La casa donde se filmó Mi pobre angelito se ha convertido con los años en un símbolo navideño para generaciones enteras. Más que un set de filmación, esa enorme residencia en Winnetka, Illinois, encarna la nostalgia de una de las películas más queridas de la temporada.
Pero, ¿qué ha sido de esa casa desde que las cámaras dejaron de rodar hace más de 30 años? La respuesta combina historia, transformación y un nuevo capítulo lleno de interés cinematográfico y cultural.
¿Dónde está y por qué se volvió tan famosa?
La casa que aparece en Mi pobre angelito está ubicada en 671 Lincoln Avenue, en Winnetka, Illinois, a unos 40 minutos al norte de Chicago. Construida en 1921 con estilo colonial georgiano, la residencia cuenta con cinco habitaciones, seis baños y más de 9 mil pies cuadrados de espacio habitable, además de comodidades modernas como gimnasio y cine en casa.
Aunque muchas escenas interiores memorables de la película se recrearon en un estudio, varias secuencias incluyendo la famosa escalera y exteriores sí se rodaron aquí. Es precisamente ese vínculo visual con la película lo que convirtió al lugar en un objeto de culto para los fans durante décadas.
¿Quién ha sido dueño y qué ha pasado con la propiedad?
Después del rodaje, la familia Abendshien vivió en la casa durante más de 20 años, soportando desde un principio la atención de numerosos admiradores que llegaban cada temporada navideña para fotografiar el lugar. Finalmente, la vendieron en 2012 a Tim y Trisha Johnson.
Ese matrimonio renovó y amplió la propiedad en 2018, agregándole modernos espacios como una cancha deportiva interior y un gimnasio, aunque algunos fanáticos consideraron que estos cambios le restaron parte del encanto navideño original que muchos recordaban.
En enero de 2025, la casa volvió a cambiar de manos tras estar en venta desde mayo de 2024 por $5.25 millones de dólares, cerrándose finalmente la compraventa en $5.5 millones, un precio notable para una casa de película.
¿Se puede visitar hoy en día la casa de Mi pobre angelito?
Aunque la casa sigue siendo una residencia privada, los fanáticos aún pueden verla desde el exterior. No está abierta al público como atracción turística formal, por lo que cualquier visita debe respetar la privacidad de los dueños actuales.
En el pasado incluso hubo promociones especiales, por ejemplo, en 2021 una oferta en Airbnb permitió que algunos afortunados pasaran una noche allí ambientada como en la película, aunque fue un evento limitado y no permanente.
APP