Es más emocionante competir que ser presidente del jurado: Alejandro González Iñárritu

Entrevista

El director mexicano encabeza en Cannes al comité que seleccionará los filmes ganadores en la 72 edición de este festival de la riviera francesa, que culmina el 25 de mayo.

Más que ganar premios, prefiere que sus películas perduren. (David del Río)
David del Río
Cannes /

Hace tres años, siendo jurado en Cannes, Diego Luna confesó que ser jurado en el festival había sido un “regalo”, el mejor estatus posible. No piensa completamente igual Alejandro González Iñárritu, el primer mexicano en presidir el jurado en los 72 años de historia del festival más importante del mundo.

En una entrevista con MILENIO en una suite del lujoso Hotel Carlton del Paseo marítimo de la Croisette de Cannes, en el que el festival aloja a sus presidentes, el cineasta que hace 19 años se instaló en el balneario en un modesto “hotelito” para ganar su primer gran premio con Amores perros, afirmó que le atrae más la “emoción” de estar en competencia. Pero considera que su nombramiento es un “honor” y que muestra la mejora del reconocimiento mundial a los cineastas mexicanos.

Hace casi 20 años usted ganó aquí su primer gran premio. Hoy es presidente del jurado y un cineasta reconocido mundialmente, ¿ha ido todo muy rápido?

Sí, es muy impresionante. La vida es una experiencia bastante frágil y voladora, y evidentemente me parece que fue ayer y al mismo tiempo que fueron cien años cuando estábamos aquí. Es esa cuestión de la relatividad del tiempo y del espacio. Es extraño la forma en que pasa el tiempo.

Ayer me dije que cómo iba a pensar yo que iba a presidir un jurado como éste. Recuerdo con mucha emoción de alguna forma el camino tan difícil que ha sido con mucho orgullo. El camino ha sido rapidísimo, emocionante. Espero que no acabe aquí, que sea parte de lo que sigue, y a lo mejor que llegue aquí a presentar una película y que esté otra vez del otro lado.

Es mejor estar del otro lado que estar de jurado, es más emocionante. Pero bueno, ahora estoy emocionado, aunque siempre es aterrador tener esta responsabilidad de elegir a la Palma de Oro que no va a satisfacer nunca a todos, pero haremos lo posible, todos los grandes cineastas que me rodean y yo.

Usted ya ganó el Oscar, va a entregar la Palma de Oro de Cannes, pero paradójicamente no la ha ganado, ¿es su asignatura pendiente?

Eso no lo decide nadie. Eso no está en mi control ni en la decisión de nadie. Uno hace lo que puede. No lo hace por los premios. Los premios son como regalos que te llegan y cuando no los quieres es cuando llegan y cuando los quieres nunca llegan. No hay que olvidar que la Palma es un premio que te dan nueve personas y hay muchas películas que ganaron la Palma y no valen nada ahora. Y hay películas que no ganaron la Palma y son joyas, obras maestras. Solo el tiempo es el que le va a hacer justicia a una película. No tengo gran preocupación sobre eso. Con que una de mis películas sobreviva un poquito, me parece bellísimo, más que suficiente.

¿Volverá algún día a México a rodar una película como ha hecho Cuarón con Roma?

Sí, sí, sí. Llevo trabajando en una película muchos años, pero es difícil porque es difícil encontrar el código de lenguaje y la forma en la que quiero contarla. Pero creo que ya lo hice y estoy muy divertido y muy emocionado por regresar. Pero no sé cuándo va a estar lista. Estoy muy contento. Tengo un par de proyectos, uno de ellos es ese.

Este año el festival de Cannes no exhibirá de nuevo películas producidas por Netflix; ¿son irreconciliables Cannes y Netflix?

Es un error y una salida fácil culpar a Netflix. El cine es muy rico en sus formas de expresión y hay una gran diversidad y cada vez más producción. Netflix es como si nos llevara “postales” a nuestras casas. Es mejor eso que nada. Pero la experiencia que nos aporta el cine es incomparable.

¿Cómo enriquece al cine mexicano que usted sea presidente del jurado en Cannes?

Afortunadamente en 20 años mis colegas y yo hemos podido erosionar las barreras que se habían formado con los cineastas latinoamericanos durante años. Antes nos trataban como “parias”.

Y vaya, poder tener ahora el honor de presidir o de representar a un jurado, porque me parece hasta “molesto” la palabra de “presidente”, yo no soy presidente de nada, pero representar a un jurado como éste me parece parte de la evolución que muchos cineastas latinoamericanos hemos iniciado, que ahora tenemos el privilegio de poder mostrar nuestro trabajo en el mundo entero y de ser considerados parte de una comunidad global y no solo ser considerados parte de un territorio.

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