Dos adolescentes vestidos de payasos, Cagalera (Benny Emmanuel) y Moloteco (Gabriel Carbajal), cuentan chistes y tratan de ganarse unas monedas en un microbús de la ruta que avanza desde Calzada de Tlalpan hasta Xochimilco; nadie les presta atención, decepcionado, el primero saca un arma y asalta a los pasajeros. Así inicia el nuevo filme de Gael García Bernal: Chicuarotes, que fue grabado en San Gregorio Atlapulco luego de los sismos de 2017.
“La primera secuencia es la película entera, esa frase, ese momento es fundamental en la historia, es quizá el momento en el que Cagaleras se da cuenta del no retorno, del no poder volver atrás, de haber querido que la cosa sea distinta, pero también se da cuenta de que no puede ser distinta y que su camino está marcado, qué difícil atestiguar la desesperanza juvenil, eso es lo que realmente me parece hasta ensordecedor dentro de la película, es muy doloroso ver a jóvenes sin esperanza”, dice en entrevista con M2.
Y añade: “Esa es una realidad, no la neguemos, que no nos digan que hay un futuro de aquí a 20 años en el que vamos a poder vivir sin ninguna preocupación, no. Creo que esa reflexión es lo que me gustaría que surgiera después, para el tema de la emergencia climática; de cómo convivir en armonía en un lugar entre la tierra y el agua como es San Gregorio; cómo hacerle para parar la espirar de la violencia y el abuso de género, cómo hacerle para escuchar las voces que han sido acalladas por tanto tiempo”.
Si bien la película se centra en el deseo de los menores por salir de su pueblo, tiene matices que apuntan a diversos problemas sociales, como la violencia familiar, la pobreza y la falta de educación; además, desde el personaje de Sugehili (Leidi Gutiérrez) se da visibilidad a las niñas.
“Tenemos que escuchar lo que están diciendo los jóvenes y, en específico, lo que están diciendo las niñas, porque como en la película, ellas son las que están trayendo una narrativa esperanzadora; ahí está Greta Thunberg hablando de la emergencia climática, participando y movilizando, muchísimas personas, hablando acerca de una realidad que nos cuesta mucho ver, ella está diciendo basta, nos robaron el futuro, ella está poniendo enfrente de nosotros esta desesperanza juvenil de que ya no va a haber un futuro si no nos podemos las pilas”, indica.
Chicuarotes, que hoy llega a las salas de cine, representa un proceso de vida para Gael, pues el guión de Augusto Mendoza le llegó hace 10 años; hoy se queda con una sensación grata y ganas de hacer más cine que afronte temas complejos.
PROYECTA CINTA A SUS CUATES
Gael ofreció una proyección de Chicuarotes en las chinampas acompañado de sus amigos: Natalia Lafourcade, Eugenio Caballero, Diego Luna y Carlos Cuarón, a quienes agradeció su presencia, así como al elenco y todo el equipo que participó en la cinta protagonizada por Benny Emmanuel, Dolores Heredia, Gabriel Carbajal y Enoc Leaño.
“Venimos hablando de la posibilidad de la experimentación que hay en México, de cómo podemos inventarnos otras formas de hacer películas, de contar las mismas historias, de cómo llevar en este caso la película, atraer a la gente a la película, al lugar donde se hace la película”, destacó Gael en entrevista con M2 previo a la función.
Al plantear la vida de dos adolescentes, Cagalera y Moloteco, inmersos en la difícil situación que viven y que los obliga a meterse en el mundo criminal, el cineasta dijo: “A nadie deja indiferente una película que te deja rondando en la cabeza, que a muchas personas les puede gustar y a otras les puede incomodar porque es dura, es una historia de la realidad porque trata de la desesperanza juvenil y eso es universal y hoy más que nunca”, dijo.
Luna habló del apoyo que tiene con Gael: “Nos recordamos cada tanto que lo nuestro se trata de la colaboración, de las amistades que haces en el camino”.
CLAVES
EN CUEMANCO
Gael agradeció al equipo que participó en la cinta durante la proyección especial en Cuemanco.
ESTRENO
La historia llega hoy a las salas con más de 300 copias, lo cual celebró el entusiasta director.
FUNCIÓN ESPECIAL
Planea una función especial en San Gregorio Atlomulco, donde se filmó la trama.