La opresión de las comunidades indígenas ante la guerra contra el narcotráfico está presente en Sanctorum, la tercera película que se proyecta como parte de la competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
La película dirigida por Joshua Gil invita al público a conocer la vida de niño que perdió a su madre, su abuela le dice que la única forma para que ella regrese con vida es pidiendo a las fuerzas de la naturaleza un milagro.
“La hipótesis del proyecto tiene que ver con la criminalización, se tiene que buscar la forma de sobrevivir y probablemente sembrando cualquier otro producto que no sea maíz, se encuentre una salida”, dijo.
“Sí hay niños y mujeres trabajando en el campo mexicano, sobreviviendo, no enriqueciéndose, en la siembra de la mariguana y la amapola, de ahí nace la idea de la película”, agregó el cineasta sobre su historia.
La película cuenta con la participación de no actores, por decisión del director para dotar de realismo a la trama, “la gente con la que filmamos tiene este oficio, pero no son personas malas, no tratamos con ningún cártel”, dijo.
“Estuvimos en contacto únicamente con familias organizadas y eso le dio un espíritu único a la película. No hubo más que buscar un lugar seguro para filmar, nos han preguntado si hubo riesgo, no del todo, pero sí hubo que negociar ciertas cosas”, agregó Gil.
A la conferencia de prensa asistieron Nereida Vásquez y Erwin Pérez, quienes forman parte del elenco central de Sanctorum, “estamos muy consientes de la lucha de nuestros ancestros, con la película hay oportunidad de visibilizar nuestros problemas”, dijo Nereida.
Antes de su arribo al FICM, donde compite por el premio al Mejor Largometraje Mexicano, Sanctorum se proyectó en el cierre del Festival de Cine de Venecia, donde “tuvimos muy buenos comentarios, siempre la primera proyección es especial”, dijo Joshua.
lar