Al sur de la Ciudad de México, la pasión por Star Wars se desbordó cuando, a lo lejos, se escuchó claramente el lenguaje de los wookiees; de pronto, de las escaleras emergió un gigantesco Chewbacca, y el público que esperaba ingresar a la función de medianoche de Han Solo enloqueció ante los peculiares sonidos y el bien hecho disfraz.
Detrás de la máscara está Memo Arellano, de 45 años, quien al lado de Mario Jiménez (40) y Óscar Luna (41) formaron el club Los amigos de la fuerza, que realiza una labor única: llevar sonrisas a los niños y adultos que la necesitan; de manera gratuita acuden a “donde nos inviten” y practican las enseñanzas del maestro Yoda, Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi.
“Nos dedicamos a eventos altruistas, ayudar a la gente, a darles una sonrisa y estar pendientes de todo lo que podemos hacer, la saga de Star Wars nos permite ayudar, que es el objetivo que tenemos, Memo lleva toda la vida trabajando en el medio”, expresó Jiménez a ¡hey!
Arellano agradeció cómo se conmovían los presentes al verlo caminar o lanzar su gutural sonido: “Con la máscara soy Chewbacca, la gente me ve así… Todos los trajes los hacemos nosotros o los compramos y rediseñamos, para que la gente se divierta, sea pase bien y se sienta como en la película”.
El trío de amigos desvía su atención a la batalla de sables de luz que un Jedi tiene contra un Stormtrooper, pero todo se detiene cuando el señor oscuro en persona, un Darth Vader de tres años, interviene en la batalla; él bebé es Derek Vilchis, quien llegó acompañado de su papá Enrique, de 37, y su mamá Janet Núñez.
“Soy fan desde los siete años, a él le enseño las películas, las vio, le gustaron mucho y es fan de Darth Vader”, aseguró Vilchis, pero de inmediato lo interrumpió Derek para balbucear que también lo es de Chewbacca.
“Las películas las puedes ver desde muchas perspectivas, está el entretenimiento y trae mensajes, historias a las que se les puede aprender”, dijo el padre de familia.
La hora llegó, el área de dulcería de Cinépolis Universidad se vació porque todos ocupaban ya sus lugares y, al coro de “¡Que la fuerza te acompañe!”, se dispusieron a ver Han Solo con la esperanza de que Disney haya hecho un buen trabajo.
ES