La historia que comenzó el 24 de diciembre de 1925 en el London Evening News con la publicación del primer capítulo de Winnie the Pooh, del autor Alan Alexander Milne, mañana alcanzará un punto álgido con el estreno en México del filme Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable, protagonizado por Ewan McGregor, el osito amarillo y sus amigos.
Motivado por sus hijas, como sucedió con Mary Poppins (1964), Walter Elias Disney compró los derechos de la imagen del personaje que gusta de la miel y de trepar árboles, inspirado en la osezna Winnie, mascota de la brigada 34ª Fort Garry Horse; con la llegada a la salas de la versión live-action, McGregor consideró que se cumplirá uno de los sueños del padre de Mickey Mouse.
“Creo que la gente se sorprenderá y es lo que probablemente Walt Disney quiso desde un primer momento… una película para niños, que no es solo para niños. Los animales que crearon para esta película son increíbles, tienen muchísimo carácter, aún estando sentados”, comentó Ewan, en entrevista concedida por Walt Disney Pictures.
El director Marc Forster buscó ser lo más fiel posible al Winnie the Pooh, Puerquito, Ígor, Búho, Conejo, Topo (que fue una invención del estudio y no de Milne), Cangu, Rito y Tigger de inicio del siglo, su consigna fue que no parecieran una animación, sino verdaderos animales, por lo que la imagen de los peluches en la cinta es vieja para dar la sensación de antiguos.
“Todos se veían hermosos y muy reales, con un cierto aspecto un poco desgastado por el paso del tiempo… Winnie the Pooh, por ejemplo, tenía un pequeño parche en su barriga. Parecían haber pasado los últimos 30 años guardados en una caja de juguetes”, recordó quien también protagonizó Trainspotting (1996).
Para lograr mayor realismo, Ewan compartió la fórmula que utilizó Forster y el director de fotografía, Mattias Königswieser, en el set: “Todo es tan increíblemente hermoso, clásico y real. En esta película todos teníamos que realizar tomas con los heroicos peluches y no sé si fue un americanismo o un cinematografismo (sic), pero eran en esencia osos de peluche”.
Así, la primera toma, contó el histrión, “la hice con Pooh; y Marc Foster fue brillante porque contrató actores para que hicieran de Winnie, Tigger, Cangu e Ígor. La película no sería tan afectiva y la interpretación no parecería tan real ni tan buena si no hubiese sido por esos actores que interpretaron a los personajes”.
Una conexión única con Winnie the Pooh
A diferencia del verdadero Christopher Robin Milne, quien estuvo resentido con su padre por retomar la conexión que tuvo con la osezna rescatada en Canadá por el teniente veterinario H. Colebourn, McGregor si encontró afinidad con su rol en esta cinta, gracias a que desde pequeño sus padres le leían los libros de A. A. Milne y ahora que él también es papá.
“Quedé bastante cautivado con el guión, me encantó que Christopher Robin fuera un hombre de mi edad y que Winnie the Pooh regresara a su lado en un momento difícil de su vida. Eso me pareció realmente conmovedor.
Christopher Robin tiene una hija con la que no mantiene una relación muy cercana, él lo reconoce y le gustaría estar más unido a ella.
“Y, sin duda, uno siente que a ella le encantaría tener una relación mucho más estrecha con su padre, hay algo de ese acercamiento entre padre e hija con lo que realmente me sentí identificado como padre de varias niñas”, agregó.
Claves:Historia
- A. A. Milne se inspiró en el bosque de Ashdown para El Bosque de los Cien Acres, así que Marc Forster utilizó ese mismo paisaje para la película.
- “En nuestros sets y lo que hemos hecho en exteriores, convirtiendo calles londinenses en las de 1949, todo se ve real”, explicó Ewan.
- De acuerdo a los autores Benjamin Hoff y John Tyreman Williams, Milne no escribió los libros de Pooh para el público infantil.
ES