Marilyn Monroe es considerada una de las estrellas más grandes que han pasado por Hollywood, su carisma y su belleza le dieron un lugar en la industria que pocas veces se ha vuelto a ver y durante su carrera recibió diferentes nominaciones y premios que reconocían que era una gran actriz, tanto fue su éxito y su marca en el cine que en el año 1999 el Instituto Estadounidense de Cine la clasificó en sexto lugar en su lista de las más grandes leyendas del cine femenino de la Edad de Oro de Hollywood.
Contando con un gran repertorio de películas como Nunca fui Santa (1956), Niagara (1953), Cómo cazar a un millonario (1953), Los caballeros las prefieren rubias (1953) sería difícil escoger alguna favorita, sin embargo hay un filme que tanto sus fans como la crítica lo clasifican como la cinta que posicionó a la actriz en la cima de Hollywood: La comezón del séptimo año (1955).
La cinta más famosa de Marilyn Monroe
Esta cinta trata sobre las inquietudes en las que se ve envuelto Richard (interpretado por Tom Ewell) al quedarse en la ciudad por cuestiones laborales mientras su esposa e hijo se van de vacaciones de verano. Este individuo atraviesa una etapa llamada ‘la comezón del séptimo año’ en la que fantasea demasiado con otras mujeres (cuestionable en muchos sentidos); la situación se pone más intensa cuando conoce a su nueva vecina (cuyo nombre nunca es revelado), una hermosa y tierna modelo con quien desarrollará una peculiar “amistad” llena de circunstancias cómicas y enredosas auspiciadas principalmente por la imaginación del protagonista.
El director de esta cinta Billy Wilder admitió en varias ocasiones que no es su filme favorito debido a que él considera que nunca igualó lo hecho por la puesta en escena original, y principalmente nunca se sintió cómodo por ser una comedia sobre adulterio y sintió que la cinta no pudo brillar tanto por la censura y el moralismo de esa época. Lo que nunca esperó fue que esta cinta pasara a la historia por ser uno de sus mayores éxitos de taquilla de su carrera gracias a la simple presencia de Marilyn Monroe.
La escena que inmortalizó a Monroe
Esta película es la que contiene la famosa y polémica escena en donde el vestido de Marilyn es levantado por una corriente de aire proveniente de unas rejillas de ventilación de metro, uno de los momentos favoritos y más icónicos del cine.
Poco se sabe de lo difícil que fue grabar esa escena, pues el plan original era rodarla en una locación pero era imposible por los aplausos y los silbidos de la gente que pasaba por ahí por lo que tuvieron que repetir la escena en un estudio y dio el resultado que todos ya conocemos.
El director quedó tan frustrado de no lograr la grabación en una locación que prometió que nunca volvería a colaborar con Monroe debido a la atención que generaba entre el público pero afortunadamente rompió su promesa para la que muchos consideran una de las mayores obras maestras del cine: Una Eva y Dos Adanes (1959).
A.G.