Dark Waters (pésimamente traducida en Latinoamérica como El precio de la verdad) es un thriller basado en hechos reales que cuenta la historia de un abogado corporativo que descubre un oscuro secreto de una de las compañías químicas más grandes del mundo.
El largometraje presentado en 2019, muestra la historia de cómo este secreto sustenta el éxito comercial de la producción del teflón de la empresa DuPont y cómo está relacionado con un número creciente de muertes inexplicables y enfermedades en una pequeña comunidad de Virginia, y no solo eso, con daños irreversibles alrededor del mundo.
El abogado Rob Bilott, encarnado perfectamente por Mark Ruffalo, arriesga su carrera dentro de una prestigiosa firma que atiende legislación ambiental a empresas, su familia y su propia vida, al decidir emprender una batalla legal contra la corporación para sacar a la luz la verdad y buscar justicia para las víctimas.
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La película explora temas como la contaminación ambiental y sus consecuencias devastadoras de la desechos industriales en la salud humana y el medio ambiente; el poder corporativo y su influencia en gobiernos y sistemas legales para proteger sus intereses; y la fragilidad de la justicia social cuando los individuos comunes enfrentan los poderosos intereses para defender sus derechos.
Sin embargo, además del interesante argumento de la historia y el soporte de actores de la talla de Anne Hathaway, Bill Pullman o Tim Robbins, en la cinta hacen cameos protagonistas reales de la batalla legal comenzada a finales del siglo pasado y la cual sigue en su proceso.
El propio Rob Bilott, su esposa Sarah y sus hijos Teddy, Charlie y Tony, Darlene y Joe Kiger, Jim Tennant y Crystal Wheeler y Amy Brode y una figura que en la película aborda su caso específico: Bucky Bailey.
La historia de Bucky Bailey
Nacido en Parkersburg, Virginia, Bucky es una de las miles de víctimas de la contaminación de DuPont: nació con malformaciones (una sola fosa nasal y un ojo dsfigurado) causadas por el PFOA, la sustancia química utilizada por la empresa DuPont.
Su caso se convirtió en un elemento clave en el filme, donde su sufrimiento sirvió para ilustrar los devastadores efectos de la contaminación industrial en las comunidades. Él es un rostro de la tragedia: La imagen de Bucky, con sus marcas faciales, se convirtió en un símbolo de la lucha contra las corporaciones que priorizan las ganancias sobre la salud humana.
Su historia ayudó a visibilizar el problema de la contaminación por sustancias químicas persistentes a nivel mundial. Casos como el de Bucky han impulsado cambios en la regulación de sustancias químicas peligrosas en muchos países.
Más allá de Dark Waters
Si bien la película lo catapultó a la fama, Bucky ha seguido siendo un activista, utilizando su voz para abogar por un medio ambiente más limpio y saludable. Además de Dark Waters, ha participado en otros documentales y proyectos relacionados con el tema de la contaminación.
Bucky Bailey es mucho más que un personaje de una película. Es una persona real que ha dejado una huella imborrable en la lucha por la justicia ambiental. Su historia es un recordatorio de las graves consecuencias que puede tener la contaminación industrial y de la importancia de defender nuestros derechos y nuestro planeta.
Dónde ver Dark Waters
El precio de la verdad está abierta en la plataforma Netflix.
EVT