Uno de los actores de la Época de Oro del Cine Mexicano que está rodeado de misterio y un poco de terror es el actor Joaquín Pardavé, que tras su fallecimiento se comenzó a correr el rumor que fue enterrado vivo al tener un extraño padecimiento.
Joaquín Pardavé fue un actor, director, cantante, compositor, comediante y guionista del Cine de Oro Mexicano, nació el 30 de septiembre de 1900 en Pénjamo, México, era hijo de actores españoles, por lo que vivió rodeado de artistas de teatro.
Su debut en el cine mexicano fue con la cinta Viaje redondo en 1919, su primera película sonora fue El águila y el nopal de 1929 y en la película Águilas frente al sol de 1932 interpretó a un villano.
Sin embargo, su consagración como actor fue en la cinta México de mis recuerdos, al interpretar a don Susanito Peñafiel y Somellera, personaje de la época de Porfirio Díaz. También es conocido por su papel de Narciso Escalera o Makakikus, de la película El gran Makakikus, de 1944, y el de Pascual, en la película Ojos de juventud, de 1948, que estelarizó con Elsa Aguirre y José Baviera.
A lo largo de su carrera en la Época de Oro del Cine Mexicano se caracterizó por ser multifacético, compuso varias piezas musicales, actuó y dirigió varias producciones de cine, trabajando de la mano con varios artistas reconocidos de la época.
Así fue el trágico final de Joaquín Pardavé
De acuerdo con la historia popular, el actor Joaquín Pardavé padecía catalepsia, una enfermedad que deja al cuerpo inmovilizado, presentando síntomas de una muerte como no registrar signos vitales, no obstante, el paciente se encuentra en un estado consciente, despertando en cualquier momento.
Sin embargo, se dice que el médico que lo atendía se encontraba fuera del país, así que lo revisó un médico inexperto, llegando a la conclusión de que el actor parecía estar muerto. Por lo tanto, fue declarado muerto y enterrado de forma convencional.
Después del entierro, sus familiares estaban tratando de realizar los trámites de su testamento, cuando se dieron cuenta que uno de los documentos quedó dentro del pantalón del actor, así que decidieron desenterrarlo.
Cuando abrieron el ataúd, señala la leyenda que encontraron el cuerpo boca abajo con restos de piel en las uñas como señales de supuesta tortura al intentar salir de la caja y el rostro destrozado por la desesperación de no moverse.
Dicha versión fue difundida por el diario mexicano La Prensa, en base a la supuesta condición cataléptica del actor. Por lo tanto, la familia de Joaquín Pardavé salió a desmentir esa historia.
Uno de sus sobrinos explicó que todo se trataba de una mentira, pues Joaquín Pardavé murió en realidad de un derrame cerebral, hecho que constató su médico de cabecera. Sin embargo, la leyenda permaneció en la historia popular de México.
Joaquín murió de un derrame cerebral el 20 de julio de 1955 en la Ciudad de México a causa de una hipertensión arterial descontrolada. Tras su fallecimiento, el actor dejó un gran legado por su trabajo en el cine e incluso existe una avenida céntrica, un auditorio y un salón que lleva su nombre.
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