Gracias a cintas como Brazil o 12 monos, cuyo lenguaje visual es tan libre y propositivo, Terry Gilliam se ha convertido en el ejemplo perfecto de autor cinematográfico. En torno a su filmografía se han realizado todo tipo de análisis con las más descabelladas teorías. Para el realizador, uno de los invitados estelares de la séptima entrega del Festival de cine de Los Cabos, las cosas son mucho más sencillas de lo que parecen.
“Quiero que la gente se deje llevar por mis películas. Y si les surgen nuevos pensamientos, eso es algo bueno. No quiero que intelectualicen las cosas que hago, han sido muchos años en los que han intentado intelectualizarlas, algunas personas no pueden ver la estructura y es simplemente una estructura de tres actos, y es mejor cuando no hay ideas y simplemente te relajas y disfrutas el viaje”, dijo el realizador en un encuentro con la prensa tras recibir un reconocimiento por su trayectoria.
Con una actitud relajada, una sonrisa que se sostenía en cada pregunta y el entusiasmo de presentar un proyecto en el que invirtió casi 30 años de su vida, el realizador se dijo consciente del fanatismo alrededor de su trabajo, y si bien se ha dado tiempo para leer lo que sus seguidores piensan sobre su obra, asegura que sus ideas de origen son más claras.
“Sé que mis cintas tienen muchas ideas, pero no son tan complicadas. Es cierto que a veces trato de decir cosas interesantes pero al mismo tiempo cosas que sean entretenidas. A la gente le gusta hacer análisis de mis películas y cuando las leo, a pesar de que son muy interesantes, nada tienen que ver con lo que estábamos haciendo.
“La gente inventa sus propias tesis cuando escribe de mis películas. Por ejemplo, cuando hice 12 monos, leí el texto de una señora que aseguraba que la cinta era completamente religiosa, que el personaje de Bruce Willis era Jesús por las iniciales de su nombre (JC, Jesus Christ), que los 12 monos eran los 12 apóstoles, era una versión muy intelectual de la cinta que tiene sentido, pero no es lo que yo hice”, comentó Gilliam teniendo el mar de Los Cabos de fondo y una apretada agenda por delante.
La cinta The Man Who Killed Don Quixote (El hombre que mató a Don Quijote) será estrenada en México el 14 de diciembre, según el realizador. Un proyecto en el que ha invertido energía a lo largo de casi 30 años. Una versión de El Quijote de Miguel de Cervantes con el sello que distingue al director. Comedia mezclada con acción teniendo a Adam Driver como Sancho Panza. Una premisa que incluso fue motivo de un documental enfocado a los fallidos intentos del realizador de presentar un producto final.
“La gente ha esperado ver esta cinta por 25 años y esa es una presión terrible, porque la idea de cómo la gente imaginaba la cinta quizá era mucho mejor que la que yo tenía. Durante las primeras semanas de rodaje sentí que iba a desilusionar a mucha gente y esa no es una buena manera de trabajar, intente volverme más positivo y eso pasó; con el paso del rodaje simplemente ponía la cámara y comenzaba a filmar, dejaba de pensar”, explicó el director.
“Quizá me mantuve firme a concluir el proyecto por porque la gente me dijo que me detuviera y que fuera razonable, no me gusta que la gente me diga qué tengo que hacer. Es como cuando la gente decide escalar el Everest ¿por qué lo hace? Porque está ahí. Estaba determinando a hacer algo mejor que Orson Welles, ya que Orson no puedo terminar nunca su película yo sí pude hacerlo ¡Toma eso Orson!”, dijo Gilliam soltando una carcajada que contagió a todos los presentes a su alrededor.
CLAVES
AFICIÓN
Sobre el trabajo en equipo: “Trabajo con gente que de entrada es muy talentosa y después que tengan un gran sentido del humor”.
CARÁCTER
Sobre ver cintas en los celulares: “Cuando veo que alguien ve mis películas en sus iPhones, quisiera rompérselos”.
Gocen, “no intelectualicen” las películas que hago: Terry Gilliam
El director, que después de 30 años estrena The Man Who Killed Don Quixote, dice que sus cintas son más sencillas de lo que el público cree.
Los Cabos, enviado /
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