El director brasileño Karim Ainouz ganó el premio Una Cierta Mirada, la segunda sección más importante del Festival de Cannes, con su melodrama La vida invisible de Eurídice Gusmao.
Su película denuncia el patriarcado en Brasil, a través de un recorrido de la adolescencia a la vejez de dos hermanas cariocas en los años 1950, cuyos sueños quedan enterrados por el peso de una sociedad machista.
Por otro lado, los directores españoles Oliver Laxe y Albert Serra también fueron premiados en la categoría Una Cierta Mirada por O que arde y Liberté, respectivamente.
Laxe se alzó con el Premio del Jurado, con la historia de un pirómano que regresa a la casa de su madre, en una aldea perdida de Galicia, una región del noroeste de España donde los incendios hacen mella.
Serra consiguió el Premio Especial del Jurado con una exploración del libertinaje en el siglo XVIII, con perturbadoras escenas de sexo.
RL