Woody Allen inaugura el Festival de Cine de San Sebastián con 'Rifkin's Festival'

La película 'Rifkin's Festival' de Woody Allen fue la encargada de inaugurar el Festival de San Sebastián en España.

A través de una videollamada, Woody Allen presentó su película (Twitter/Instagram).
Ciudad de México /

A pesar de la pandemia, algunos festivales de cine decidieron realizarse con las medidas sanitarias necesarias para evitar contagios de covid-19. Y hoy la 68 edición del Festival de Cine de San Sebastián comenzó con la proyección de Rifkin's Festival de Woody Allen, la cual es un homenaje del director al viejo cine europeo que ama y que, según ha dicho en una rueda de prensa, no tiene por qué ser algo del pasado.

A través de una videollamada, Woody Allen presentó su película y dio una conferencia de prensa en el primer día de actividades del Festival de Cine de San Sebastián, en el que algunos de los protagonistas de la producción asistieron.

"Bergman, Truffau, Fellini. Es posible tener cineastas autores en el futuro, no veo la razón por la que no pueda haberlos. Aquellos fueron una gran influencia y siguen siendo clásicos, igual que las obras de literatura", ha señalado el director vía satélite desde Nueva York, conectado al Palacio del Kursaal, sede del certamen, a través de una pantalla de plasma.
"Pero estoy seguro que habrá artistas iguales a esos maestros del pasado (...), hoy hay cineastas muy buenos que hacen películas muy serias, que suelen funcionar menos bien que el cine comercial; desgraciadamente, ha considerado el director de Annie Hall, vivimos una época en la que el cine comercial gana miles de millones; eso antes no pasaba", dijo.

A las salas, ha señalado, "no les sale rentable mostrar filmes de bajo presupuesto y ganan más con esas otras; siempre es así, pero los que son artistas surgirán y aparecerán, aunque sea con una llama más baja, pero también será más duradera. La cosmética ha cambiado, pero el principio sigue siendo el mismo, ha resumido el creador.

Allen disparaba así desde la primera respuesta: "Mi festival ideal sería uno que tuviera películas sin mucha promoción a nivel comercial y que pudiera ver mucha gente; cintas curiosas, sin tirón comercial, no las típicas, y que las pudieran ver los críticos y difundirlas por el mundo".

La sala de prensa del Kursaal se estrenaba en esta difícil edición del Festival con menos de la mitad de los periodistas que suelen acudir a sus encuentros internacionales; así, con apenas ochenta representantes de medios de comunicación de todo el mundo -muchos se quedaron fuera-, Allen en una pantalla y el actor protagonista, Wallace Shawn, en otra, fueron recibidos con una ovación.

Enseguida ha lamentado -"nos ha roto el corazón", ha dicho- no poder asistir en persona al Festival y pasar "al menos, un par de noches" en la hermosa ciudad que le ha acogido, a él y a su familia.

"Disfrutamos cada minuto, mi mujer lo pasó muy bien haciendo trekking, nos encanta la gente, la comida. Pero esta horrible pandemia nos lo ha estropeado todo", ha comentado.

Esta es la segunda vez que Allen inaugura el Zinemaldia, tras la apertura en 2004 con Melinda and Melinda, cuando el Festival le entregó el Premio Donostia y le dedicó una retrospectiva a su obra, pero hoy su presencia, aunque sea virtual, tiene un significado especial:

"Había rodado en Barcelona, en Oviedo, en Avilés y fue maravilloso. Me pregunté dónde podía rodar que no hubiera estado antes y me acordé de la hermosa y encantadora ciudad, recordé el festival y pensé hacer un guion con esa base".

Pero el Zinemaldia se ha rendido muchas otras veces al genio inapelable del cine que es el cineasta neoyorquino; desde 1979, Allen ha mostrado al público donostiarra sus mejores obras: Manhattan, Zelig o Manhattan Murder Mystery, igual que ahora, fuera de competición, y también en secciones paralelas.

En Rifkin's Festival se repite no menos de una decena de veces en las voces de varios de sus protagonistas lo bonita que es esta ciudad, entre ellos, los españoles Elena Anaya y Sergi López -destacables trabajos de ambos-, además del francés Louis Garrel, Gina Gershon y Christoph Waltz.

Tras el revuelo que causó el rodaje el pasado verano en San Sebastián y otras localidades de Gipuzkoa, la cinta es un publirreportaje hecho desde el corazón de alguien que conoce bien la tierra que pisa. De las vistas panorámicas de la bahía de la Concha desde un famoso restaurante, a sus rincones más chic o espectaculares y, en casos, desde ángulos poco conocidos.

Toda la cinta es un flashback que narra la historia de un matrimonio estadounidense que acude al Festival de San Sebastián a causa del trabajo de ella, más joven y activa que él, y cómo sus vidas dan un vuelco no solo a nivel personal y afectivo, sino por el embrujo que causa en ambos el encanto de un certamen donde aún es real la fantasía del mundo del cine.

Tras elogiar al cine español de los últimos años, y a Pedro Almodóvar, que ha inspirado a la industria mundial, el veterano cineasta ha considerado que España está llena de actores fabulosos, y es uno de los países de mayor contribución al cine europeo.

Se trata de la cuarta cinta que produce la española Mediapro, que ya estuvo detrás de Midnight in Paris, Conocerás al hombre de tus sueños y Vicky Cristina Barcelona, cintas que le valieron dos Oscar entre otros reconocimientos.

Su presidente, Jaume Roures, que también participó en la rueda de prensa, desveló que Allen siempre quiso hacer esta película en San Sebastián y, aunque no comparte el tema de las postales -en referencia a la promoción de las ciudades donde rueda el cineasta- sí afirmó que era fundamental para darle su encuadre del cine de toda una generación que necesitaba.

La cinta de Woody Allen llegará a las salas el 2 de octubre.


PJG

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