Dirigir la secuela de un clásico implica una serie de retos para cualquier cineasta, muchos más de los que se piensan si se trata de una franquicia familiar, la expectativa crece. Este fue el caso de Jason Reitman, quien —luego de años de negarse a esta idea— aceptó dar continuidad al legado de Ghostbusters con una entrega a la cual le imprimió un halo de nostalgia con referencias a la original y la inclusión de una nueva generación de cazafantasmas.
Ghostbusters: el legado es una secuela con la cual Jason honra a quienes formaron parte de las primeras dos películas de los ochenta dirigidas por su padre, Ivan Reitman: “Esa fue siempre la idea, esta es una película que hice en honor a mi padre, la hicimos juntos en honor a Harold Ramis (el actor fallecido hace siete años), él era uno de los escritores originales y el responsable de interpretar al cazafantasmas Egon Spengler”, dijo a M2 Reitman.
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“Los Cazafantasmas han formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón, a los 7 años recorría el set de la película original y siempre pensé en lo que sería ser uno de ellos. Quiero que esta película nos recuerde todo lo que amamos de los cazafantasmas originales, la música, los efectos de sonido, los fantasmas y, al mismo tiempo, que sea una aventura completamente nueva, con personajes nuevos y lugares especiales”, agregó.
La secuela es una carta de amor a su original, pero llegar a este punto no fue sencillo. Jason desarrolló el guion en secreto para mantener a salvo los detalles más íntimos de la nueva trama y, aunque la historia está ubicada en la actualidad, encontró la forma de plasmar en pantalla una serie de referencias a Los Cazafantasmas de 1984.
“Nunca habríamos hecho esta película sin Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts y Sigourney Weaver, no sería una película de cazafantasmas sin ellos. Fue como ver a los Beatles juntos de nuevo, fue un momento mágico y nunca pensé que experimentaría esto en mi vida, no me veía haciendo películas de palomitas y mucho menos una película de mi padre, pero la historia encontró el camino hacia mí y no creo que sea un accidente”, explicó.
Ghostbusters: el legado sigue a los descendientes de Egon Spengler, su hija y sus nietos se mudan a una vieja granja que les dejó en Oklahoma, donde descubren su conexión directa con los Cazafantasmas. La idea de contar lo que ocurre con la familia de este científico surgió tras la muerte de Harold Ramis y terminó por cobrar forma con la visión que Reitman tuvo, años atrás, de una niña jugando con el paquete de protones. Era la nueva Cazafantasmas.
“Cuando Harold Ramis falleció me di cuenta que ella podría ser su nieta y ese fue el momento en el que supe que debía contar su historia. Ghostbusters siempre ha tratado sobre outsiders que se convierten en héroes al cazar fantasmas; la película es sobre creer, sobre inteligencia y ciencia y eso es todo lo que quiero para mi hija”, dijo.
El catálogo de Jason como director incluye decenas de dramas independientes, algunos de ellos ganadores del Oscar como Juno, otros más reconocidos por la crítica como Up in the Air, pero siempre hay una constante: mujeres que atraviesan por momentos difíciles en sus vidas. Al cineasta le resulta importante dar cabida en la pantalla a esas voces femeninas en las que su hija encuentre inspiración y por ello una niña es la protagonista de Ghostbusters.
“Las historias con voz de mujeres son importantes para mí, desde Juno hasta Young adult, Tully, Labor day e incluso Up in the Air. Comencé mi carrera haciendo películas independientes de Sundance y desde entonces me apasiona hacer películas sobre mujeres, películas que le gusten a mi hija, ella tiene la misma edad que la protagonista de Ghostbusters y quería hacer una película que le permitiera sentirse como una Cazafantasmas”, dijo.
“Nunca ha sido más importante que las mujeres jóvenes se conviertan en lo que quieren ser. Cuando comencé la película me di cuenta que quería mostrar a una heroína para mi hija, una película acerca de una joven que fuera una científica muy inteligente, que fuera una heroína, porque no todos nacemos con la apariencia de un superhéroe como los conocemos, pero todos podemos ser un Cazafantasmas, es importante contar esas historias”, agregó Reitman.
Trabajó con su progenitor en el set
Para realizar esta nueva entrega, Jason trabajó mano a mano con su padre, Ivan Reitman, quien se convirtió en productor de la secuela y lo acompañó en el set durante todo el rodaje. Esto ayudó a Jason a tener otra visión de la historia, pero al mismo tiempo fue desafiante, “imagina tener a tu papá en tu trabajo viendo como tomas decisiones, al final el resultado fue hermoso y hubo muchas lágrimas”, recordó sobre su trabajo juntos.
yhc