Selva Trágica, la película de Yulene Olaizola que narra la historia de un puñado de trabajadores del chicle que encuentra a Agnes, una joven beliceña que despierta sus fantasías y deseos, es una de las cintas que compiten por el Premio Mezcal de la edición 35.2 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) que hoy llega a su fin.
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Se trata de una coproducción México, Francia, Colombia con un elenco integrado por actores y no actores profesionales beliceños, mexicanos y estadunidenses entre los que destacan: Indira Andrewin, Gilberto Barraraza, Mariano Tun Xool, Lázaro Gabino Rodríguez y Eligio Meléndez.
La película inició su ciclo de festivales en Venecia y las exhibiciones que tuvo en el FICG fueron las primeras que se realizan en México. De acuerdo con Olaizola integrar el casting fue uno de los aspectos más complicados de la producción. “Es numeroso y me llevó casi año y medio. Al final conjuntamos un puñado de actores no profesionales del Sur de Quintana Roo que viven en comunidades bastantes pequeñas, rurales, gente que realmente sabe explotar el chicle que conoce el oficio de treparse a los árboles, usar un machete de manera real, otro grupo de actores no profesionales de Belice, procedentes de poblados rurales y otro de actores profesionales. En el grupo hay pues quienes hablan maya que es su lengua materna, otros en español, otros en inglés y creol”.
La directora comentó que todas sus películas anteriores como el documental Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo y su primer largometraje de ficción Paraísos Artificiales han surgido del interés de retratar una determinada región. En este caso fue la frontera entre México y Belice. “Sabemos muy poco de nuestro país vecino, lo conocen sólo quienes viven cerca. Considero que el resto de los mexicanos desconocemos que se habla inglés, que existe una comunidad maya que habita ahí y desconocemos los lazos que nos han unido desde hace muchos años. Encontré que en la zona, durante los primeros cincuenta años del siglo XX se desarrolló una industria del chicle que hacía que la gente cruzara la frontera de manera cotidiana. También se sabe que siempre ha habido grupos que contrabandean con diversas mercancías entre los dos países”.
Olaizola dijo que desde que conoció la frontera sintió el deseo de retratar esa atmósfera y que así fue como se gestó Selva Trágica. “La forma en como la hicimos no ha cambiado mucho respecto a mis otras películas, tal vez la diferencia fue un número mayor de personajes, que hay algunas escenas donde hay balazos, pero disfruté mucho el rodaje, continuamos haciendo cine, de manera muy artesanal, yo diría, todo lo resuelvo yo de primera mano, y el equipo logró conectarse de manera muy especial”.
La cineasta comentó que debido a la pandemia, por el momento se encuentra concentrada sólo en la promoción de la cinta que aún rodará por diversos festivales y que su exposición en salas comerciales no se hará pronto.
SRN