Fernando Xavier de Casta era la joven promesa de la actuación en Panamá, antes de la pandemia participó en su primera película junto a Ilse Salas titulada Plaza Catedral, pero su vida terminó hace unos meses, en medio de un tiroteo producto de la ola de violencia latinoamericana, la misma problemática que se aborda en la cinta dirigida por Abner Benaím. Su historia llegó al Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde la producción le rindió tributo para honrar su corto, pero destacado paso por el cine.
“Fernando era un niño muy intuitivo, sumamente sensible, era bailarín de danza contemporánea en una compañía de Panamá, que trabajaba con niños en situaciones difíciles, siento que ahí encontró una oportunidad para expresarse, tenía un mundo interior muy potente y una capacidad de entender la ficción sobresaliente. Era un niñito queriendo ser grande”, comentó en entrevista Ilse Salas, respecto a cómo miles de niños en Latinoamérica no viven su infancia, debido a las circunstancias de violencia.
Ilse llegó al proyecto con el conocimiento que de que trabajaría con no actores y aunque de primera impresión Fernando le pareció un poco mayor para el papel, cuando estuvo frente a él entendió por qué fue elegido de entre más de 300 niños que acudieron al casting, “hay una cercanía natural, no sé si es porque soy madre, pero es diferente cómo te acercas a un niño y a un adulto, no sé si hubiera tenido la misma capacidad de entregarme así con alguien más, lo que me pasó con Fernando fue mágico”, explicó la actriz.
Plaza catedral es una de las historias que compiten por el premio Mezcal en el FICG y pone en pantalla la historia de Alicia, una mujer mexicana de clase media alta que tiene vida en Panamá; tras la muerte de su hijo en un accidente Alicia conoce a Chief, un niño entrando a la adolescencia que tuvo antecedentes con pandillas y que ahora se dedica a cuidar coches. En circunstancias aparentemente comunes no tendrían vínculo, pero se parecen mucho más de lo que imaginan y ese es el tema que explora la película.
“Nunca fue una película pensada como una denuncia social, se hablaba de una ficción, del duelo que atraviesa una madre por la muerte de su hijo, quizá Alicia nunca se hubiera relacionado con un niño como Chief (Fernando de Casta), eso era la película: el cómo se relacionan dos desconocidos, pero la realidad nos rebasó por la izquierda trágicamente y resulta que terminó pasando lo que le pasó y eso nos removió a todos, porque la película ya estaba hecha y nunca pensamos que pasaría esto”, explicó Salas.
Haciendo frente al clasismo
Respecto a cómo la confronta este personaje, Ilse explica que “no es la primera vez, pero no deja de ser doloroso, mi visión clasista del mundo que me rodea y la lucha constante que tengo para abolir esa barrera, en la película estamos hablando de una mujer blanca y privilegiada que le tiene miedo a un niño, pienso que un país que le teme a sus niños es un país muy roto y herido profundamente, suena como una tontería, pero no lo es. Me duele mucho el clasismo latinoamericano y la desigualdad en la que vivimos”.
Porque “no le tenemos miedo a los niños de nuestro circulo social, le tenemos miedo al niño de barrio, eso es clasismo total, pero es muy duro confrontar con eso y aceptar que también lo sientes, que también estás ahí. Me ha pasado, sí le he tenido miedo a un chavito que, de pronto, me sale en la calle, al chavito de un barrio bravo de la Ciudad de México y es duro pensar así, pero es una realidad, esa es mi confrontación principal”, agregó Salas.
Proyectos y pandemia
Este año, Ilse lo cierra con Plaza catedral, historia que arranca su ruta de festivales en le FICG, y espera que en breve algún productor latinoamericano la haga volver a un set, pues, “soy muy feliz trabajando fuera de mi país, pero hacia este lado del continente, hay tanto qué contar y te identificas tanto con la idiosincrasia de otros países, le digo el sueño bolivariano, mi papá es lingüista y escuchar los acentos, los modismos ya es un viaje increíble, cero glamour, pero es el cine que me ha gustado hacer”.
“Sé que la industria del cine está muy lastimada de este lado por la pandemia y no sé cuántas películas se hagan en otros países latinoamericanos en este momento, por eso cierro con Plaza catedral, porque aunque hay sueños, los planes cambiaron, iba a comenzar en una semana una película, pero el covid nos movió para el próximo año; mientras tanto, disfruto de estos momentos de silencio entre proyectos, porque es lo que nutre a un actor para volver al set, claro, siempre y cuando tenga ahorros”, agregó la actriz.
Entre sus próximos estrenos, Isle contempla la llegada a la pantalla de Señorita 89, la serie que reflexiona sobre lo que ocurre con los concursos de belleza en México, “la acabamos de terminar y se estrenará a inicios del próximo año, ahí soy Concepción, la matriarca”.
Sobre Las damas de los pinos, la actriz comentó que, si bien “se habló, nunca cerré nada, no sé en qué está, pero imagina que me toque a la Gaviota, ay no dios mío. No sé, hay gente que admiro mucho involucrada, pero no sé en qué va el proyecto”.
bgpa