Hacer cine es como un doble trabajo: Carlos Carrera

El director de Ana y Bruno, cuyo estreno será en agosto, habla sobre lo complicado que es producir en nuestro país, pero reconoce que existe talento.

La cinta tuvo una preparación de 28 años. (Especial y Clasos)
El cineasta. (Especial y Clasos)
Libertad Ampudia
México /

A dos meses del estreno de Ana y Bruno, el director Carlos Carrera acepta que hacer cine en México es complicado, pues hay poco presupuesto y la competencia es gigante; pero, a través de su experiencia, afirma que siempre se puede salir adelante y, sobre todo, demostrar el talento nacional.

“Cuando empecé a hacer cine claro que tenía problemas, lo único que te queda es conseguir una pareja rica o tener una familia rica, que no era mi caso; hay que trabajar y ver cómo eso que haces y que es tu pasión al final se puede convertir en tu modo de vida”, dijo. Y agrega: “De joven pintaba, entonces vendía mis cuadros al óleo, que el florerito o el paisajito; con eso me compré una cámara, así empecé a hacer películas y de repente la rentaba; sí es como un doble trabajo, una doble jornada, de lo que te gusta y lo que tienes que hacer, pero vale la pena”.

Sentado en la Sala 3 de la Cineteca Nacional, donde ofreció una masterclass sobre su último largometraje, como parte de las actividades del Mercado Internacional de Cine y Audiovisual (MICA), menciona que el mercado de la animación es aún difícil y en nuestro país tiene muchas barreras que romper; pero es lo que le gusta, y en lo que seguirá.

“Hacer cine es complicado en este país y ahorita el mercado está en las series, por eso recientemente he trabajado en ello; pero a la par ya preparo mi próxima película”, indicó.

Tiene la firme idea de que México puede sobresalir a escala internacional por su calidad y buenos contenidos, pero considera que hacen falta guiones y estéticas originales, que no copien a los grandes estudios.

“Necesitamos más historias nuestras, por eso también tenemos que hacer documentales mexicanos o animación, para que haya diversidad en lo que vemos en la sala, no puede ser que todos veamos las mismas películas”, alertó.

Platicó que en un inicio Ana y Bruno tenía un estilo más radical, aunque al final tuvieron que ceder un poco para que el público que ve Pixar y Disney la acepte; ya quiere conocer la respuesta, para ver si en su próximo largometraje puede “romper” más y ofrecer una estética más suya.

Él espera lo mejor, comentó que tuvo a un equipo creativo talentosísimo, que incluso ya no está en México: “Una de las tragedias de nuestro filme es que del equipo original solo quedan unos pocos valientes, todos los demás se fueron a Canadá, Londres, Australia, Tokio, Alemania; al mostrar su labor aquí los aceptaron, espero invitarlos a otro proyecto pronto”.

UNA LARGA HISTORIA

Concluir Ana y Bruno le tomó al director cerca de 28 años, un largo camino de atesorar experiencias personales y aprendizajes profesionales; por ejemplo, cuenta que él ya había hecho animación 2D y stop motion, pero no por computadora.

“Cuando hacia un comercial o algo y había efectos especiales, los expertos me decían que era dificilísimo, entonces decidí aprender a usar el programa y vi que no era tan difícil, me quedo con ese aprendizaje”, destacó. También agradeció que con las ventajas de internet se pueda hacer cosas antes impensables; la música se hizo con la orquesta de Bratislava sin necesidad de que toda la producción fueran a Eslovaquia, algunos dirigieron desde Los Ángeles.

CLAVES

LA HUELLA DE LA CINTA ANIMADA

Ana y Bruno estrena en salas de cine el 31 de agosto; aunque ya ha tenido un amplio viaje en festivales, en los Premios Quirino ganó como Mejor Película.

Su primera proyección fue en el Festival de Annecy, Francia, donde el ganador del Oscar, Guillermo del Toro, la vio y la calificó como un hito en la animación mexicana.

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