"Pinocho quedó super bien. Lo que se hizo en Guadalajara será una cosa espléndida de mostrarle al mundo", con esas palabras Guillermo del Toro finaliza la charla virtual que en días pasados el director sostuvo con Estrella Araiza, directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), que se pregrabó y este viernes se transmitió hace algunas horas en la sala que lleva el nombre del destacado director jalisciense en la Cineteca FICG.
Entre lo más novedoso de la conversación Araiza develó que trabajó como supervisora de producción en un aparte del proceso creativo de Pinocho y que a partir del lunes se reactiva la convocatoria para la beca Jenkins -Del Toro.
Con la muestra de algunas pocas fotografías de los títeres que el propio Del Toro dió a conocer hace algunos días durante la charla Del toro mencionó que la animación fue su primer amor
A partir de ahí Del Toro hizo un repaso de los inicios de la animación y explicó en cuál de las corrientes de la animación podemos situar el trabajo que se hizo en Pinocho. En un tono de marcado acento pedagógico Del Toro recordó que la animación "es una de las primeras técnicas que se crean cuando nace el cine y rindió un fruto muy profundo. Cuando viene King Kong, creo que es en 1933 cuando sale sale King Kong ya es un personaje completamente complejo de emociones, de acciones. King Kong es el momento cuando esta técnica viene a participar para contar historias de mayor tamaño, de mayor visión, etcétera, etcétera.
Y luego podemos dar un brinco a Ray Harryhausen es uno de los grandes pioneros de esta técnica en películas de fantasía de gran vuelo, que admiré yo muchísimo, que tuve la fortuna de conocerlo en persona, de verlo varias veces, de hablar con él. De ahí viene una ramificación del Stopmotion, vienen animadores nuevos como David Allen, viene también una vertiente curiosa que es mi codirector Mark Gustafson ha participado la vertiente de Claymation que se dedicó a la animación de plastilina. Eso fue uno de los elementos que me atrajeron mucho a codirigir con él".
Del Toro mencionó que "la técnica es muy sencilla de explicar, muy difícil de concebir, lo increíblemente difícil que es, es decir en un movimiento complejo humano tenemos varios lectores: una mano, la otra, los hombros, aterrizo, tengo que vender gravedad, peso, y a nivel secundario, personalidad, todo eso se hace en Stopmotion cuadro por cuadro. Veinticuatro cuadros proyectados te dan un segundo de película. Y para crear personalidad, para crear pensamiento, para animar, que quiere decir darles alma, ánima, a estos títeres, son sumamente complejos mecánicamente, sus cabezas son robos en la lejanía que ajustas con un pequeño destornillador, pinzas y el animador es como un espía de otro planeta que está mirando cada movimiento, cada accidente que tiene que recrear en la animación. Es una técnica complicadisísima y en un momento como este, que es económicamente viable usar la animación digital que atrae mucho a los públicos jóvenes, el stopmotion es una técnica difícil, tardada, no fácil de producir, muy compleja, por ejemplo, estamos filmando con veintitantos animadores en sesenta y tantos sets al mismo tiempo, es muy muy complicada y queremos mantenerla viva". Es por eso que Del Toro afirma que para él el stopmotion "es la forma más absolutamente completa en cine y de la animación, en general".
Luego continuó: "Porque no estás capturando, estás recreando, estás pintando una realidad que jamás existió. Cuando alguien exhala, cuando alguien les mueve el pelo, no hay pulmones es una máquina, el pelo lo mueves tú, no hay viento, es hermosísimo".
Vincular a las generaciones de animadores
Para Guillermo del Toro realizar Pinocho es materializar el vínculo entre las diversas generaciones de animadores tapatíos.
"Lo más bonito es recoger la estafeta del vínculo entre Rigo Mora y yo y los nuevos animadores, de Guadalajara... Ya son dos generaciones. Guadalajara tiene el mejor talento en Latinoamérica la animación es un semillero de ideas importante para México. De los siete animadores que nos preceden a Rigo Mora y a mi, les conozco a nivel personal. Algunos de ellos trabajaron en la película y creo que tienen esta noción de la animación a un nivel plástico de pintor, escultor, poeta. La manejan tan íntimamente sin pensar en grandes estudios, en comercialización, son poetas o cantantes. Son autores totales, esto es hermosísimo. Esto lo ves en Europa del este. En Guadalajara hay un elemento poético, trágico, hermoso, plástico que me parece fundamental y justamente tienen la paciencia para hacerlo", explicó.
Reconoció que en ese aspecto Rigo Mora tenía más paciencia que él.
Similitudes entre Polonia y Guadalajara
Guillermo del Toro mencionó que "la animación polaca tiene el mismo aliento poético, plástico de la animación de Guadalajara, para mí, por ejemplo. También la tratan como un fenómeno pictórico, poético, no quieren hacer películas para los grandes estudios en California, no quieren tener una carrera millonaria, quieren hacer arte y en Guadalajara también, eso es importantísimo para mí. Cuando hablamos de Europa del este y de animación polaca estamos hablando en todo sentido de animación checa, polaca, animación por alfileres por los rusos. Todo el bloque del este de Europa tiene una relación potentísima ".
Comentó que desde que terminó de filmar La forma del agua se planteó el propósito de arrancar un taller de animación en forma en Guadalajara para que se pudieran hacer aquí animaciones externas y locales. Un lugar con buenas luces, instalaciones y equipo adecuado. Dijo que fue difícil hacerlo, capacitar a personas y el propósito era también estimular la creación de Pinocho con tapatíos, traer tecnología que no existía en Guadalajara era importante que los títeres principales y la secuencia de los conejos negros se filmara en Guadalajara. Todo eso para que el género de la animación progrese de manera profunda.
"Por eso es que se buscó la vinculación del Taller del Chucho con Mackinnon & Saunders en la creación de títeres en Inglaterra, la manipulación del Taller del Chucho con la producción en Portland, la vinculación con Netflix. Entre más basculeemos lo que hacemos en Guadalajara, más se va a preservar", dijo y agregó que desde hace 15 años se había planteado hacer animación, y que desde entonces se ha dado una curva en la que trabajó Trollhunters, apoyó la creación de El árbol de la vida de Jorge Ramírez, y que ahora con el Taller de Chucho es arrancarlo y soltarlo "que quienes quieran producir lo lleven. Destacó que lo más difícil fue arrancarlo con una producción tapatía y ya lo logró.
Por otro lado mencionó que pensó en hacer su versión de Pinocho porque al igual que Drácula , Frankenstein, Sherlock Holmes o Tarzan, “son personajes de la literatura que incluso la gente que menos lee está familiarizado con los principios de ese personaje, son personajes que aceptan todo tipo de adaptaciones son personajes del futuro, del pasado de la ciencia ficción, de la política y el permiten disertaciones sobre la verdad o la mentira, pueden ser una metáfora del capitalismo, un elemento crítico social... admiten nuevas versiones de acuerdo a quien quiera cantar esa canción".
Agregó que lo importante es que al terminar Pinocho pensaba en "sí me conmueve, si me hace reír, llorar si lo entiendo. Es una historia que habla de la vida, de la muerte, del amor, de la Italia de Mussolini, que cuestiona qué es mejor ser un humano y comportarse como un títere o ser un títere y comportarse como humano".
Mencionó que a diferencia de otras versiones este Pinocho no es obediente y no necesita convertirse en humano para ser mejor, porque creo que para ser quien eres no tienes que traicionar la naturaleza. “Este Pinocho tiene qué ver con El espinazo del diablo, El laberinto del fauno, forma parte importante de mi imaginario", comentó.
Recordó por qué el FICG ha sido valioso para su trayectoria
Dijo que sus recuerdos del FICG se remontan a "la primera vez que lo fundamos un grupo de gente de cine y crítica llevados por Jaime Humberto Hermosillo a creer que el festival podría existir. Un festival que en aquél momento era contestatario, difícil, muy a favor del cine independiente, hacer cine mexicano era un anatema y me acuerdo que el primer año yo fui tesorero, chofer, relacionista, boletero, encargado de llevar a los invitados a las tortas ahogadas pero ya tenemos más de tres décadas y ahí estamos.
Eso siempre trae recuerdos en lo personal en Cronos, tengo el recuerdo que la persona encargada para seleccionar películas para Cannes había dicho que Cronos no iba y gracias al festival, de manera completa y accidental, una persona que tenía una sección importante en Cannes me dijo que le encantaría que viniera mi película, eso me cambió la vida. Cuando ganó Cronos el premio del salón de la crítica creo que eran treinta y tantos años de que no había ganado una película mexicana en Cannes después de Buñuel. Por lo menos los primeros años del festival están muy ligados al destino de mi carrera".
SRN