La película Dejar el mundo atrás es una adaptación del libro del escritor estadunidense Rumaan Alam, que fue todo un éxito en 2020: fue best seller de The New York Times y uno de los libros más destacados de la librería Barnes & Noble. Es una historia que ha logrado resaltar y establecerse como una de las más cautivantes.
La versión cinematográfica está escrita y dirigida por Sam Esmail (Sr. Robot y Homecoming), quien vuelve a colaborar con Julia Roberts, que comparte créditos con Ethan Hawke, Mahershala Ali, Charlie Evans y Farrah Mackenzie.
La cinta que ya está en Netflix, narra la historia de una familia que sale de vacaciones para alejarse de la ciudad y pasar momentos lejos del ruido y la sociedad. Con la intención de tener un espacio de tranquilidad y diversión alquilan una casa, pero una noche aparecen dos extraños buscando refugio pues ha habido un apagón masivo y no hay señal de internet o celular por ningún lado.
Tanto en el libro como en la cinta, la narrativa habla de la ansiedad a la desconexión, un cuestionamiento sobre la falta de aplicaciones, plataformas, redes sociales y hasta de las noticias; un poderoso mensaje que trae consigo el apocalipsis tecnológico, en el cual la incertidumbre y el silencio es más ruidoso de lo que se cree.
MILENIO platicó con el creador de la cinta sobre las consecuencias que ha traído la tecnología, estar conectados todo el tiempo y cómo sería caótico un mundo en total desconexión.
“Parte de la vida que ahora vivimos tiene que ver con la constante conexión con el celular, tablets, computadoras; es parte de este mundo. Hay veces que no podemos imaginarnos sin estar comunicados. ¿Cuántas veces miramos el celular sin tener alguna notificación, solo por el hecho de seguir con ese contacto?; usamos el GPS aunque sabemos y conocemos bien el camino. No tenemos ese espacio para pensar hacia dónde vamos, es como si todo fuera automático, eso nos pasa a todos”, mencionó Rumaan Alam.
Sobre su perspectiva entre la comunicación, la digitalización y las relaciones entre los seres humanos dijo que es algo que debería ser más fácil de entender; sin embargo, lo que sucede en esta época se ha vuelto un bombardeo constante de información, prácticamente existe una esclavitud a internet, y nos alejamos más de la convivencia humana.
“Es interesante cuestionarnos sobre la tecnología, ni siquiera sé si pensamos en ello a profundidad; es como cuando veíamos una película en los 50 y todos fumaban: en un hospital hasta el doctor fumaba. Si lo vemos desde la perspectiva de 2023 se ve raro. En cambio, alguien de aquella época se sorprende de ver a un bebé jugando con un iPad y electrónicos. Por eso hay que pensar más en ello”, comentó el escritor.
“Aceptamos la fantasía colectiva para ayudarnos a seguir ignorando lo terrible que somos como personas”, es una de las frases que el personaje de Roberts acentúa en plena crisis, y una de las claves básicas de esta película que nos ayudan a preguntarnos cómo es que mucha gente se preocupa por no comer animales, y al mismo tiempo existe una lucha interna contra el ego y pasar por encima del otro, creando guerras en el mundo.
La cinta ya está en la pantalla de Netflix.