Bertha Navarro, una de las figuras más queridas del cine mexicano, fue reconocida en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia con El Ojo, el premio que el FICM le entrega a figuras destacadas en la industria cinematográfica nacional; además, la productora develó una butaca con su nombre. Durante su homenaje, no solo celebró su labor en el séptimo arte, sino también su papel visionario y su compromiso con las nuevas generaciones de cineastas.
Navarro compartió su emoción por su próximo proyecto cinematográfico, Balas de Plata, basado en la novela de Elmer Mendoza y dirigido por Alejandro Springall. Este filme, que retrata con crudeza el México contemporáneo, representa una nueva etapa en su carrera “hace como dos años empecé a trabajar en Balas de Plata, fue un ir y venir entre si lo hacíamos serie o no, pero ahora decidimos hacerlo película, ya está muy cerca”.
La productora reconoció el talento de Mendoza, uno de los autores más destacados de la novela policiaca en México, y subrayó la importancia de filmar en Sinaloa, una tierra marcada tanto por la belleza como por la violencia. Sobre su colaboración con el director Alejandro Springall, mencionó: “hemos trabajado juntos en varios proyectos (como Sonora y Cronos), somos como familia”, y su lazo se reforzará con el rodaje de Balas de plata.
Sobre su relación profesional con Guillermo del Toro, Navarro recordó con especial cariño el trabajo en películas como Cronos y El laberinto del fauno, “quería llevarme con él, pero no, aquí me necesitan más y no quería entrarle a esa industria (en Hollywood), pero Pinocho es una maravilla. Guillermo se ha ganado el respeto del mundo del cine y eso se ve en cada una de sus películas”, agregó Bertha sobre Del Toro, quien la considera su madre fílmica.
Mientras arranca el rodaje de Balas de plata, Bertha invierte su tiempo en la restauración de películas, incluida Cronos, un proyecto que se ha llevado a cabo entre Inglaterra y Estados Unidos. Para Navarro, el cine sigue siendo una pasión inagotable, aunque reconoce que con el tiempo su energía ha disminuido: “He batallado, pero para mí el ‘no se puede’ no existe. Siempre hay que buscar la calidad y la honestidad”, dijo minutos después de su homenaje.
El homenaje en el FICM es un recordatorio del impacto indeleble que Bertha Navarro ha tenido en el cine mexicano, tanto en lo artístico como en lo humano. Su nombre, ahora inmortalizado en una butaca que será colocada en el cine sede del FICM, seguirá inspirando a las futuras generaciones de cineastas que encontrarán en su historia una guía para seguir construyendo un cine que refleje la realidad y el alma de México.
“Es una mujer profundamente visionaria, siempre pensando en lo que sigue para el cine mexicano, formando jóvenes y buscando nuevos talentos”, comentó Marina Stavenhagen, quien próximamente estará a cargo de la Cineteca Nacional. Cuauhtémoc Cárdenas, VP del FICM resaltó que Bertha, “más allá de abrir espacios a las mujeres, también lo ha hecho para los hombres”, considerándola un “ejemplo de constancia y congruencia en el cine”.
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