Jorge R. Gutiérrez ofreció una clase magistral en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde compartió detalles del trabajo que realizó como animador y director, previo a Maya y los tres, la historia que estrenará próximamente de la mano de Netflix.
Durante una hora, el mexicano echó un vistazo a su pasado para hablar de los proyectos que lo pusieron ante la compañía más importante de streaming. Frente a una audiencia que lo siguió de manera presencial y virtual, dijo que de lo que más ha aprendido es del fracaso.
“Cuando me cancelaron el primer programa sentí que se me acaba el mundo, me cancelaron la visa y no podía trabajar, pero pasé por todo eso y no me morí. Después me di cuenta que las carreras de mis ídolos no son en subida, son sinuosas”, dijo Jorge Gutiérrez.
“No puedes juzgar tu vida por el éxito, sino por el camino, amo fracasar, nadie aprende nada del éxito, el fracaso te enseña muchísimo. Si no me cancelan mi programa de internet no hago El tigre, si no me cancelan El tigre, no hago El libro de la vida. Y así”, agregó Jorge.
Jorge Gutiérrez comenzó una carrera en Estados Unidos como animador, pero en el camino se dio cuenta que lo que necesitaba era contar sus propias historias, así se acercó a los directivos de los estudios para proponer su arte, pero fue rechazado en varias ocasiones.
Nickelodeon le abrió las puertas a ese primer gran proyecto. Junto a su esposa Sandra Equihua levantó El tigre: Las aventuras de Manny Rivera, una animación con elementos que hacen referencia a México, sus personajes están inspirados en Frida Kahlo y Diego Rivera.
Después de recibir siete premios Emmy por este proyecto Jorge llegó a Dreamworks y cuando tuvo la oportunidad de presentar un proyecto para este estudio lo hizo con El libro de la vida, pero la respuesta no fue la esperada, querían modificar su historia por completo.
“Me dijeron que para hacer El libro de la vida no la podría hacer solo, que debía haber un director del estudio, el protagonista no podía ser mexicano, la película no se podía ambientar en México, el protagonista no se podía morir y no tenía que ser torero”, recordó.
“El estudio me pidió que la película se desarrollara en Nueva York, que fuera en el presente y que fuera un musical de reggaetón y hip-hop con Lin-Manuel Miranda, él todavía no hacía In the heights, y pues renuncié, porque mi película era todo lo contrario”, agregó.
Dos años después recuperó los derechos y un estudio pequeño en Texas lo contactó para recuperar la historia. De un presupuesto de 160 millones de dólares que ofrecía Dreamworks, la película se hizo con una tercera parte y con el apoyo de Guillermo del Toro.
El cineasta compartió que defender la esencia de su trabajo ha sido complicado, pues los estudios no apostaban por historias “diferentes”, pero logró reconocer que esta es su voz y está en su derecho a defenderla, por eso agradece el apoyo que ahora tiene de Netflix.
“Nunca se ha hecho un proyecto como Maya y sé que nadie me volverá a dar una oportunidad así, hasta que no sea un éxito; no sabemos, si le va bien a Maya en teoría van a querer hacer más proyectos”, comentó sobre la historia que se estrena el 22 de octubre.
bgpa