El callejón de las almas perdidas es una deliciosa pesadilla hecha realidad. No es la primera vez que se lleva a la pantalla la historia que protagoniza Stanton Carslisle (Bradley Cooper), pero esta es una obra con todo el sello de su director, adaptador y productor: el mexicano Guillermo del Toro.
Más allá de la fortuna del carnaval decadente en la que conocemos a Stanton, con la narrativa en la pantalla nos damos cuenta de que esta producción es también un reconocimiento al impactante autor del texto original, William Lindsay Graham, a quien Del Toro fue descubriendo.
Cada detalle de la cinta pide más atención, reta la incredulidad y llama a hacer a un lado lo que sabemos de la vida moderna para adentrarnos a otro tipo de monstruo creado por el maestro de maestros.
La única razón por la que interrumpiría los créditos de tus cintas sería, como ayer, para platicar contigo
Fue muy bonito y me gusta. Si no hubiera covid lo haríamos en persona. Alguien lo dijo ayer: hay mucha herencia de Fernando Méndez, Roberto Gavaldón, de Ripstein y de Buñuel. En la película hay esos aires y creo que es muy bonito poder haber tenido ese evento.
Hablaste de las influencias de México, siendo un género tan estadunidense, como un encuentro de mundos
Así lo viví, porque la verdad es que el acercamiento al carnaval es en alguna medida bastante Buñueleano y bastante mexicano, la posibilidad de permitir que el carnaval tenga oscuridades, tragedias y brutalidades viene de ahí. Y lo que decíamos, Gavaldón en la fusión que hace entre el melodrama y el cine negro; con Fernando Méndez, no es casualidad que yo haya colaborado con la restauración de El Suavecito, que es cine negro mexicano. Es una de las películas que más admiro, justamente, porque llevo toda la vida queriendo hacer cine negro. Algunos de mis cortometrajes lo son. Mi primera película, antes que Cronos, estaba basada en la novela de No habrá final feliz, de Paco Ignacio Taibo II.
Contigo siempre hablamos de monstruos; en este caso, los monstruos somos nosotros
Completamente. Es lo que he dicho toda mi carrera: en mis películas los monstruos son los humanos. Este personaje tiene emparentamiento profundo con el de Eduardo Noriega en El espinazo del diablo, el de Michael Shannon en La forma del agua, el del capitán en El laberinto del Fauno, quien también es brutal. Un tipo que tiene un enfrentamiento con la imagen paterna. En El espinazo del Diablo hay una frase que define a Stanton: “Es un príncipe sin reino, un hombre sin amor”.
Y las mujeres, aunque parecen víctimas, no lo son
No. Mi socia en la escritura, mi esposa Kim Morgan, y yo teníamos muy claro que queríamos que las tres mujeres no solo sobrevivieran a Stanton, sino que lo derrotaran en cierta forma. La primera, que es Zeena (Toni Collette) no se engancha con él. Tienen un affaire muy adulto. La segunda es Molly (Rooney Mara), quien pinta la raya y se va cuando él la cruza, y la tercera es Lilith (Cate Blanchett), que lo planta en un espejo que básicamente le muestra quién es él realmente. Lo destruye. Los diálogos contra él son brutales y lo demuelen.
Muchos usamos la palabra geek, como fan, cuando en realidad tiene que ver con este mundo espeluznante que nos traes a la pantalla.
Sí. Es una palabra muy antigua, que significaba a una persona que estaba enfocada en una cosa muy baja, como comer serpientes, ratas y gallinas vivas frente a un grupo de espectadores. En el carnaval tradicional, el geek era el último escalón en la cosmología. Después fue reformulada para hablar de alguien a quien le interesaba el lado más minúsculo de la cultura, como los cómics o el cine de género. Y terminó en esa acepción que es la más común ahora. En realidad salió de esta novela, la de William Lindsey Gresham, El callejón de las almas perdidas.
Más que preocuparte por la fórmula, te ocupas de la historia, de los colores que nos regresan al origen. ¿Se requiere de la paciencia del público para llevarse todo?
Ese es el pacto que se da o no. Es decir, la película está construida como una rampa, no tiene altos y bajos. Tiene un ritmo muy lento y deliberado que va subiendo y subiendo… la última hora es muy intensa. Se requiere paciencia y precisión narrativa del director, y paciencia y atención narrativa del espectador.
Quieres hacer El callejón de las almas perdidas en blanco y negro, al menos en la Cineteca de Guadalajara y la de Ciudad de México. ¿Ya se armó?
En eso estamos, espero que sea ya en un mes o a lo mucho en un mes y medio.
Una noche antes
El cine IMAX en el que vimos El callejón de las almas perdidas hubiera estado lleno de no ser por las precauciones sanitarias. Y como dijo el mismo Guillermo, él no se lo hubiese perdido de manera presencial de haber sido posible. Prometió más eventos para hablar con él de su trabajo.
Siempre lo hace y es claro que lo goza. Las preguntas eran buenas, de amantes del buen cine, de gente que esperó años para ver esta cinta, la primera que hace del todo después de ganar el Oscar con La forma del agua.
“La siguiente va a ser Pinocho. Y la que sigue va a tener monstruos; no es un cambio de por vida, lo que es bonito es que la única manera de no hacernos viejos es tratar algo nuevo. Como artista, hago cosas que me obligan a renovarme, que me dan miedo o apuro; en cada película que hago, no sé qué es lo nuevo que tendré que aprender”, dijo ante una pregunta.
Y respecto a lo que compartió de su propia vida para traer a la pantalla un realismo oscuro en el carnaval de esta cinta, “los recuerdos que tengo, por ejemplo, la mujer araña del carnaval la saqué literalmente de la que vi en el Parque Agua Azul, cuando era chiquito: entramos y estaba bajo un foco rojo y decía: ‘Ay, de mí, miren mi tragedia. Quedé así por desobedecer a mis padres’. Eso está en la película. La capacidad para encontrar la humanidad en lo extraño es completamente mexicana”.
Y como siempre es garantía con el trabajo de Guillermo del Toro, en esta cinta va a crear algo que cuando lo veamos nos haga sentir que realmente estamos ahí, en lugar del otro lado de un efecto especial, “apostar a una cosa muy arriesgada en la película, sin la seguridad de una pantalla verde, por eso nos lanzamos al exterior con todo lo que implica”, explica.
Gran reparto
El elenco incluye a Bradley Cooper, Toni Collette, Rooney Mara, William Defoe, Ron Pearlman, Cate Blanchett, Mary Steenburgen y Richard Jenkins.
bgpa