Los traumas del pasado cargan en un saco que impide a la gente progresar, por lo que "lo importante de la vida es el mañana", declaró hoy en Venecia el expresidente de Uruguay José Mujica al recordar su cautiverio en la dictadura.
Precisamente, el antiguo mandatario está en esta ciudad italiana para asistir a la Mostra de cine como protagonista de excepción, ya que se presentan dos obras sobre su figura: El Pepe: una vida suprema, de Emir Kusturica, y La noche de 12 años, de Álvaro Brechner.
Esta última cinta, que compite en la sección Horizontes, trata de los años de cautiverio y aislamiento que padeció en la dictadura militar (1973-1985) junto a otros líderes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Ante la pregunta de cómo evitó caer en la venganza tras pasar y superar una situación extrema como la que él sufrió, explica: "La naturaleza nos puso los ojos hacia delante" para no mirar atrás.
"Hay cosas del pasado que hay que cargar una mochila y andar con ella. Y hay cuentas que no las paga nadie, ni se debe intentar cobrarlas tampoco, porque si no, no vive para delante. Lo importante de la vida es el mañana", reconoce.
Apunta que, en su opinión, el hombre aprende mucho más de la adversidad, siempre que no lo destruya, que de la bonanza.
Haciendo memoria sobre su largo confinamiento, habló de una soledad que muerde, dura.
"El ser humano es gregario, notoriamente gregario, no puede vivir en soledad, no es un felino. Y la soledad es uno de los castigos más duros, seguramente", afirmó.
Tras esa experiencia llegó a gobernar su "pequeño país" con el objetivo de aplicar su causa y sumarse a la causa de los luchadores sociales a lo largo de la historia, artífices de los principales progresos sociales.
"Hoy que estoy viejo y miro en perspectiva, la historia de los luchadores sociales y políticos es un montón de cristales rotos, de los cuales van quedando pedacitos que son escalones de avance de la civilización", defiende, para citar la jornada laboral de ocho horas, los derechos humanos o la jubilación como principales logros.
"Cantidad de cosas que la gente tiene como amortizadas hoy fueron el producto de las luchas de gente que quería cambiar el mundo y que soñaban mucho más, ¿verdad? y que fracasó, pero quedó algo", dijo.
Ahora, justo después de dejar su cargo como senador, rechaza hablar de su legado "vanidad de vanidades".
"¿Qué es el legado de un tipo en la inmensidad del Universo? Somos menos que un piojo. Eso que nos parece fantástico no compone un átomo de hidrógeno del Universo. El legado es haber vivido al mango, con aciertos, con errores, con ganas de vivir. Y como toda cosa viva, condenada a morir", zanja.
DIGL