Para Danny DeVito no es problema mostrar esa simpatía que proyecta en algunos de sus papeles porque es algo que también recibe del público. A sus fans, a quienes pagan una entrada por ir al cine, les dedicó el Premio Donostia del Festival de San Sebastián.
Con el auditorio del Kursaal lleno y un aplauso largo y caluroso, el actor, director y productor estadunidense, que mide 147 centímetros, recogió el galardón de manos de otro hombre bajito, el realizador español J.A. Bayona.
El autor de The Impossible dijo que era “un honor” entregar este premio a DeVito por ser “uno de los mayores hombres de cine” en todas sus facetas y, ya en broma, por ser la primera vez que lo hace con alguien de su estatura.
Bayona se inclinó, hasta ponerse a su altura, para entregar el galardón a este cineasta de “trayectoria increíble”, que se lo dedicó a todos sus fans, y a quienes “reúnen algo de dinero” para poder ver películas en pantalla grande, como les gusta a los profesionales de este mundo.
De Vito aceptó “de inmediato” el Premio Donostia cuando se lo propusieron hace varios meses, según aseguró en rueda de prensa.
Se sintió “emocionadísimo” por la distinción del certamen, al que acude por primera vez y que ha proyectado para él un video con extractos de muchas de sus películas, desde aquella One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975), en la que aparece muy joven y que supuso su debut en un gran papel.
El actor, quien presta su voz a uno de los personajes de la cinta Pie pequeño, que se presentó en el festival, recordó su primera visita a España, cuando tenía 22 años y su hermana, 16 años mayor que él, le puso al cuidado de su sobrino, que estudiaba guitarra clásica, para que acudiera a una clase magistral de Andrés Segovia en Santiago de Compostela.
Allí pasaron varios días en un hotel comiendo “pescado” y sin apenas ver un alma hasta que, intrigado, preguntó en recepción y supo que la clase magistral de Andrés Segovia se había celebrado por esas fechas pero el año anterior.
La escapada fue, en cualquier caso, “una buena experiencia”. Les sirvió para volver a su país con una guitarra Ramírez comprada en España, después de haber viajado también por Francia e Italia.
DeVito fue reconocido por una trayectoria de casi medio siglo en distintas facetas de la industria del cine y también en el teatro.
Ha trabajado con numerosos y prestigiosos directores, como Milos Forman, Francis Ford Coppola y Brian de Palma, y hay otros muchos con los que le gustaría hacerlo, pero no ha dado nombres.
“Hay tantos con los que me gustaría... Acabo de hacer Dumbo con Tim Burton, veremos con quién trabajo la próxima vez. Vivo las cosas momento a momento”.
El director de Matilda (1996) y The War of the Roses (1989) afirmó que le cuesta decir cuál de sus facetas profesionales le atrae más, porque disfruta con todas, aunque admite que ponerse delante de la cámara lo vuelve “loco”.
Y le preocupa el calentamiento global, al que su país ha dado “la espalda”. “No estamos en una buena situación y esperemos poder cambiarlo en nuestras próximas elecciones”, afirmó.
Distingue San Sebastián la buena estrella de Danny DeVito
El artista fue reconocido con el premio Donostia por su trayectoria de más de cuatro décadas; asegura que no sabe cuál faceta (actor, director o productor) le agrada más.
San Sebastián /
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