En el desierto de la Guajira, donde el calor sepulta los sueños, surge una economía clandestina tan peligrosa como vital: el tráfico de gasolina. Este fenómeno, conocido en Colombia como “pimpineo”, es el telón de fondo de la nueva película del director Andi Baiz, Pimpinero, la cual explora las tensiones humanas y morales en una tierra olvidada por la ley.
En su debut como actor, Juanes va de los escenarios a la frontera entre Colombia y Venezuela para explorar la complejidad humana detrás de un acto condenado por la ley, pero forjado en la necesidad de muchos que, como los tres hermanos protagonistas, no encuentran más opciones para sobrevivir en una región que está en constante ebullición.
Juanes compartió por qué aceptó este reto. Tiempo atrás consideró la posibilidad de diversificar su carrera y hacerlo bajo la lente de Andi Baiz, creador de otras historias como Narcos México y Griselda.
“El significado de la palabra ‘pimpinero’ ni siquiera era cercano para mí, pero Andi me hizo ver todo lo que ha pasado, algo familiar para nosotros de hace muchos años; es importante hablarlo. A través del arte se pone foco a los temas y se pueden tratar con humanidad, es una forma de hacerlo más seguro para que la gente entienda”, dijo Juanes a MILENIO.
La Guajira es también un territorio marcado por la tragedia; además del tráfico de gasolina, la región enfrenta problemáticas como la trata de personas, donde las vidas se negocian en la sombra, y las tensiones político-sociales entre Colombia y Venezuela.
“El tema de la trata de personas, narcotráfico y el problema político-social entre Colombia y Venezuela, de alguna forma representan todas las fronteras de nuestros países y es una realidad, tiene que ver con el contexto y con cómo cada uno de nosotros hemos vivido, en qué familia, cuál fue nuestra educación”, explicó.
“Y todo esto nos permite entender cómo son las personas”, agregó Juanes, porque “hay gente que quizá nunca tuvo cariño, quizá nunca tuvo una familia que le dijera un ‘te amo’, ‘me haces falta’, quizá nunca tuvo educación y toman decisiones erróneas; la película muestra lo que ocurre a partir de esto, dónde está el límite para perder la humanidad”.
Pimpinero sigue a tres hermanos atrapados entre la necesidad y la moralidad. Interpretados por Juanes, Alejandro Speitzer y Alberto Guerra, estos personajes navegan por aguas turbulentas donde la sobrevivencia se mezcla con el amor y los lazos familiares, se trata de una historia que “no juzga, aborda los grises de nuestra humanidad”, explicó Speitzer.
“Como actor fue disfrutable abordar un personaje que navega en un mundo oscuro, pero que también cree en el amor, en la familia, eso es algo que Andy logra, creo que la peli tiene eso y también tiene la fuerza y la inteligencia de contar una historia con problemáticas que nos deben importar a todos, pero a través de sentimientos universales”, agregó Alejandro.
Para Laura Osma, Pimpinero también representa un salto en la narrativa cinematográfica latinoamericana.
La actriz considera que “estamos encontrando nuestro propio lenguaje y mostrando que podemos hacer cine de altísima calidad, con historias que resuenan a nivel global. Ha sido un salto grandísimo, una de las experiencias más importantes de mi carrera”.
Filmada en el desierto durante 51 días, la producción enfrentó retos inmensos, desde la logística de mover a más de 300 personas, hasta filmar bajo el intenso calor y las adversidades propias de un lugar tan inhóspito como fascinante, de acuerdo a Baiz, “el desierto tiene una energía única que conecta con las historias que queremos contar”.
Pimpinero es más que un relato sobre el contrabando de combustible; es un espejo que refleja las contradicciones humanas, “somos matices de grises”, explicó Andi Baiz, “y esta película nos invita a comprender, no a juzgar. Mis películas casi siempre tienen un elemento político, un elemento que confronta, un elemento que te sacude al espectador”.
“Esta frontera entre Colombia y Venezuela es muy específica en el mundo. México tiene su frontera también muy compleja. Y como cineasta, aportar a la discusión, a la reflexión, sin dar mensajes, sino simplemente aportar a la reflexión y a conectar con el otro. Eso me parece importantísimo”, concluyó el cineasta, sobre la historia que hoy llega a Prime Video_
AJR