Explorar la paternidad y temas relacionados con la salud mental llevó a Juan Manuel Bernal a debutar en el cine de género. No es de su completo agrado ver este tipo de historias, pero Rabia iba más allá de lo imaginado; desde que leyó el guión de Jorge Michel Grau entendió que la propuesta de unirse al elenco iba por el camino del drama y el terror psicológico, y era algo con lo que quería experimentar por primera ocasión en su carrera como actor.
“Cuando me platicó de un proyecto sobre hombres lobo algo se encendió en mi, nunca había abordado ese género y la primera película de género que vi fue una del Santo, era muy chico y pensé que el monstruo se saldría de la pantalla, para mí eso era terror y desde ahí le agarré cierto miedo al género, aunque crecí viendo cine de terror, a los grandes cineastas como Stanley Kubrick y no sabía que era terror”, explicó Juan Manuel Bernal a Milenio.
“Me hizo ruido que fuera de hombres lobo, pero cuando leí el guion me di cuenta que iba por otro lado, por el lado del terror psicológico, el drama psicológico, luego vi sus películas y me interesó el proyecto; desde entonces han pasado ocho años, hasta que me dijo “ya la vamos a hacer”, cambió mucho el guion original, porque todo lo redujo a un espacio dentro de una unidad habitacional perdida en las afueras de Pachuca”, agregó el actor.
La historia plantea lo que ocurre con un padre y su hijo cuando se mudan de casa, la muerte de la madre los lleva a un lugar alejado de la ciudad y en ese nuevo espacio ocurren cosas extrañas. Alan descubre mensajes ocultos que lo llevan a pensar que su padre es un hombre lobo, “es un mundo masculino y habla de una fragilidad disfrazada de rabia, este personaje duro al que algo le pasa y que lucha contra sus propios demonios”, explicó Bernal.
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La historia se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre temas actuales: la paternidad, la masculinidad tóxica y las enfermedades mentales: “a través de mi personaje vemos esta violencia que repite, es la violencia que aprendió, pero no sabemos que con esa violencia solo trata de proteger a su hijo que está en una situación límite, estamos tocando temas muy complejos y que hoy están presentes sobre la mesa”, dijo Juan Manuel.
“El tema de la salud mental es súper importante y me parece brillante que Jorge lo exponga con una película como esta y no solo la salud mental, esta historia también es un homenaje a esos hombres que sí se quedaron a responder por sus familias, vivimos en un país de padres abandonadores y la madre cubre ese rol, pero también existen los padres que se quedaron, el mío es de esos, y me parece justo hacerles ese reconocimiento”, agregó.
Si bien, el cine de género no es el predilecto de Juan Manuel, agradece el acercamiento que tuvo a un personaje que lo conectó con la paternidad, “he tenido al fortuna de abordar estos personajes en los últimos años, de distinta manera, pero sí desde la paternidad responsable, la película anterior a esta (La vida en el silencio) que habla sobre un niño con autismo, es un padre soltero, me dieron un premio por ese personaje en Rusia”, dijo.
“La madurez y la experiencia de vida, a través de mis hermanos y sobrinos, me acerca al tema, no me parece alejado, todo lo contrario, tengo mucha relación con mi familia, tengo la fortuna de tenerlos cerca. En el rodaje, Max me pareció un actor muy brillante, cuando me toca trabajar con niños aprendo mucho, tienen una facilidad de entrar a la ficción a través del juego y ahí hay una verdad que el actor necesita para sus personajes”, agregó.
Rabia forma parte de una trilogía con la que Jorge Michel Grau busca apuntar a temas sobre la familia. Somos lo que hay fue la primera entrega de este compilado de películas donde vemos cómo una familia de caníbales enfrenta la muerte del patriarca; Rabia explora la pérdida de la madre a través de una historia con hombres lobo, la próxima entrega será sobre la muerte de los hijos, esta última historia está en desarrollo del guión.
IVY