Festival de cine Black Canvas se sobrepone a la pandemia; realiza edición híbrida

Este evento cinematográfico organizado por la Universidad de la Comunicación comenzó el pasado 1 de octubre y finalizará el próximo sábado.

El festival, que comenzó el pasado 1 de octubre, finalizará el próximo sábado 10. (Black Canvas)
José Juan de Ávila
Ciudad de México /

Poco después de que abrieron taquillas en Cineteca Nacional, el jueves 1 de octubre, los boletos para la función inaugural de la cuarta edición del Black Canvas ya se habían agotado. Pedro Segura Bernal, director de Programación del festival, reconoce que partieron de la incertidumbre para la selección de los 130 filmes a exhibir, pero fue un logro que, en medio de una pandemia, las salas estén “saturadas”.

“Recordar cómo hicimos en estos meses de pandemia la programación son flashes backs terroríficos. Fue una experiencia muy complicada, pero al mismo tiempo muy satisfactoria: conjuntar tantas películas en un escenario poco favorable, en el que hay pocos estrenos, pocas oportunidades de nuevas películas porque todo está detenido, se volvió una experiencia muy gratificante, la superamos con creces”, dice Segura Bernal, cabeza del festival que organiza la Universidad de la Comunicación con Claudio Zilleruelo Acra, director artístico, y el rector Salvador Corrales Ayala, productor ejecutivo.

A pesar de ser uno de los festivales de cine más jóvenes en un país donde al año antes de la pandemia se celebraban casi centenar y medio, el Black Canvas sobrevivió al covid-19 y regresó a las salas de Cineteca Nacional y comerciales del 1 al 10 de octubre con 130 filmes, entre largometrajes y cortos. Abrió con el filme estadounidense First Cow (2020), de Kelly Reichardt, con 120 asientos agotados.

“Fue mucho tiempo de encierro, eso nos ayudó a ver muchas películas, revisar todo un año fílmico de todas las latitudes, preguntar qué había de nuevo, qué estaban planeando que saliera en esta época, cosas de ese tipo que nos permitieron que el festival sea lo que es hoy”, agrega Segura en entrevista.

Agrega que fue también muy desgastante trabajar desde la incertidumbre, al no tener ni idea de cómo iban a ser las circunstancias para el cine durante la pandemia o cuánto iba a durar esta, si las salas iban a estar abiertas o cerradas. Pero al final, uno de los cuatro o cinco escenarios que exploraron, se puso en marcha, que fue la versión “híbrida”, con funciones presenciales y virtuales, e invitados a distancia.

Cuando hay problemas, hay un espacio para que surja la oportunidad. Ahora podemos ofrecer nuestra amplia cartera de programación de Tijuana a Campeche, de costa a costa, de Pacífico a Atlántico, con esta oportunidad virtual que nos da FilminLatino de exhibir gratuitamente nuestra programación en todo el país, porque Black Canvas había sido, desde 2017 que inició, sólo en Ciudad de México”, subraya.

Festival híbrido 

El programador del festival destaca que, aun con la pandemia, se trae lo más reciente de la cinematografía contemporánea, con premieres internacionales, entre ellas la del cineasta de culto japonés Sion Sono o del estadounidense James Benning, gracias a las concesiones de los directores.

Incluso en las dos retrospectivas los filmes incluidos son relativamente recientes. El más antiguo, detalla, es una cinta de Jian Zhangke, “el cineasta chino más importante de la historia”, según el programador. El otro homenaje está dedicado al chileno José Luis Torres Leiva, de 45 años.

“Torres Leyva es un cineasta latinoamericano que en el siglo 21 se ha consolidado como una de las voces más humanas y prolíficas del panorama internacional, y que consideramos que es un buen momento para rendirle un gran honor”, dice sobre el director de Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Segura Bernal explica que la decisión de que fuera un festival “híbrido”, presencial y virtual, surgió como una posibilidad en el ánimo de que el Black Canvas busca democratizar y ampliar la experiencia de ver cine contemporáneo, independiente, de cinematografías de lugares del mundo menos accesibles.

Aclaró que, en el contexto de la pandemia de covid-19, que sólo en México ha costado la vida a más de 80 mil personas y el contagio de ya cerca de un millón a la fecha, exhibir cine en salas y en pantallas dependió de los agentes que ostentan los derechos de las obras y sus decisiones comerciales.

“Tenemos varios largometrajes mexicanos, pero muy pocos podrán verse en FilminLatino porque ellos tienen la esperanza de salir comercialmente en salas y no quieren que la película se queme en un formato virtual. Y las premieres mundiales, por supuesto, era imposible que se vieran en cine digital, pues justo su carrera por festivales está por comenzar”, expone.

Segura Bernal reconoce que, al ser el primer festival que se presenta en Cineteca Nacional –y ahora en todo México de manera virtual–, Black Canvas es “un experimento” para medir audiencia y la expectación de la gente para ver cine, que alcanza a un mayor público gracias a la participación por primera vez de la plataforma de FilminLatino (dependiente del Instituto Mexicano de Cinematografía).

“Es un gran logro que en medio de la pandemia se agoten los boletos en Cineteca, que la sala se haya saturado (con First Cow) habla de la expectativa que hemos generado con nuestra programación”, dice.

Adversidad que abre nuevos caminos

Sobre las expectativas a corto, mediano y largo plazo para el Black Canvas con la pandemia, las salas a una fracción de su aforo disponibles y el debate legislativo sobre la desaparición de fideicomisos, entre ellos para el desarrollo del cine en México, Bernal Segura destaca que, aunque el panorama presupuestal en el país e internacionalmente es muy complicado, la adversidad abre nuevos caminos.

“Para nosotros, la pandemia fue una adversidad gigante, pero también la apertura de un camino que nos permite ahora llegar a Tijuana, Sonora, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas, Guadalajara, Cuernavaca, a todas esas ciudades donde tan poca oferta cinematográfica o nula existe habitualmente. Nosotros somos un festival independiente que apoya a cineastas jóvenes que están haciendo primeras o segundas películas, sin nada de fondos o poco presupuesto; películas tailandesas o bielorrusas, películas que no son comerciales y que difícilmente se logran proyectar en espacios públicos en todo el mundo", señala el Director de programación.
“Entonces, como nuestro espíritu de independencia está incluso en la parte económica, buscamos recursos y siempre salimos adelante con un esfuerzo arduo. Hablando honestamente, somos uno de los presupuestos más bajos a escala nacional de festivales y hemos consolidado una oferta amplia y atractiva, de primera calidad. Serán tiempos difíciles, nos cayó el chahuistle, pero eso obligará a encontrar nuevos caminos y formas. Esperamos a que esta independencia va a generar como consecuencia mejor cine mexicano para llenar nuestras programaciones los próximos años”, concluye.

Tal vez la muestra más radical de cine contemporáneo en el país, que en sus tres ediciones anteriores ha colmado las salas de un público en su mayoría muy joven, presentará también una selección de películas mexicanas de los realizadores Julio Hernández Cordón, Samuel Kishi Leopo, Adriana Otero, Joshua Gil, Carlos Lenin, Nicolasa Cruz, Muriel Escalera y Hari Sama, cuya película Esto no es Berlín tuvo 12 nominaciones al Ariel, aunque fue la gran perdedora al no conseguir ninguno de ellos.

La selección oficial incluye 70 largometrajes y 60 cortos procedentes de 40 países, que podrán verse de manera presencial del 1 al 10 de octubre en Cineteca y Cinemex en Ciudad de México, y para todo el país en streaming a través de FilminLatino, con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía. Se suman como sedes virtuales Árbol Rojo AC, Oaxaca Cine, Cineteca Nuevo León y Cine la Mina.

​yhc

LAS MÁS VISTAS