiere el cine a las pantallas de ordenador. Pero "tengo que hacer películas o de lo contrario me muero".
"Alérgica" al matrimonio
Elisa y Marcela, que se adentra en la Galicia conservadora de principios del siglo XX, explorando sus aldeas, costumbres y naturaleza, se vuelca en la historia de amor de dos mujeres que se quisieron contra viento y marea y que urdieron casarse con una de ellas vestida de hombre.
Coixet, que se dijo "alérgica" al matrimonio, explicó que su filme, además de defender a las parejas homosexuales, es una crítica sobre "el creciente control de los demás sobre nuestro comportamiento. Sobre a quiénes amamos y a quiénes no".
La película arrancó aplausos, algunas lágrimas y más de una carcajada, en especial por el papel que se le reserva al pulpo, un comestible típicamente gallego. En este molusco Coixet halló "una manera no masculina de relacionarse sexualmente".
ES