Ignacio López Tarso cumple 97 años; "me siento contento cuando despierto en mi cama y vivo un día más"

El primer actor celebra hoy su cumpleaños rodeado de su familia y con la retrospectiva de Roberto Gavaldón en el Museo del Cine en Hollywood, donde este mes se proyectan Macario, Días de otoño y Rosa Blanca, entre otras.

Ignacio López Tarso celebra su cumpleaños 97 | Especial
México /

Llegar a los 97 años “es una bendición. Me siento muy contento cada que despierto en mi cama y vivo un día más”, dice Ignacio López Tarso en entrevista con MILENIO. Hoy, el primer actor celebra un cumpleaños más rodeado de su familia, en petit comité y no con la fiesta que le hubiera gustado; también celebra con la proyección de tres de sus películas en el Museo de Cine de Hollywood, donde este mes se realiza una retrospectiva de Roberto Gavaldón, con quien filmó Macario, Días de otoño y Rosa Blanca, entre muchas otras historias.

“Lo festejaré sencillamente, quisiera hacer una gran fiesta e invitar a mis amigos, no tengo muchos, porque no soy muy amiguero, pero los que están son muy buenos amigos y tengo mucha familia: mis tres hijos, muchos nietos y bisnietos. Estaré con ellos en mi casa, quiero comer aquí, platicar largo y estar muy feliz porque cumplo 97 años. Tengo unos ánimos enormes y un gran gusto por la vida, me encanta mi vida, me siento muy contento cada que despierto en mi cama y vivo un día más”, explica el actor.
“Son 97 años de vida, y 74 como actor. He trabajado toda mi vida, he hecho cine, televisión y sobretodo teatro, mucho teatro de altura, con grandes dramaturgos y directores, mi carrera ha sido muy interesante y bonita”, agregó el actor que compartió los escenarios y la pantalla con grandes estrellas: desde María Félix y Dolores del Río, hasta cineastas consagrados como Emilio El Indio Fernández, Roberto Gavaldón y Luis Buñuel, gran parte de su cine fue captado por el ojo del cinefotógrafo de la época, Gabriel Figueroa.


"No tengo visa": Ignacio López Tarso no asistirá a proyecciones en EU

Celebrar 97 años con la retrospectiva que se realiza de Roberto Gavaldón en Hollywood lo llena de orgullo, “soy miembro de la Academia de Hollywood y ahora se exhiben ahí tres películas mías que filmé con Roberto Gavaldón y Gabriel Figueroa. Recibí la invitación, pero no tengo visa, trataron de ayudarme del consulado mexicano en Los Ángeles, pero no se dieron las cosas; me quedo con la emoción de saber que allá se proyectarán Macario, La rosa blanca y Días de otoño, tres películas que quiero mucho”; dijo.

Existe un cariño particular por Macario, fue la película que lo unió a dos de sus grandes amigos, Gavaldón y Figueroa. Con esta historia, el actor recorrió también el mundo; en esa época Gavaldón tenía poco tiempo para atender viajes y festivales de cine, el encargado de esta parte fue López Tarso, quien viajó con película en mano para presentarla en Cannes, donde Figueroa recibió el premio por la fotografía, luego se convirtió en la primera película mexicana en recibir la nominación al Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera.


“Me mandaron a todos los festivales de cine, desde India hasta Cannes y el Oscar, me mandaban solo, porque no podía ir ni Gavaldón ni Figueroa, ni el resto del elenco; así que, yo llevaba la película conmigo, me fui a India, a Rusia, fui a Israel, Irlanda, muchos otros países a los que llegué con Macario bajo el brazo. En India estuve más de un mes, lo mismo que en Israel, en Moscú, fui también a Leningrado y a Georgia, la tierra de Stalin, conocí todos estos lugares por la película, anduve para arriba y para abajo”, recuerda el actor.
“Rosa blanca es una película que me gusta mucho, es una historia que Gavaldón y Figueroa hicieron juntos con la mujer más hermosa del mundo, Miss Universo, Christiane Martel, ella estuvo en la película y era esposa de Miguel Alemán Velasco, el hijo del presidente de la República, filmamos esta película en Veracruz con gente preciosa, con colores, mucha fruta, un hermoso lugar”, agrega emocionado el actor, respecto a las cintas que este mes se proyectan en Hollywood.

Sobre Días de otoño, recuerda la belleza femenina que conformó el elenco, “había muchas muchachas guapas en el reparto, yo interpretaba al dueño de una panadería muy famosa y ellas hacían y vendían el pan, entre ellas estaba Pina Pellicer, quien fue mi esposa en Macario y nos volvimos a encontrar en esta película, nos divertimos mucho juntos”, dice.

Su relación laboral con Roberto Gavaldón y Gabriel Figueroa nació con Macario, y dio paso también a una gran amistad que se extendió por mucho tiempo, hasta el día que tuvo que lamentar sus muertes, “así he tenido que lamentar la partida de muchos amigos, los del elenco de Macario ya están muertos, Pina Pellicer, Enrique Lucero, todos muertos, igual de Días de otoño y de La rosa blanca, es una tristeza, pero así es la vida. Llegar a los 97 años este mes es una bendición y lo agradezco mucho”, explica Tarso.


“No solo fueron las películas con Gavaldón, unas seis, con Figueroa tengo muchas más, 80 por ciento de mis películas fueron fotografiadas por el gran maestro de la fotografía en el cine mexicano, don Gabriel Figueroa, solía ir a su casa a comer con su familia, nos llevamos muy bien, pero debo decir que Gavaldón sí tenía mala fama, le decían El Ogro del cine mexicano, rompía las escenografías y gritaba si no cumplían con el trabajo”, recuerda.

De hecho, López Tarso tiene grabado en la memoria el primer momento frente al cineasta, previo al rodaje de Macario, el cineasta habló con el actor para advertirle sobre su nivel de exigencia, “Gavaldón me dijo: ‘Espero no tener ningún problema contigo’, le respondí: ‘Yo también lo espero, soy muy entregado y puntual’, y nunca hubo motivo para fallarle, nunca se enojó conmigo, al contrario, nos volvimos amigos en las siguientes películas”, añade.

En estos 74 años como actor, López Tarso agradece también el hecho de haber compartido el set con María Félix, una de las estrellas de la Época de Oro con quien le habría encantado hacer teatro; “hicimos como siete películas juntos, en una de ellas la enamoraba, pero ella no sabía que yo estaba enamorado de ella como actor y como hombre, era tan hermosa y cariñosa conmigo, me invitaba a comer en las locaciones, incluso la invité a hacer teatro, me hubiera encantado que se lograra como lo hice con Dolores del Río”, explica el actor.

"Una obra maravillosa para María Félix, pero no se atrevió": López Tarso

Después de filmar La cucaracha a finales de los años cincuenta, con María Félix, Pedro Armendáriz, Antonio Aguilar, Flor Silvestre y Dolores del Río, el actor invitó a esta última protagonizar dos puestas en escena, un lugar que Ignacio dominaba desde los inicios de su carrera, “en una de esas obras de teatro estábamos los dos solos, gocé tanto su presencia sobre el escenario del Insurgentes, trabajábamos de martes a domingo y fue muy especial”, dice.

“Fue una lástima que con María no lo logré, porque habría sido una sensación, incluso le busque una obra muy buena, pero tuvo razón en su momento, era una obra difícil y ella no tenía experiencia teatral, por más que traté, no dejo de tenerle miedo al teatro. La obra era sobre las cuatro estaciones del año, con dos personajes que viven un amor de cuatro estaciones, desde el calor del amor pasional, hasta el frío de la indiferencia, una obra maravillosa que le iba muy bien a María, pero no se atrevió”, recuerda el histrión.

Su larga carrera se cuenta en 74 años, en los que ha pisado los foros de cine y televisión y los escenarios teatrales más importantes del país. Lo cierto es que, en este momento, no hay nada que le gustaría más que volver a hacer teatro, pero los tiempos no lo permiten. Su carrera también incluye una serie de corridos, “no de narcos, sino de los buenos, de los antes, yo grabé los cien mejores corridos que hay en la historia de México”, dice el actor.

Los inicios de su carrera

Antes de convertirse en actor, Ignacio López Tarso solía ir a la Alameda de la ciudad de México, solo por ver el Palacio de Bellas Artes, era su fascinación, se metía diariamente a la librería de Cristal solo para tomar café y pasar las tardes admirando su arquitectura, nunca imaginó que la vida lo llevaría a convertirse en estudiante del INBA y que sus días lo pasaría dentro de este inmueble y de la mano de Xavier Villaurrutia, quien se convirtió en su profesor.

“Esto fue en 1948 y cada que subía esa escalera de mármol era como un sueño. Recuerdo que antes no me dejaban entrar, quería buscar al maestro Xavier Villaurrutia, porque lo había leído y me gustaba, él era uno de los maestros de la Escuela de Teatro de Bellas Artes y lo busqué, cuando supe que la escuela estaba en ese tercer piso con mayor razón, me metí de contrabando cuando se distrajo el vigilante y hablé con el maestro Villaurrutia, le pedí un autógrafo y luego una oportunidad”, recuerda Tarso.
“Mi escuela estaba en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes y yo estaba feliz, Villaurrutia me dijo que asistiera primero como oyente, me pareció muy buena la idea y estaba ahí todos los días de cinco a nueve, puntualmente cada tarde en su clase y ni siquiera estaba inscrito, pero me la vivía ahí, hasta que el maestro me dijo que me inscribiera porque me veía cualidades como actor, en ese momento tenía 23 años y ahí comenzó toda mi carrera”, recuerda el primer actor, Ignacio López Tarso, quien hoy celebra 97 años de vida.

​bgpa

  • Ivett Salgado Méndez
  • ivett.salgado.mendez@gmail.com
  • Periodista y conductora de entretenimiento, con más de 15 años de experiencia. Durante la última década mi especialidad ha sido el cine, en combinación con la producción de televisión.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.